Conocido como El Maestro, dejó su impronta en los terrenos de juego de toda América durante más de dos décadas. Es una de las mayores figuras que ha dado el fútbol ecuatoriano a lo largo de su historia y aún hoy en día es el segundo jugador que en más ocasiones ha vestido la elástica nacional. Nacido el 9 de julio de 1968 en Ibarra, provincia de Imbabura (Ecuador), se desempeñaba como centrocampista ofensivo. Hábil y talentoso, con gran técnica y manejo de la pelota, tenía una magnífica visión de juego, un buen golpeo de balón con ambas piernas y era un brillante pasador.
Inició su trayectoria en la Escuela de Fútbol Ciudad de Quito y con 16 años fichó por el Deportivo Quito que dirigía Carlos Sevilla. En 1985 consiguió la titularidad y a partir de la campaña siguiente explotó todo su talento, consiguiendo además buenas cifras goleadoras. Deportivo Quito rozó el título liguero, pero se quedó a las puertas en varias ocasiones. En 1985 finalizó en segundo lugar en el octogonal final por detrás de Barcelona de Guayaquil y en 1987 también llegó a la ronda decisiva, pero quedó en cuarta posición. Fue en la temporada de 1988 cuando rozó con más claridad el trofeo en un gran curso de los azulgranas. En la primera etapa del campeonato acabaron quintos y en la fase de grupos, dividida en dos liguillas de cuatro conjuntos, liderron el Grupo 1 con 8 puntos. Con ello pasaron a la final ante el Emelec, que comandó el Grupo 2. En la ida en Guayaquil ,el Emelec se mostró muy superior con un 3-0 que dejaba la vuelta muy compleja. Una semana después, en Quito, se intentó la machada, pero el empate a uno dio el título a Los Millonarios. Aguinaga dejó Deportivo Quito en 1989 después de otra buena campaña en la que obtuvieron un tercer puesto en liga tras Barcelona y Emelec y accedieron a octavos de final en la Libertadores, siendo eliminados por los chilenos de Cobreloa.
El Maestro recibió ofertas de importantes clubes europeos como el Milán, el F. C. Barcelona o el Real Madrid, pero el presidente de Deportivo Quito ya había llegado a un acuerdo con el Necaxa por 280.000 dólares. Se marchó a México y se convirtió en una leyenda de los Rayos y en uno de los mejores extranjeros que ha jugado en la liga mexicana. Amplió su palmarés con numerosos trofeos, aunque estos no llegaron hasta mediados de la década de los noventa. En 1993 recibió el premio Citlalli al mejor centrocampista de la liga y el curso posterior consiguió su primer título con Necaxa. Fue la Recopa de la CONCACAF, donde tras eliminar a C. D. México y Lambada llegaron a la final ante el Aurora de Guatemala. En Miami, los pupilos de Manuel Lapuente derrotaron con facilidad por 3-0 a los guatemaltecos, abriendo Aguinaga el marcador.
El cuadro de Ciudad México ganó en confianza y aquella temporada completó una actuación extraordinaria. Conquistó el doblete de liga y copa tras superar a Cruz Azul y Veracruz respectivamente y la Supercopa llegó a sus vitrinas sin la necesidad de disputar el torneo. La temporada posterior fue la mejor de Aguinaga en México y por ello fue reconocido con el galardón Citlalli al mejor jugador y al centrocampista ofensivo más destacado. Además revalidaron el campeonato de la primera división mexicana al imponerse al Atlético Celaya.
