"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
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1.- Durante años, el Real Madrid ganó docenas de partidos, alcanzó grandes goleadas e incluso sumó algunos títulos desde la simplicidad del alfa y el omega: portero y delantero centro. El vacío era el resto, permítaseme la exageración. Casillas lo detenía todo y alguien resolvía en el área opuesta, llámese Ronaldo o Van Nistelrooy, por mencionar dos gigantes. La noche del Barça en su estreno europeo ha sido muy alfa/omega, sujeto a Valdés y Messi, dos colosos, cada cual en su zona respectiva.
2.- Detuvo cuatro goles cantados Valdés en su parcela y marcó tres Messi en la suya. El resto fue desconcertante, lo que puede comprenderse si nos atenemos a las palabras del entrenador Martino, que habló al terminar el partido de su certeza de estar “yendo al mismo lugar en que estuvo el Barça”, lo que equivale a reconocer que, si tan necesario resulta regresar donde se estuvo, es que todo se movió demasiado .
3.- Lo mejor del estreno barcelonista, además de la efectividad supermanesca de Valdés y Messi, fue aplastar al Ajax en el marcador. El Barça jugó de manera desconcertante los primeros veinte minutos, otra vez ni carne ni pescado, separados los jugadores y alejadas las líneas, fiado todo a la electricidad de Neymar, cuyo entendimiento con los compañeros del costado izquierdo aún está en fase muy inicial.
4.- Al minuto 21, Messi sonrió para dentro. Duarte le brindó un libre directo como quien extiende una alfombra roja al paso de la actriz burbujeante. Majestuosamente, Messi aprovechó la invitación y enroscó el balón como el niño que lanza una peonza (ahora los niños no juegan con peonzas, pero valga la expresión). [PD: Varios amigos aseguran que los niños vuelven a jugar con peonzas, quede constancia].
5.- Luego, el equipo se hizo largo como una eternidad. El Ajax lo agujereó por donde quiso, aunque sin malicia, como temiendo enfadar a la fiera. Desenchufados los de arriba, a Busquets se le hizo enorme y estresante el campo y se extendió la impresión de estar viendo otra receta hecha con los mismos ingredientes, pero que ofrecía un sabor muy distinto.
6.- Resultó imposible no pensar entonces en si la evolución no contiene en sí misma alguna involución. Se miran mucho los instrumentos (el pase largo, la conducción, la presión alta o media, la diagonal cambiando de dirección, el juego agrupado…), pero al fin y al cabo solo son herramientas de un concepto superior: el concepto global del equipo, que ha evolucionado desde diciembre de 2011, punto culminante del Pep Team, pero no siempre hacia delante. De ahí la importancia de esas palabras de Martino: “Estamos yendo al mismo lugar que estuvo el Barça”, una declaración de más alcance que el simple uso de unos instrumentos u otros.
7.- El Tata Martino es el ingeniero al que han llamado para reparar unas vías de agua poco cuantificadas y apenas reconocidas. Las vías de agua existieron y se evidenciaron en primavera pasada, pero al entrenador argentino se le pide que las arregle con el barco en marcha y usando los mismos marineros, con el añadido del efervescente Neymar.
8.- Entre la marinería se observan criterios dispares, según sean Mascherano o Valdés quienes reclamen volver a una determinada solidaridad colectiva u otros quienes hablen, además de asomar algo tan humano como el peso de las jerarquías y la evocación de que, en el centro del campo, la sucesión no será cómoda.
9.- Las reparaciones no son tarea sencilla ni breve y el señor Martino las está llevando a cabo con prudencia y mesura, por más que encuentros como el de hoy dejen la sensación de estar a mitad de un camino a ninguna parte. No parece probable que sea así, por más quebrado y partido que se mostrara el Barça durante un buen rato. El talento de los jugadores y sus excelencias pasadas deberían garantizar que es posible recuperar el rumbo sin necesidad de retorcer palabras y verbos.
10.- En cuanto el Ajax llegó dos veces con ánimo criminal (con Van Rhijn y Duarte fusilando a Valdés, prodigioso), el entrenador ordenó repliegue y vimos un Barça sorprendente, reculado sobre su portero, encerrado y regalando el balón a un Ajax desconcertado por semejante propuesta. Fue el modo que encontró Martino de evitar esas transiciones defensivas tan dolorosas. Por momentos fue un buen remedio, pero también un cierto aire de renuncia.
11.- Ya con Xavi en el campo, Valdés tuvo que intervenir tanto como cuando mandaba Cesc, lo que no ayudó a despejar interrogantes, si bien la zurda de Messi ya lo había resuelto todo por triplicado cien metros más arriba. Ni siquiera de penalti pudo el Ajax quebrar a un portero que se agiganta por minutos, como si quisiera resumir en su última temporada blaugrana todo un arsenal de prodigios.
y 12.- Los resultados van dando tiempo y oxígeno a un entrenador que los necesita y merece, mientras los marineros siguen buscando, más individualmente que en conjunto, alfa y omega, el rumbo preciso para regresar al lugar en que estuvo el Barça y de donde, ahora ya lo reconocen todos, un día desapareció.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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