"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
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La evolución del fútbol africano. Partía como destructor físico, netamente superior al resto por su fortaleza y capacidad para chocar. El típico jugador africano. Lleva años progresando con balón, hasta llegar al nivel de cualquier mediocentro del Arsenal. Capaz de filtrar pases verticales por tierra y aire llegando desde tercera línea como último creador. Ejecutor de la digna salida de balón del Arsenal. Roba y surte rápido, llega y golpea o pasa con gran precisión. Su evolución de corte defensivo a jugador total es enorme. Álex Song, pulmón y creador. Dos en uno.
FICHA TÉCNICA
Centro de gravedad alto, pese a no poseer una altura excesiva. Gran capacidad física para soportar el eje del centro del campo como 4. Recuperador incansable merced a su cuerpo atlético y potente tren inferior que le permite disparar con potencia y ganar balones aéreos con suficiencia. Se despliega a lo ancho y cuando el Arsenal genera posesiones largas, no duda en incorporarse a la segunda o tercera línea de ataque para filtrar un pase o chutar. Todo ello, sin airear un hueco excesivo que facilite transiciones cómodas para el rival. Song es el eje físico y táctico del Arsenal.
Como jugador africano, le costó asimilar la misión y posición, pese a que Wenger no tiende a encorsetar posicionalmente a jugadores en un puesto concreto. Siempre confía cierta alegría a la hora de desplazarse por el campo. Song ha evolucionado a un nivel altísimo tácticamente hablando. Ha pasado de ser a un mero destructor, ubicado como 4 acompañando la creación a un corrector constante, iniciador talentoso y facilitador incansable. Ayuda en defensa, ayuda en ataque. Destruye, construye y llega. El Busquets camerunés. Su capacidad atlética, adaptación táctica y su técnica (en constante mejoría) le otorgan facilidad para jugar como interior con libertad en el futuro o quien sabe si por detrás del punta. Posible tendencia a evolucionar hacia la versión 2.0 de Yayá Touré.
Probablemente, la faceta en la que más ha evolucionado. Tal vez nunca haya sido grosero con el cuerpo ni podríamos decir que sus piernas eran de madera, pero la capacidad técnica que ha demostrado esta temporada es cercana a lo insospechado. Diestro, con una visión de juego para su condición de destructor y para el prejuicio de jugador africano potente, anárquico, pero poco solvente con el balón en los pies. Wengerizado. Su disparo es potente desde media distancia, pero es frecuente verle filtrar un pase interior por aire o tierra. Es preciso y tremendamente inteligente en sus movimientos. No es demasiado rápido con el balón en los pies, pero sí con la cabeza. Piensa antes, ejecuta mejor. Nuevo prototipo de jugador total. La garra y el físico africano, el ritmo de la Premier y la técnica depurada de los chicos wengerianos. Song, todo en uno.
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