El siguiente éxito tuvo lugar ya en 1998, con el Torneo de Invierno. El Necaxa de Raúl Arias terminó como primero del Grupo 3 y se clasificó para las eliminatorias por el título. En cuartos de final remontaron una situación adversa frente al Tecos y en semifinales eliminaron al Atlas. En la final frente a Chivas empataron a cero en el Azteca, pero la victoria por 2-0 en el Estadio Jalisco les dio el torneo. Con ello también lograron la clasificación para la Copa Campeones de la CONCACAF de 1999. Disputaron un playoff ante Los Angeles Galaxy para entrar en la fase final y sufrieron mucho para ganar el pase. En el duelo celebrado en Las Vegas hubo que acudir a los lanzamientos de penalti tras el 1-1 con el que acabó el partido. En la tanda, los mexicanos ganaron por 3-4 y consiguieron la clasificación. En cuartos quedaron emparejados con los costarricenses del Deportivo Saprissa, a quienes derrotaron por 3-2. A continuación, el DC United siguió el mismo camino y fueron apeados tras un 1-3. Contra pronóstico, los Rayos se plantaron en el partido decisivo frente a Alajuelense. La final, en el Sam Boyd Stadium de Las Vegas, congregó a 10.000 personas que presenciaron cómo el Necaxa remontaba el tanto inicial de Miso para vencer por 2-1. Aguinaga fue clave y protagonista de la final con un golazo que puso las tablas en el minuto 46, anotando poco después Vázquez el 2-1 definitivo con el que Necaxa se proclamaba mejor escuadra del continente norteamericano por primera y única vez en su historia. El equipo para el recuerdo que formó Raúl Arias fue el siguiente: Hugo Pineda, Salvador Cabrera, Sergio Almaguer, José Montes de Oca, Alex Aguinaga, Agustín Delgado, Hernán Vigna, Germán Villa, Edgar David Oliva (Ignacio Ambriz 88’), Sergio Vázquez y Jaime Hernández.
El premio, además, fue doble con la posibilidad de participar en el Mundial de Clubes celebrado en el año 2000 en Brasil. Debutaron en Maracaná ante el Manchester United, que sacó un empate in extremis gracias a un tanto de Dwight Yorke en el minuto 88. A continuación consiguieron el triunfo contra el South Melbourne por 1-3 y, aunque cayeron frente a Vasco de Gama por 2-1, pasaron como segundos de grupo. En el choque por el tercer puesto tuvieron como adversario a otro histórico del fútbol, el Real Madrid. Tras el 1-1 durante el tiempo reglamentario, los penaltis decidieron el partido y el Necaxa estuvo más acertado que los blancos, llevándose el tercer lugar por 3-4 en la tanda. Aguinaga permaneció tres campañas más y en el 2003 dejó la institución rojiblanca con un bagaje de 476 partidos y 85 goles.
Firmó por Cruz Azul, donde solo estuvo unos meses y en 2004 regresó a su país, a las filas de Liga de Quito. Allí dio sus últimas tardes de gloria y obtuvo el último trofeo de su currículum como jugador, el Apertura del 2005. Liga de Quito lideró la tabla en la primera fase y en las eliminatorias se deshizo de Olmedo y Deportivo Cuenca antes de enfrentarse con Barcelona de Guayaquil. En la ida perdieron por 1-0, pero la vuelta en casa fue un festín para el elenco albo, que con un 3-0 alzó el título. Junto a Aguinaga se encontraban futbolistas de la talla de Giovanni Espinoza, Neicer Reasco, Édison Méndez, Roberto Palacios o Franklin Salas. A la conclusión del torneo Clausura el centrocampista de Ibarra cumplió su contrato y colgó las botas de manera definitiva.
