Se mire por donde se mire, este ha sido un año de transición en el Barça. De Pep a Tito, de Xavi a Cesc –o Thiago, o ninguno de los dos–, el último año sin fichajes estructurales y con los mismos pilares, en definitiva. Pase lo que pase, el balance no podrá ser malo, pero a no ser que cambien mucho las tornas, un lunar lo empañará: la transición ataque-defensa.
La buena defensa del Barça de los últimos años ha radicado en un buen ataque. En un ataque ordenado que no cae en la precipitación, esperando a que cada pieza esté ubicada en el sitio correcto de cara a la posterior transición defensiva. Es prácticamente imposible volver a esto, pero no lo es tanto acercarse a dicho ideal. Cualquier variante sustancial, como jugar con doble pivote, llevaría a lo contrario: a alejarse. Claro que Song y Busquets podrían a jugar a distintas alturas, pero ninguno de ellos realiza los movimientos sin balón que prodigaba Keita, ni está acostumbrado a la posición, por lo que el rendimiento del malí, al menos esta temporada, no podría reeditarse.
¿Cómo corregirse ante el Bayern? Existe una variante, que gira alrededor de Dani Alves, todavía inédita. ¿Será el Allianz Arena el escenario para su estreno? Puedes leerla íntegramente en el ExtraSemanal nº 8 del Club Perarnau.
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