Uno de las primeras estrellas del fútbol peruano y el mejor jugador de la historia del Club Alianza Lima. Formó parte del equipo nacional en el primer mundial en 1930 y seis años más tarde en los Juegos Olímpicos de Berlín. Además, jugó en el famoso conjunto del Alianza conocido como El Rodillo Negro y popularizó acciones muy célebres en su país como la huacha, la chalaca o el pase del desprecio. Nacido el 4 de junio de 1908 en Lima (Perú), se desempeñaba como delantero. Futbolista de gran altura (1,95 m), era rapidísimo, elegante y talentoso en su juego y tenía un extraordinario dominio del esférico. Su gran defecto es que no le gustaba entrenar y la vida que llevaba fuera del terreno de juego era poco saludable. Se le conoció con el apelativo de Manguera o Maestro.
Comenzó su vida deportiva en el Club Teniente Ruiz de la segunda división hasta que el Alianza Lima llamó a su puerta en 1927. Desde entonces no jugaría para ningún otro conjunto y el Alianza se convertiría en la institución de sus amores el resto de su vida. Anteriormente también había militado en el Sport Inca, el Nacional nº1 o el Once amigos.
En sus dos primeras campañas con la entidad blanquiazul estrenó su palmarés al obtener el título de liga por delante de Unión Buenos Aires y Federación Universitaria. Contra estos últimos empataron a 6 puntos en la liguilla final y fue necesario resolver la igualada con una eliminatoria de desempate. En la ida, en el estadio Nacional de la capital, empataron a un gol, y en la vuelta, en el mismo escenario, Alianza se impuso por 2-0, levantando de esta forma el trofeo. Además Villanueva fue el máximo goleador liguero por primera vez después de marcar 3 dianas. Por entonces el plantel estaba repleto de grandes jugadores como Segalá, Bulnes, Quintana, los hermanos Rostaing o Koochoi.
En la temporada siguiente, el Alianza fue descalificado por no ceder jugadores al equipo nacional, aunque finalmente mantuvo la categoría. Fue con la llegada de la década de los 30 cuando se motró muy superior al resto de equipos peruanos y conquistó tres ligas consecutivas. Ganó 26 encuentros seguidos y se mantuvo invicto tres años, cuatro meses y 28 días. En el equipo, que empezó a ser conocido como El Rodillo, ya figuraban también Juan Valdivieso o Adelfo Magallanes. En 1931, el Alianza superó en la clasificación al Sporting Tabaco con Manguera como mejor artillero de la competición con 16 goles; en 1932 aventajó en tres puntos y medio a Federación Universitaria; y en 1933 dejó a su gran rival, Universitario de Deportes, con la miel en los labios.
Sin embargo, a partir de entonces la racha de victorias del Alianza finalizó y en las tres temporadas siguientes claudicaron ante Universitario de Deportes y Sport Boys en dos ocasiones. El drama llegó en 1938, cuando descendió por primera vez en su historia. Quedó en antepenúltimo lugar en la tabla y se jugó el descenso a un partido frente a Sucre, que también había sumado 14 puntos. En el estadio Nacional perdió por 0-2 y se consumó la tragedia. El infierno de la categoría de plata no duró mucho y tras proclamarse campeón en 1939 regresó a la elite del fútbol peruano con el inicio de la nueva década.
Villanueva superaba ya la treintena y su estado físico estaba muy deteriorado. Su vida bohemia, sus excesos y su nula preparación le hicieron perder la titularidad y dejar muy atrás a aquel jugador que brillaba cada vez que se ponía la camiseta aliancista. Compatibilizó el cargo de entrenador con el de jugador un par de temporadas y tras enfermar de tuberculosis colgó las botas en 1943.
Con la selección de Perú fue internacional en 11 ocasiones y marcó 6 goles. Debutó en el primer encuentro de la historia del combinado naciona,l el 1 de noviembre de 1927. Se celebraba el Campeonato Sudamericano de fútbol en casa y Villanueva fue convocado para el torneo por el seleccionador Pedro Olivieri. Disputó los tres encuentros ante Argentina, Uruguay y Bolivia, pero la Blanquirroja no consiguió levantar el trofeo al quedar en tercer lugar. Sumó una victoria por 3-2 ante los bolivianos y dos duras derrotas frente a charrúas (0-4) y albicelestes (1-5; el gol del honor obra de Manguera).
Sus siguientes choques con Perú tuvieron lugar en el Mundial de Uruguay de 1930. El cuadro peruano fue uno de los siete conjuntos sudamericanos que recibieron una invitación para participar en la primera edición del torneo. El sorteo les deparó un potente grupo con Uruguay y Rumanía donde no sumarían ni un solo punto. Cayeron en la primera jornada ante los europeos por 3-1 y contra los uruguayos cuatro días después por la mínima. Para la historia queda que Villanueva estuvo en la primera alineación peruana en una Copa del Mundo junto a Juan Valdivieso, Alberto Soria, Mario De las Casas, Domingo García, Plácido Galindo, Alberto Denegri, Luis Souza, Demetrio Neyra, Julio Lores y Víctor Lavalle.
En 1935 asistió a su segundo Campeonato Sudamericano, que además tenía como aliciente de otorgar al campeón un billete para los Juegos Olímpicos de Berlín. El artillero del Alianza Lima continuaba siendo un fijo en el equipo nacional, esta vez con Telmo Carbajo en el banquillo, pero los resultados de Perú en la competición no mejoraban. Al igual que en 1927, obtuvieron una victoria, ante Chile y dos derrotas, frente a Uruguay y Argentina. La buena noticia es que viajarían a tierras alemanas para participar en los Juegos Olímpicos tras la renuncia de Argentina y Uruguay por problemas económicos.
En Berlín se vieron las caras en primera ronda con Finlandia, a la que apabullaron por 7-3. Las dos estrellas del equipo en aquel momento, Lolo Fernández y Villanueva, lideraron al equipo logrando cinco y dos goles respectivamente. En la siguiente eliminatoria se enfrentaron a Austria en un partido que pasaría a la historia de los Juegos. Los austriacos ganaban 2-0 en el intermedio, pero Perú, en un arranque de garra, igualó el partido a poco de la conclusión, lo que hizo que muchos aficionados peruanos invadiesen el terreno de juego emocionados. En la prórroga aparecieron de nuevo Lolo Fernández y Manguera para dar el triunfo a Perú con un gol cada uno. Sin embargo, los europeos elevaron una protesta ante la FIFA por el incidente con los hinchas peruanos y el máximo organismo del fútbol dictaminó que se repetiría el duelo a puerta cerrada. El gobierno peruano no aceptó esta resolución y mandó la retirada de toda la delegación del país en los Juegos. El cuadro austriaco fue declarado como ganador del choque y Perú no jugó las semifinales.
En 1937, Villanueva jugó y marcó ante Brasil en el Campeonato Sudamericano con sede en Argentina, y un año después vistió la camiseta bicolor de la selección por última vez, concretamente en un partido de los Juegos Bolivarianos de 1938 en el que doblegaron a Bolivia por 3-0.
Artistas de la talla de Pedro Espinel o Felipe Pinglo le compusieron valses y polkas peruanas. En su honor el estadio de Alianza Lima, situado en el barrio de Matute, lleva su nombre desde el año 2000. Falleció el 11 de abril de 1944 a los 35 años víctima de una tuberculosis. Su entierro fue uno de los más multitudinarios que se recuerdan en la capital peruana.
* Alberto Cosín.
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