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El partido correspondiente a la ida de las semifinales de la Liga de Campeones entre Atlético de Madrid y Bayern de Múnich se presenta como un choque de estilos, dos equipos que rigen su organización a partir de fases antagónicas; el Bayern de Múnich lo hace a partir de su fase ofensiva caracterizada por su ataque posicional, mientras que en el Atlético de Madrid se ordena tomando como punto de partida una estricta organización defensiva. Esto no quiere decir que ambos equipos vivan única y exclusivamente de esas fases del juego, sería ilógico dividir lo indivisible, puesto que el juego es un continuo en el que se pueden diferenciar momentos, pero no separarlos.
Con este punto de partida, con dos equipos que llevan a la excelencia dos fases antagónicas, se preveía un partido digno de la liga de campeones, y el fútbol no defraudó.
En el presente artículo no pretendemos realizar una descripción temporal de lo sucedido en el encuentro, trataremos de analizar las diferentes situaciones técnico-tácticas que se dieron durante el transcurso de este y como trataron ambos entrenadores de superar las propuestas del uno y del otro.
El Atlético se presenta con un 1-4-4-2, con una línea de medio campo formada por cuatro mediocentros (de derecha a izquierda Saúl-Gabi-Augusto-Koke) con el cual pretenderá (y conseguirá) alternar diferentes alturas de presión durante el transcurso del partido, con el objetivo prioritario de dificultar tanto el juego interior del conjunto bávaro como las situaciones de 1×1 de los extremos muniqueses que tanto daño venían haciendo a lo largo de la temporada.
El Bayern de Múnich se presenta con un 1-4-3-3 con una cierta asimetría. No es una novedad que Pep Guardiola no usa un único sistema durante el transcurso de un partido, sino que trata de adecuarse al contexto de juego en el momento con la ocupación más racional posible, pero puede decirse que el punto de partida para esos movimientos de ocupación era un 1-4-3-3. Como novedad, Thomas Müller se quedaba en el banquillo para dar entrada a dos interiores puros, que sumados a la incorporación desde el lateral de Lahm pretendería dar un dominio del conjunto bávaro sobre el equipo colchonero en esa lucha constante de Pep Guardiola por el dominio del medio campo.
A continuación exponemos un vídeo de un análisis secuencial de las direccionalidades que venía teniendo la fase ofensiva del Bayern de Múnich en anteriores partidos, resulta importante conocer que el objetivo bávaro en fase ofensiva es encontrar en situaciones de superioridad numérica o posicional a sus extremos, por lo que la direccionalidad dentro-fuera y atacar el lado débil mediante cambios de orientación (favorecidos por la facilidad para ellos de Xabi Alonso) son conceptos que buscan constantemente como se puede ver en el vídeo de a continuación.
El planteamiento defensivo del Atlético, como se ha dicho anteriormente, tiene dos prioridades, cerrar espacios interiores, dificultando en la medida de lo posible las recepciones de los interiores por detrás de su línea de presión, y evitar a toda costa dejar en situaciones favorables a los extremos muniqueses, sobre todo a Douglas Costa emparejado con Juanfran.
Para dicho propósito, el Atlético alterna diferentes bloques de presión, variando entre un bloque muy alto, con los dos puntas sobre Javi Marínez y Xabi Alonso, dejando como única salida a David Alaba y un bloque más medio-bajo en el que Fernando Torres dificultaba las opciones de Xabi Alonso.
Cabe remarcar, la presión individualizada que propone el Atlético de Madrid sobre los jugadores muniqueses, no era el mismo pressing el que se realizaba sobre Arturo Vidal, al que en cuanto recibía se le acosaba, que el pressing al que era sometido Thiago Alcántara al que le temporizaban obligando a tomar una mala decisión, y dificultando así ese gran uno contra uno que posee el interior español. Sobre Xabi Alonso la premisa era clara: no dejarle mover el balón en dirección diagonal ni vertical y obligarle a jugar de forma horizontal lo máximo posible.
Sumado a esto, el Atlético realiza, ya sea en bloque alto o bloque bajo, una orientación de presión a banda en la salida de balón muniquesa, con el objetivo de imposibilitar pasillos interiores, obligando al medio campo bávaro a recepciones por detrás de línea de presión para poder entrar en juego, y imposibilitando la recepción en la ya citada superioridad numérica o posicional buscada por el Bayern sobre sus extremos, cada vez que Douglas Costa y Coman recibían dos jugadores rojiblancos les encimaban.
