Raúl Albiol (1985, Villamarchante) se despide del Real Madrid y de la liga para poner rumbo a Nápoles. Un central alto, contundente y fuerte en el juego aéreo. Nunca se ha caracterizado por ser veloz, aunque su zancada compensa en parte esa lentitud de movimientos que afecta tanto a la carrera como al giro. Tosco con el balón, no se complica al iniciar una jugada y prefiere mandar lejos la pelota antes que arriesgarla cerca de su posición. En el Real Madrid ha actuado en varios roles como central en la plantilla, en todos los posibles, de hecho, en estos cuatro años.
Su llegada en el 2009 de la mano de Pellegrini sirvió para cubrir las bajas de Cannavaro y Heinze. Venía con el cartel de titular después de varios años buenos en Valencia y como habitual en las convocatorias de la selección. Fue el central más importante del equipo ese año con diferencia. En un principio el hombre fuerte era Pepe, pero se lesionó, así que Albiol tomó su papel. Y cumplió. Sin ninguna duda fue su mejor temporada en el club blanco.
En la 10/11 la pareja de centrales la formaron Pepe y Carvalho. Seguridad portuguesa para Mourinho, que quiso traer a un central veterano de su confianza. Resultó un acierto, cubrió con éxito las expectativas y relegó a Albiol a un papel más secundario como tercer central. De todas formas, disfrutó de muchos minutos, aunque su rendimiento comenzó a bajar. No puede decirse con seguridad, pero quizá esa falta de continuidad afectó a su confianza e hizo que no jugara como antes. Este pequeño declive, unido al fichaje de Varane y a la reconversión definitiva de Sergio Ramos a la posición de central, provocó que en la 11/12 fuera titular únicamente en 8 partidos. Pepe y Ramos formaban la mejor pareja de centrales del mundo, un dúo ideal para el juego del equipo, por lo que pelear por la titularidad era misión imposible. Varane comenzó a entrar en las rotaciones poco a poco, dentro de esa estrategia de Mourinho de integrar al joven francés, e incluso Carvalho, que estuvo lesionado varios meses, tuvo oportunidades. En las estadísticas podemos ver que Albiol participó en 17 partidos, pero en la mayoría de ellos disputaba sólo los últimos minutos, y más de una vez como lateral o pivote defensivo, fuera de su posición y simplemente como parche. Ni pasaba por su mejor momento ni el contexto le era favorable para invertir la dinámica.
Este último año empezaba con Ramos y Pepe afianzados en el centro de la defensa, con Carvalho semiapartado del equipo y Varane peleando con él para convencer a Mourinho de que podía ser el tercer central. El guión se rompió con la lesión de Pepe, Varane maravilló con sus actuaciones y Mourinho tuvo que recurrir a todos sus centrales. No sólo estaba Pepe lesionado, sino que el entrenador portugués se veía obligado a cuidar con más cariño a su nueva pareja titular en los partidos menos trascendentes. Ahí Albiol encontró su oportunidad, fue titular en 20 partidos y recuperó esas buenas sensaciones que ya estaban olvidadas. Se mostró seguro, incluso con un punto de velocidad, concentrado, atento y metido en la competición. Cumplió con las exigencias de su entrenador y consiguió ganarse el favor de la grada madridista, que había sido crítico con él las dos últimas temporadas y que comenzó a verle como lo que era: un buen profesional y una buena opción para la plantilla como central suplente.
La defensa madridista pierde un central que parecía garantizar seguridad desde el banquillo (pierde dos, también se fue Carvalho). Ahora Ancelotti deberá decidir si confiar en Nacho para esa tarea o seguir moviendo el mercado en busca de su línea defensiva ideal.
* Juan Zubiría. Sitio web: desdelazonamixta.wordpress.com.
– Foto: Álvaro Fdez. Etxeberria (Mundo Deportivo)
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