Es un buen momento para hablar sobre un jugador más discutido que nunca.
Alexis Sánchez no está pasando un buen momento en el Barça. En la temporada que muchos pensábamos que iba a explotar como jugador, varios factores le están condenando, especialmente a ojos del público.
En mi opinión, dos factores muy relacionados nos llevan a esa sensación de que su fracaso en el Barça está a la vuelta de la esquina: lesiones y falta de confianza. Son dos factores que pudieran y deben ser pasajeros. También son dos factores que pueden terminar con su carrera en el club.
La pérdida de confianza del jugador es terrible. Especialmente en los metros finales donde parecen apagarse todas las luces que tenía bien encendidas la temporada pasada. Desde casa tenemos la misma sensación que debe sentir él. Cuando llega cerca del área, por una razón u otra, pensamos/sabemos que no ocurrirá nada. Eso es un lastre muy grande que puede superarse en dos buenas acciones o arrastrarlo para siempre al fondo del río.
Circunstancias actuales aparte, pasemos a analizar el juego del chileno.
Un día, en esta casa, hablamos de un chico que se movía maravillosamente sin balón, sin apenas hacer esfuerzos. Alexis se mueve maravillosamente bien, pero al contrario que Leo, sus esfuerzos son máximos y constantes durante un partido. Os propongo, sobre todo si lo véis en directo en un estadio, fijaros en cómo y cuánto se mueve Alexis sin balón. Si entendéis algo del juego, también en lo bien que lo hace. Fijáos también en las veces que no recibe pase y lo poco que se desanima por ello. Le he visto romper, caer en fuera de juego, volver a salir y volver a romper varias veces en la misma jugada. Todos estos movimientos tienen consecuencias muy positivas en el juego del equipo. Crear espacios para que los aprovechen otros compañeros, como se demuestra en el primer gol de Messi ante el Betis, posiblemente lo que más réditos le ha dado por ahora al equipo.
Pero hay más. En mi opinión se está infrautilizado las salidas que le da Alexis al poseedor de balón. Para un pasador es un lujo tener siempre al menos un compañero que la quiera al espacio. Para la defensa rival es muy, muy difícil marcar a un jugador que no para de moverse y suele echar su línea defensiva a defender 15 metros más atrás de lo que les gustaría. Alexis, probablemente por falta de adaptación y la esencia del propio juego del Barça, recibe pocos balones al espacio. Pocos pases largos se producen en este equipo y creo que si la adaptación es recíproca, el Barça puede añadirle una variante más a su juego. Esos pases de 40 metros que lanzaba Koeman hacia Txiqui o Stoichkov podrían llegar a volver a repetirse con el chileno.
En el apartado de movimientos sin balón no quiero olvidarme de su trabajo defensivo. Trabajo que, teóricamente, debería ser obligatorio en todos los futbolistas. Va con el sueldo. Pero todos sabemos que no es así. Alexis es un tipo muy sacrificado. El contrarrobo, esos 5-10 segundos que pasan tras pérdida de balón y que tan importantes son para no dejar al rival salir con la bola controlada, es un arte que domina a la perfección. Y no es fácil cambiar el chip tras la pérdida. Disgustarse, lamentarse o quejarse son reacciones muy lógicas en cualquier jugador. Tener la capacidad de hacerlo, como también la tiene Pedro, requiere de una predisposición trabajada y ha sido una de las claves del éxito del juego de posición del Barça.
Alexis es un animal. Una roca. Y con el centro de gravedad muy bajo, muy rápido en movimientos cortos y explosivos. Difícilísimo para defensas fuertes que quizás se sienten mejor defendiendo a armarios y difiicilísimo para defensas más ligeros a los que puede superar por su fuerza y potencia.
Creo recordar que fue Piqué quien dijo, en un buen momento del chileno el año pasado, que cuándo no tenía salida buscaba a Alexis de espaldas a portería que ya se encargaría el chileno de aguantar el cuero.
El Barça también hace contragolpes y cuando consigue combinar con el chileno, este es capaz de aguantar el balón y poder así esperar a que lleguen compañeros. Aparte de esta característica, más propia de un jugador grande y pesado, Alexis suma un valor añadido: las fintas, que le permiten a menudo girarse y superar a los rivales aprovechándose también de una arrancada muy potente.
Alexis tiene muchísima calidad individual. Cierto, no es tan fino como la mayoría de jugadores del Barça y, por tanto, parece que no esté al nivel del resto del equipo. Es un tipo extraño, pero sabe salir de situaciones muy comprometidas gracias a su calidad técnica. Con sus fintas, sus regates secos y cambios de dirección explosivos debido a su potencia. Nos esperábamos otra cosa, yo el primero. Esperábamos un chico que desbordase continuamente en el uno contra uno y no lo es. Pero sus cualidades dan de sobra para lo que se debe esperar de él.
Tiene el instinto, tiene la potencia y el remate necesario para ser un gran goleador. Gran capacidad de salto para el remate de cabeza. Suficiente velocidad para desbordar rivales tras pase en profundidad. Instinto para estar en el sitio adecuado en el momento oportuno, para pillar ese rechazo del portero o que le caigan esos rebotes dentro del área que le caen solo a los que tienen ese olfato.
Y quiero dejar constancia de esto hoy, en que lleva un sólo gol en media temporada. Creo que es un problema de confianza, de rachas, de que cuando entre uno entrarán varios. Aun así, este apartado es más de fe en él y lo que intuí el año pasado e intuyo este año viendo las ocasiones malogradas. En este apartado puede trazarse la línea entre su éxito en el Barça y su fracaso. De su éxito en el fútbol no tengo ninguna duda.
* Sergi Rojals es futbolista.
– Fotos: EFE – AFP
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