A continuación exponemos algunos documentos gráficos para justificar el planteamiento propuesto:
ATM obliga a Bayern a recibir detrás de LDP pic.twitter.com/32ml5jvTjj
— brais acebal (@brais_acebal) 28 de abril de 2016
Los primeros 20 minutos de partido, son una exhibición del ATM de cómo presionar y defender en campo rival, el ritmo que el conjunto colchonero impone al partido supera totalmente al conjunto bávaro, que se ve superado constantemente en todos los duelos individuales. El gol es una genialidad de Saúl, no cabe duda, pero los defensores muniqueses pecan de falta de contundencia, Saúl sale victorioso de un duelo 4×1.
Fruto de esta presión, el Atlético es un equipo que irrita al rival, le obliga y le reta a tener que jugar su mejor versión. Y si quiere hacerle daño, tiene que rozar la excelencia en fase ofensiva, los pases deben ser precisos, los controles, milimétricos; cualquier error se penaliza. Cobran vital importancia las estrategias para superar rivales, ya sean en situaciones de regate, o situaciones de microsuperioridades, asociaciones en corto, paredes etc.
El siguiente vídeo muestra cómo el Atlético obligaba al Bayern a jugar hacia atrás o en horizontal, dificultando direccionalidades que generasen progresión en el juego.
Pressing ATM: orientación a banda + forzar direccionalidad horizontal y hacia atrás en FC Bayern pic.twitter.com/Voqvljj6qm
— brais acebal (@brais_acebal) 28 de abril de 2016
El partido del conjunto bávaro es una lucha incesable de cómo superar todas las estrategias defensivas propuestas por el Atlético, una búsqueda constante de espacios para progresar y generar situaciones de finalización.
En la primera parte del Bayern predomina la direccionalidad fuera-dentro (para progresar), por lo que resultaba altamente complicado el generar situaciones de peligro ya que cuando conseguían superar la presión sobre banda del Atlético el receptor en posiciones interiores tenía una gran aglomeración de futbolistas madrileños, por lo que le obligaba a jugar hacia el otro costado.
Primera parte FC Bayern predomina direccionalidad F-D. Dificultad de progresión obliga a jugar por fuera. pic.twitter.com/RnJmq7DbaN
— brais acebal (@brais_acebal) 28 de abril de 2016
Cada vez que el Bayern encontraba un jugador entre líneas, el repliegue del Atlético era tan intenso que obligaba a retroceder de nuevo.
ATM obliga a retroceder cada vez que Bayern progresa en pasillos interiores pic.twitter.com/3dztXVkxvm
— brais acebal (@brais_acebal) 28 de abril de 2016
En el segundo periodo, el Bayern consigue jugar más cerca del área rival, con una mayor aparición de sus estructuras interiores, encontrando en diversas ocasiones pasillos interiores en opciones de progresión.
Segunda parte, Interiores del Bayern entran en juego en posiciones mas adelantadas. Bloque ATM detrás de balón. pic.twitter.com/KI0KzLsbYW
— brais acebal (@brais_acebal) 28 de abril de 2016
Durante este periodo, Guardiola realiza tres cambios, entra Ribéry por Coman, Muller por Thiago y Benatia por Bernat, para finalizar con una defensa de 3 centrales.
Personalmente, le doy una gran importancia a la entrada de Thomas Muller; debido al desequilibrio que genero a la defensa colchonera por su constante movilidad y la dificultad de fijar que tiene, el futbolista bávaro apareció por todos los sectores del campo, alejándose del juego posicional de Guardiola pero acoplándose perfectamente a él. Esta movilidad constante, generó y facilitó que el Bayern encontrara mayores espacios para la progresión.
Movilidad de Thomas Muller favorece aparición de mas opciones interiores (de forma directa o indirecta) pic.twitter.com/x8pGNSwjfQ
— brais acebal (@brais_acebal) 28 de abril de 2016
En la siguiente imagen puede verse la influencia por sectores de la fase ofensiva del FC Bayern en la primera y la segunda parte. En la primera predominan los sectores exteriores y en la segunda se equiparan con el carril central:
Al final el Bayern no consiguió marcar en campo rojiblanco, pero el partido de vuelta se presenta apasionante. Si bien es cierto que el partido del Atlétco fue completísimo en el aspecto defensivo, no hay que quitar mérito al Bayern, que fue capaz de combatir ese entramado defensivo y de generar situaciones de peligro, un total de 20 disparos (7 a puerta).
* Brais Acebal.
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