"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
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1.- El Madrid mantuvo el 4-3-3 de Ipurúa ante el Eibar con Toni Kroos al mando de las operaciones e Isco y James como interiores. Los primeros minutos volvieron a dejar de manifiesto que el comandante Kroos le ha tomado el aire definitivamente al puesto. Se ofrece constantemente generando líneas de pase y su técnica individual le permite no perder el balón y pasarlo con facilidad entre sus compañeros.
2.- Las constantes del partido parecían claras desde el principio: el Madrid iba a ser el dueño de la posesión y el Basilea, replegado, buscaría castigar los fallos en la entrega de los blancos con ataques directos. No consiguió realizar muchas llegadas, pero sí supo aprovechar ciertos desajustes en la presión del Madrid. En ese aspecto, el conjunto de Ancelotti dejó alguna duda. Por momentos, es un conjunto que atisba una intención de realizar presión alta, aunque no la mantiene de un modo constante, y a veces se queda a medias, por lo que su rival puede hacerle daño entre líneas.
3.- Los desajustes entre líneas los notó especialmente Varane durante los primeros minutos, sufriendo en varias acciones en las que tuvo que salir de su zona para encimar a Derlis González y Embolo, la pareja de delanteros del Basilea. Aunque el francés tiene una habilidad especial para superar las acciones en las que parte en desventaja.
4.- El partido era relativamente cómodo para el Madrid, pero su juego no tenía el criterio, soltura y profundidad de los últimos partidos. Pasado el influjo de Kroos en los primeros minutos, se vio obligado a incrementar su actividad defensiva para solventar la distancia entre líneas que padecía tras perder el balón. El partido pasaba por una fase de indefinición cuando Benzema decidió hacer una de las suyas. Recibió cerca de la banda, acercó y escondió el balón ante Degen, lateral derecho suizo, hasta que lo embrujó totalmente y obtuvo la ventaja suficiente para ganar la línea de fondo y servir en bandeja a Cristiano el gol que inauguró el electrónico de St Jakob Park.
5.- En lo que sí ha crecido este Real Madrid es en sus registros de juego. Ya no es solo un equipo de velocidad y pegada; sabe manejarse con el balón intentado generar fútbol y abrir huecos en defensas cerradas. Por otro lado mantiene su capacidad de lastimar al contragolpe con despliegues mortales en tres pases. En el segundo acto se acercó más a esta segunda versión.
6.- El Basilea fue dando pasitos adelante con el paso de los minutos. No es un equipo muy asociativo, y menos aún con Fabian Frei y Zuffi en la zona de gestación, pero sí fueron capaces de jugar 20 metros más adelantado. Elneny y Gashi iban a buscar más arriba a Arbeloa y Coentrao, los laterales titulares del Real Madrid hoy, y Embolo recibía y aguantaba bien de espaldas las embestidas de Varane y Sergio Ramos. El Madrid se puso el traje del contragolpe y la segunda mitad fue transcurriendo bajo esas constantes.
7.- Ancelotti atisbó el peligro de un marcador exiguo ante un rival envalentonado y buscó soluciones tácticas a un equipo que para entonces había perdido el control del balón y la ventaja posicional. A 20 minutos del final dio entrada a Illarramendi por Benzema, modificó el sistema pasando del 4-3-3 al famoso 4-4-2 del equilibrio, en el que James, Illarra, Kroos e Isco ocupaban la zona ancha dejando arriba a los velocistas, Cristiano y Bale. En este nuevo escenario el Madrid esperaba más atrás aún al Basilea y acortaba los plazos para llegar a la portería de Vaclik, especialmente Gareth Bale, que cerca de la banda izquierda eleva su nivel exponencialmente. Ganó la línea de fondo en un par de ocasiones y envió un gran disparo al larguero. El Madrid transitó por el segundo acto viviendo de sus contragolpes, castigando la lentitud de la zaga del Basilea, pero sin acierto en la definición.
8.- El Madrid gobernaba el marcador, pero no tanto el juego. Manejó los esfuerzos, fue generoso y aplicado, vimos a Isco y James hacer carreras defensivas de 35 metros, pero no sometió a un Basilea que tuvo opciones de empatar. En el tramo final, Paulo Sousa dio entrada en el mediocampo al jugador más parecido a lo que era él como futbolista, el chileno Marcelo Díaz, que mejoró la nitidez de las acciones ofensivas de su equipo. Entre él, en la zona de creación, y Embolo, con su excelso juego de espaldas, generaron incertidumbre en los últimos instantes ,pero no pudieron batir a Keylor Navas, titular en la portería del Real Madrid.
y 9.- El Madrid se llevó los tres puntos de St Jakob Park, aunque no dejó la sensación de controlar el partido como sí lo había hecho en las últimas fechas. Intentó poner en práctica sus dos registros de juego, uno en cada parte, y en eso ha crecido mucho, pero le faltó controlar el partido de ambas formas.
* Alberto López Frau es periodista.
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