"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
No resulta exagerado decir que la primera convocatoria de los All Blacks en 2016 era la más esperada por los analistas y aficionados desde hace mucho tiempo, posiblemente desde la lista posterior al Mundial 2007.
Hablábamos hace unas semanas sobre el equipo infinito y faltaba que se concretase, que se hiciese oficial quiénes eran los jugadores elegidos para ocupar los puestos que habían dejado vacantes Keven Mealamu, Richie McCaw, Dan Carter, Ma’a Nonu y Conrad Smith. La lista original de 32 jugadores no ha defraudado las expectativas ya que ha demostrado una renovación profunda en el plantel y la capacidad para gestionar las situaciones delicadas de algunos jugadores.
Owen Franks es el jugador con mayor experiencia internacional de la primera línea (78 Test); Wyatt Crockett (45), Dane Coles (36) y Charlie Faumuina (33) representan ese equilibrio que siempre buscan los neozelandeses a la hora de realizar las transiciones de los jugadores experimentados hacia las nuevas incorporaciones como son Joe Moody (11 Test), Codie Taylor (4), Nathan Harris (2) y el debutante Ofa Tu’ungafasi.
En la segunda línea siguen al frente la pareja formada por Sam Whitelock (73 Test) y Brodie Retallick (47). Luke Romano (22) y Patrick Tuipulotu (7) son jugadores experimentados, solventes y que conocen a la perfección la dinámica del equipo. En la segunda línea no se realiza ningún experimento ya que no existe una necesidad real de hacerlo debido a la edad y al nivel que han demostrado los cuatro convocados.
Una de las grandes dudas a resolver es la del 7; hemos dicho con anterioridad que Sam Cane es el elegido para heredar el dorsal del inolvidable Richie McCaw pero… Era cuestión de tiempo que Ardie Savea apareciese en las convocatorias (en 2015 teníamos muy claro que desembarcaría en los All Blacks inmediatamente después del Mundial), su rendimiento y condiciones innatas recuerdan a la fulgurante aparición de Nehe Milner-Skudder la temporada pasada. Si Sam Cane es el elegido por el cuerpo técnico, Ardie Savea es el elegido por las musas para que parezca que todo su trabajo sale con total naturalidad y fluidez. La veteranía la aportan Jerome Kaino y Kieran Read (en su nuevo rol de capitán y gestor del equipo). Elliot Dixon y Liam Squire han conseguido a base de trabajo la oportunidad de ser alternativa a Kieran Read y de aprender los códigos y roles en el equipo bajo el magisterio de Jerome Kaino. Otro ejemplo claro de la transición guiada por los veteranos.
Aaron Smith se ha hecho, merecidamente, con el título de propiedad de la camiseta con el dorsal 9. Tawera Kerr-Barlow adelanta, en este caso, a TJ Perenara como reemplazo. Esos pequeños detalles que sirven para recordar que en este equipo el jugador que pierde el paso se queda fuera de la foto.
Una de las grandes noticias en la convocatoria es el regreso de Aaron Cruden. Conviene recordar que un exceso etílico dejó al apertura de Chiefs fuera de los planes de Steve Hansen en el pasado y que durante su ausencia (disciplinaria y por lesión) Beauden Barrett se convirtió en la alternativa a Dan Carter. La ausencia del histórico 10 ha abierto un debate sobre cual tiene que ser el jugador elegido para dirigir el juego de los de negro. Sobran argumentos para justificar la titularidad de Lima Sopoaga (indiscutible en Highlanders, jugador clave de los vigentes campeones del Super Rugby), Beauden Barrett o Aaron Cruden. El excelente estado de forma que los tres han demostrado en la vigente temporada no facilita la toma de decisiones al respecto. Lo hemos dicho en otros casos: lo difícil no es argumentar la titularidad de uno de ellos, lo verdaderamente complicado sería justificar la suplencia de los otros dos.
El caso de los centros resulta especialmente significativo: las ausencias de Ma’a Nonu, Conrad Smith y Sonny Bill Williams (recién anunciada su renovación con la NZR y su fichaje por The Blues hasta 2019), han convertido a Ryan Crotty (15 Test) y Malakai Fekitoa (13) en los dos veteranos. Charlie Ngatai (convocado originalmente pero posterior baja por lesión) deja su puesto a George Moala y Seta Tamanivalu debuta en la lista neozelandesa.
Julian Savea (pese a su bajo estado de forma) y Waisake Naholo (exitosa reaparición tras la lesión que le impidió ir al Mundial) son los dos alas puros de la lista. Ben Smith, Israel Dagg y Damian McKenzie serán los encargados de alternar su posición entre el puesto de zaguero y las puntas del campo.
Ben Smith ha sido elegido segundo capitán del equipo, Damian McKenzie es la gran revelación de la temporada e Israel Dagg es, junto a Aaron Cruden, el jugador al que su actual rendimiento ha llevado de vuelta a un equipo del cual se había visto apartado tras dos serios avisos de Steve Hansen debido a la relajación percibida por el cuerpo técnico.
En el comunicado oficial de la convocatoria hay una frase que deja muy claro todo el detalle con el que se trabaja en la selección neozelandesa:
“Not considered for selection due to injury was Nehe Milner-Skudder.”
Para que nadie tenga dudas sobre cuál es el motivo de su ausencia.
El ciclo mundialista hacia 2019 ha comenzado y los All Blacks se han puesto manos a la obra de forma inmediata demostrando nuevamente que no hay lugar para la improvisación dentro de las filas del mejor equipo del mundo.
* Javier Señaris es analista de rugby.
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