Con la selección de Ecuador fue internacional en 109 ocasiones desde 1987 a 2004, marcando un total de 23 goles. Debutó el 5 de marzo de 1987 en un amistoso frente a Cuba en La Habana en el que vencieron por 1-2, estrenándose además como goleador. Su primera gran competición fue la Copa América de 1987, con sede en Argentina, donde solo jugó 20 minutos en el empate a uno contra Perú. A lo largo de su carrera, Aguinaga disputó siete torneos continentales más (1989, 1991, 1993, 1995, 1999, 2001, 2004) con similar resultado en todos ellos, a excepción de la Copa América de 1993, celebrada en casa. Ecuador era un fijo en no pasar de la primera fase, pero su actuación como anfitrión fue notable. El equipo nacional, dirigido entonces por el yugoslavo Dusan Draskovic, quedó emparejado en un grupo con Uruguay, Venezuela y Estados Unidos. En el Olímpico de Atahualpa se mostraron muy superiores a sus rivales y contaron todos sus duelos por victorias tras imponerse a los venezolanos por 6-1, a los estadounidenses por 2-0 y a los charrúas por 2-1. Aguinaga fue un fijo en los esquemas del técnico y ayudó con dos tantos, uno ante Venezuela y otro frente a Uruguay, a la clasificación para la siguiente fase. En cuartos de final se enfrentaron con Paraguay, que había sido uno de los mejores terceros y tampoco fue adversario para La Tricolor. Quito volvió a disfrutar de su selección, que pasó por encima de los guaraníes (3-0). Ecuador alcanzaba las semifinales, pudiendo igualar o mejorar el puesto el puesto de la edición de 1959. Se vieron las caras con México, que contaba en sus filas con Jorge Campos, Claudio Suárez, García Aspe o Hugo Sánchez. Sin embargo, los mexicanos fueron mejores y con un tanto de Hugo y otro de Ramírez dejaron sin final a los anfitriones. Posteriormente, en el partido por el tercer lugar, Colombia, con un tanto de Adolfo Tren Valencia, les relegó al cuarto puesto en su torneo.
Con optimismo y buenos ánimos iniciaron la fase de clasificación para el Mundial de Estados Unidos de 1994. Pero las cosas se torcieron con rapidez en un grupo con Brasil, Bolivia, Uruguay y Venezuela. En la primera ronda contaban con cuatro puntos y al finalizar la segunda solo habían sumado un empate frente a Bolivia en casa. Aguinaga participó en cinco choques y el sueño del mundial tenía que esperar.
Volvieron a intentarlo para Francia 1998, ya en una fase en la CONMEBOL con una liguilla que reunía a todos los equipos. El Maestro tiró del carro del combinado nacional y se erigió en máximo goleador del equipo con 6 goles en 16 encuentros, sin embargo, no fue suficiente y Ecuador (21 puntos) finalizó en sexto lugar a cuatro puntos del último billete mundialista.
Cuatro años más tarde, con Hernán Darío Gómez en la parcela técnica, lograron el hito de acudir a la Copa del Mundo de Corea y Japón. Aguinaga jugó siete partidos, incluidos dos que pasaron a la historia del fútbol ecuatoriano. El primero, el 28 de marzo de 2001 cuando derrotaron en Quito a Brasil por 1-0, y el segundo, el 7 de noviembre del mismo año, cuando lograron el punto que necesitaban para clasificarse al primer mundial de su historia. Fue ante Uruguay y el gol de Kaviedes supuso la igualada y llevó la euforia a todo un país. En tierras asiáticas compartieron grupo con Croacia, Italia y México. Acusaron la inexperiencia y quedaron en última posición con tres puntos, conseguidos en la tercera jornada al superar por 1-0 a Croacia. Aguinaga contaba ya con 33 años y, aunque fue titular en todos los choques, su físico le impidió una mejor actuación. Para la historia queda el primer once de Ecuador en una Copa del Mundo ante Italia, donde además del centrocampista de Ibarra formaron Cevallos, Poroso, Hurtado, De la Cruz, Obregón, Guerrón, Delgado, Chala, Méndez y Tenorio.
Aguinaga vistió la camiseta amarilla por última vez en la Copa América 2004, después de estar presente también en varios enfrentamientos clasificatorios para el Mundial de Alemania. Concretamente se despidió el 13 de julio tras caer ante México por 2-1.
Al finalizar su carrera sobre el césped empezó su labor como entrenador en el año 2010. Primero fue asistente de Manuel Lapuente en el América mexicano y tras el despido de este a principios de 2011 tomó las riendas del Barcelona de Guayaquil. En mayo dimitió y su siguiente destino fue el San Luis FC mexicano un año más tarde. Actualmente se sienta en el banquillo de Liga Deportiva Universitaria de Loja.
* Alberto Cosín.
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