El estadounidense Zach Johnson ganó en St Andrews el segundo major de su carrera, unos de los Open Británicos más emocionantes que se recuerdan y que pudo tener como vencedor desde un amateur hasta Jordan Spieth camino del imposible Grand Slam. Pero el de Iowa remontó desde el sexto puesto en la jornada final con una magnífica tarjeta de 66 golpes (con ocho birdies) y logró otros dos birdies más al inicio del desempate a cuatro hoyos entre tres golfistas para volver a ganar un grande ocho años después de su triunfo en Augusta. Primer recorrido Como en casi todos los torneos del Grand Slam, Dustin Johnson fue protagonista. Johnson ha sido nueve veces Top 10 en majors y se postuló como aspirante al título en las dos primeras jornadas cuando logró 65 (récord personal de menos golpes en un major) y 69 golpes para ser el líder en solitario al término de cada día. Pero se hundió en los dos últimos recorridos con dos tarjetas de 75 golpes y terminó en el puesto 40º, su segunda peor actuación en The Open tras 2009, cuando no superó el corte. Segundo recorrido El viento y la lluvia obligaron a alargar la jornada hasta las diez de la noche hora local, pese a lo cual no todos los jugadores pudieron completar su segundo recorrido. Entre los que sí terminaron estuvo Tom Watson, que no pudo pasar el corte en su 39º y último Open Británico a sus 65 años. El retraso acumulado provocó que el torneo acabase un lunes por primera vez desde 1988. Tercer recorrido La tercera jornada fue un aluvión de birdies que dejó a catorce jugadores agrupados en apenas tres golpes. Entre ellos estaban ocho campeones de Grand Slam y dos amateurs, el estadounidense Jordan Niebrugge y el irlandés Paul Dunne, que compartía el liderato con Jason Day y un antiguo campeón del torneo, Louis Oosthuizen. El cuento de hadas de Paul Dunne, el primer amateur que afrontó la última jornada del Open Británico como líder desde Bobby Jones en 1927, se terminó con 78 golpes en el último recorrido para acabar en el puesto 40º. Ya son 315 majors consecutivos, desde la victoria de Johnny Goodman en el US Open 1933, sin que gane un golfista amateur. Cuarto recorrido Primero Zach Johnson, luego Marc Leishman y por último Louis Oosthuizen se apuntaron a un playoff al que apunto estuvo de llegar Jordan Spieth. Fue el primer desempate con más de dos jugadores desde el Masters 2009 y el primero en el Open Británico tan numeroso desde 2002, cuando concurrieron cuatro golfistas. Además, también fue la primera vez que tres o más golfistas acababan los 72 hoyos empatados a 15 bajo par (o un mejor resultado). El desempate En el Open Británico, los playoffs se juegan a cuatro hoyos, en esta ocasión cuatro pares 4. Zach Johnson lo empezó con dos birdies, lo que no ocurría en el torneo desde 1989 con Greg Norman, que aun así no pudo ser campeón, y pese a un bogey en el siguiente hoyo Johnson garantizó el título con un par en el 18. Oosthuizen acabó a un golpe, pero volvió a perder un desempate, como en el Masters 2012 ante Bubba Watson. Para Leishman este subcampeonato es su mejor resultado en un major. Ninguno de los tres líderes tras 54 hoyos pudo ganar el torneo. Esto no ocurría en un Grande desde el US Open 1973, que acabó el tercer recorrido con cuatro líderes y el título fue para otro jugador, Johnny Miller. En el Open Británico no pasaba desde 1933 en St Andrews, cuando hubo cinco líderes a falta de la última jornada y el campeón fue Denny Shute. El campeón Zach Johnson ha tardado ocho años en ganar su segundo torneo del Grand Slam, algo que no ocurría desde el Masters 1995 que venció Ben Crenshaw once años después de su primer grande, también en el Masters. Para hacerse con el título, Johnson remontó tres golpes desde el sexto puesto en la última jornada. Nadie ganaba el Open Británico en St Andrews comenzando el último recorrido sexto o peor desde el estadounidense Denny Shute en 1933, cuando era décimo, y también estaba a tres golpes, a falta de 18 hoyos. Y además…
El anfitrión, Rusia, dominó el medallero por tercer mundial consecutivo gracias a su equipo femenino que logró tres títulos y tres medallas más para un total de nueve preseas, cuatro de ellas de oro. Espada El húngaro Géza Imre ganó el oro masculino en una dramática final ante el francés Gauthier Grumier resuelta por 15-14. Uno de los bronces fue para Patrick Jørgensen, segundo hombre danés en lograr una medalla en cualquier arma, tras el oro de Mogens Lüchow en espada en 1950. El oro femenino fue para Rossella Fiamingo, primera mujer que repite título en este arma desde Laura Flessel en 1999. Por equipos, victoria de los hombres de Ucrania –que nunca había sido oro en espada masculina– y de las mujeres chinas. Suiza, bronce masculino, es el país con más medallas colectivas en la historia del mundial sin ningún oro (once). Florete Histórico título del japonés Yuki Ota, primera persona japonesa campeona del mundo de esgrima en los 94 años de historia del evento. En la competición femenina hubo doblete ruso –algo que sólo había ocurrido en 2002– con Deriglazova (oro) y Shanayeva (plata). Italia se llevó los dos oros por equipos en florete. El título femenino permitió a Valentina Vezzali sumar su 25ª medalla mundialista e igualar el récord histórico de su compatriota Edoardo Mangiarotti. Vezzali, con 16, aumenta su récord de títulos. Sable Rusia ganó los dos oros individuales con Alexei Yakimenko y Sofia Velikaya. Es la segunda vez que el mismo país gana estos dos títulos, tras conseguirlo Rusia en 2007. Por equipos, Italia consiguió el oro masculino por primera vez desde 1995 y Rusia se hizo con el título femenino.
Una marca imposible, 3’50’’07 de Genzebe Dibaba en 1500 metros, eclipsó por completo otros grandes datos del mitin Herculis de Mónaco. Por ejemplo, Amel Tuka ganó en 800 y se convirtió en el primer bosnio en vencer cualquier prueba en Golden League/Diamond League; Lavillenie superó en pértiga las 27 victorias de El Guerrouj en 1500 como récord masculino en una misma modalidad; y Joe Kovacs (22,56 en peso) y Asbel Kiprop (3’26’’69) lograron la mejor marca en la historia de la Diamond League. Pero todo quedó en segundo plano con la histórica carrera de Genzebe Dibaba que escasos días antes había demostrado en Barcelona ser capaz de acercarse al vetado récord mundial de Yunxia Qu conseguido en los sorprendentes –por el nivel de marcas nunca repetidas– Juegos Nacionales Chinos de 1993. La etíope mejoró en 39 centésimas el récord de Qu, que llevaba casi 22 años en vigor y que era la última plusmarca individual femenina que alguien había arrebatado al bloque comunista (URSS, Bulgaria, Checoslovaquia, etc.)
Desde hace dos años la Liga Mundial de voleibol se divide en niveles. Desde el segundo es muy difícil ser campeón, pero no imposible, como ha demostrado Francia con una temporada casi perfecta: 17 victorias (once de ellas por 3-0) en 18 partidos y dos fases finales ganadas, la primera la de su nivel, donde derrotó por 3-0 a Bulgaria y Argentina, y luego la fase final, donde derrotó a Brasil, a Polonia en el quinto set y a Serbia en la final por 3-0 para conseguir la primera Liga Mundial de su historia.
Hamburgo (Alemania) acogió la séptima prueba de la temporada, la tercera en formato sprint. En categoría masculina venció Vincent Luis, que dio a Francia su primer triunfo en Series Mundiales, mientras que Gwen Jorgensen se impuso en la carrera femenina, tal y como ha hecho en siete de las ocho últimas pruebas (cinco de las seis últimas en formato sprint). Con esta nueva victoria, Jorgensen sumó su 17º podio y superó el récord que compartía con la australiana Emma Moffatt.
Portugal derrotó a la sorprendente Tahití en la final por 5-3 para conseguir su segundo título mundial de fútbol playa tras el logrado en Brasil hace catorce años. Tahití, líder de grupo por delante de Rusia (que acabó siendo bronce), fue el primer país de Oceanía en alcanzar la final mundialista. La victoria tahitiana ante Rusia por 7-6 en la fase de grupos provocó un excitante duelo de cuartos de final entre rusos y brasileños que los europeos ganaron por 6-5 en la prórroga relegando a Brasil al quinto puesto final, su peor actuación en los 18 mundiales disputados.
GBR 3-1 FRA. Andy Murray jugó y ganó tres partidos –el de dobles junto a su hermano mayor Jamie–, se mantiene invicto como local en individuales (16-0) y metió a Gran Bretaña en sus primeras semifinales, que además jugará como local ante Australia, desde 1981. AUS 3-2 KAZ. Kazajistán dio la sorpresa el primer día al ganar los dos partidos ante Kokkinakis y Kyrgios. Entonces Australia apostó por Groth y Hewitt para lo que quedaba de eliminatoria y logró una remontada histórica. Es el segundo 0-2 que levanta Australia, tras el de la final de 1939 ante Estados Unidos, y el primer 0-2 que cualquier remonta utilizando exclusivamente a los dos jugadores que descansaron el viernes. ARG 4-1 SER. Con Đoković ausente, Argentina tuvo una eliminatoria plácida donde el punto clave fue la remontada de dos sets de Federico Delbonis –la primera de toda su carrera profesional– ante Viktor Troicki, al que ya le había ocurrido esto cinco veces más, todas ellas en Grand Slam. BEL 5-0 CAN. Canadá tampoco pudo contar con sus dos mejores jugadores y Bélgica le pasó por encima. Es el mejor resultado de la historia de Bélgica en Grupo Mundial y jugará su primera semifinal, donde hará de local, desde 1999. Tres récords en las eliminatorias zonales. Conchita Martínez se convirtió en la quinta capitana de la historia, pero su debut con España fue una de las peores derrotas en la historia del país: Rusia le ganó 3-2 en Vladivostok (Rusia) y se convirtió en el segundo país que le remontaba un 0-2, tras Brasil en 1966. Max Mirnyi jugó y ganó el doble con Bielorrusia, que superó a Turquía en una eliminatoria de tercera categoría, Mirnyi es el primer jugador de la historia que gana algún partido durante 22 años consecutivos (1994-2015). Y Domenico Vicini, de San Marino, aumentó su récord hasta las 93 eliminatorias jugadas.
* David Fernández es estadístico.
– Foto: EFE
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