"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
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Dennis Kimetto se convirtió el pasado 28 de septiembre el primer hombre en bajar de las 2.03 en la maratón. Su éxito se debió a varios componentes: su excepcional estado de forma, la colaboración de Emmanuel Mutai, el circuito, el clima y, muy importante, el papel que jugaron las tres principales liebres: Geoffrey Ronoh, Wilfred Kirwa y Bernard Kitur. Las liebres son un elemento imprescindible y cada vez más crucial, aunque suele ser un trabajo ingrato y poco reconocido.
El uso de las liebres se popularizó a raíz del récord de Roger Bannister. El atleta británico pasó a la historia por ser el primero en bajar de los 4 minutos en la milla. Esto aconteció hace 60 años en las pistas de Iffley Road en Oxford. Las condiciones del tiempo no eran las mejores por el viento, pero Franz Stampf, que ejercía de entrenador y asesor, lo convenció para intentar el récord y superar esa barrera mítica. Stampfl planteó una carrera en la que dos de sus pupilos ejercerían de liebres. Los compañeros que le ayudaron fueron Chis Brasher y Chris Chataway. Los dos eran atletas de gran nivel (Brasher fue campeón olímpico en 3000 obstáculos en Melbourne 1956).
Brasher fue descalificado por un encontronazo, pero tuvo la solidaridad de todos sus rivales, sobre todo del alemán Laufer, cuarto clasificado, que llegó a decir que le devolvería la medalla. Finalmente se consideró un lance de carrera y Brasher recibió su medalla de oro, aunque totalmente borracho, ya que se fue a beber para ahogar sus penas después de la descalificación. Chataway fue ganador las 3 millas en unos Juegos de la Commonwealth y segundo en el 5000 de un Campeonato de Europa. Chataway fue la segunda liebre. Brasher tiró en las dos primeras vueltas y Chataway, en la tercera, dejando a Bannister la ultima vuelta.
El uso de liebres no siempre fue entendido y en esos tiempos fue muy criticado. Incluso a día de hoy se levantan voces críticas contra esta práctica tan habitual en pruebas de mediofondo y fondo. Entre esa voces está la de Pat Butcher, autor de uno de los libros más elogiados del mundo del atletismo The Perfect Distance: Ovett and Coe: The Record-Breaking Rivalry. Butcher defiende que pagar a un atleta para que se retire va contra los principios del deporte. Sin embargo, la gran mayoría de estamentos del atletismo lo consideran un elemento fundamental para la consecución de marcas.
En un intento de récord del mundo de maratón, todas las liebres juegan un papel fundamental, pero la última es la más importante, ya que de ella depende el ritmo en una parte crucial de la carrera. En la mayoría de grandes maratones se intenta que lleguen hasta el kilómetro 30, aunque en otras maratones hemos visto llegar al 35, como este año en Róterdam, donde Mwangangi tiró de Kipchoge hasta ese kilómetro. Eso no suele ser lo habitual; lo más normal es que no lleguen ni al kilómetros 30. En las últimas majors hemos visto de todo. Destacan los fracasos sonados que están teniendo con las liebres en maratones como Londres y Chicago, donde no son capaces de lograr una liebre que lleve al pelotón hasta el kilómetro 30 a ritmo y que ese ritmo sea el adecuado. En Londres tuvieron de liebre a Gebreselassie. En el récord de Kimetto jugaron un papel fundamental las dos últimas liebres: Wilfred Kirwa y Geoffrey Ronoh.
Aguantar 30 kilómetros a ritmos de 2.54/km no es tarea sencilla, sobre todo cuando son ellos los que además tienen que tirar y siempre hacerlo a ritmo. En concreto, el ritmo medio de cada parcial es de 14:34. En el récord de Kimetto se consiguió correr con una parcial más rápido en la segunda mitad de la prueba (61:45/61:12). Este hecho tampoco es muy habitual en los récords del mundo más recientes. Kipsang marcó un tiempo final con unos parciales de 61:31/61:51. En ese récord se empeoró en la segunda mitad, pero fue más por el papel de las liebres que por las fuerzas de Kipsang, ya que su último parcial de 12.195 m solo fue dos segundos más lento que el de Kimetto, pero en el parcial del 20 al 30 la diferencia fue de 29:41 por 29:02 de Kimetto. Parece claro que la clave del récord está en este parcial, que tuvo una diferencia de 39 segundos en favor de la marca de este año.
Las liebres elegidas fueron de reconocido prestigio, pero el tramo final estuvo en manos de dos que bordaron su papel: Kirwa y Ronoh. Su paso por los 30 km supuso un nuevo récord del mundo de la distancia (1:27:37). Wilfred Kirwa es un atleta con 1:11:29 en 25 km, la segunda marca de la historia detrás del récord mundial de Kimetto, por lo que era una liebre de garantía que ya había desempeñado este papel en varias ocasiones. Estuvo presente en la maratón de Londres de 2013 y fue la liebre que puso a Wilson Kipsang en 1:28:02 al paso de los 30 km en la edición de Berlín 2013, que acabó en el récord del mundo de (2:03:23). Curiosamente, sus prestaciones en la maratón no han sido tan exitosas. En el mes de abril corrió en 2:11:42 en la maratón de Viena.
El otro gran protagonista fue Geoffrey Ronoh, la auténtica revelación de este año en el mundo de la ruta. El pasado mes de junio, en la media maratón de Olomuc (República Checa), salió de liebre y acabó venciendo y superando a sus habituales compañeros de entrenamiento: Wilson Kipsang y Dennis Kimetto. El tiempo en esa ocasión fue de 60:17. Por lo visto un par de meses más tarde en Berlín, parece que Kimetto debió de salir en esa media maratón a correr a ritmo de lo que tenía previsto correr en la maratón de Berlín, táctica cada vez más empleada por los atletas kenianos. No hace mucho tiempo la media maratón previa a la maratón, que se solía hacer un mes antes, se hacía como test, pero cada vez más son muchos los que prefieren tomarla como un entrenamiento y no ir a tope, prefiriendo el ritmo sobre competición.
En agosto, Ronoh volvió a derrotar a Kipsang en una prueba en Austria. Ronoh realizó, en esa ocasión, un tiempo de 59:45. Antes de ejercer de liebre en Berlín también corrió los 10 km de Praga a principio de septiembre y dio otra sorpresa al correr en 27:28. En la capital checa derrotó a Geoffrey Mutai. En tres meses logró derrotar a tres de los maratonianos más rápidos de la historia, aunque hay que recordar que la mejor marca de Geoffrey Mutai fue conseguida en Boston y no fue homologada.
El papel de las liebres sirvió para que se batieran dos récords del mundo: el de los 30 km y el de la maratón. Ellos fueron los primeros en pasar por los 30 kilómetros, pero al retirarse no pueden ser homologados como récord, ya que es obligatorio el llegar a meta para que se considere un tiempo determinado en un parcial. La curiosidad hace que ahora tengamos tres atletas con el récord del mundo de los 30 km: Geoffrey Kamworor, Abera Kuma y Emmanuel Mutai. Su tiempo es 1:27:37, aunque el primero en pasar por ese punto kilométrico fue Mutai.
Kuma fue noticia en el año 2011 en el Campeonato del Mundo de Cross en Punta Umbría por una pelea con Samuel Tsegay:
Ahora es noticia por algo mucho más agradable. Kimetto supo valorar el trabajo de sus compañeros durante los entrenamientos y en la competición. Sus palabras fueron de agradecimiento a Wilson Kipsang, Geoffrey Mutai, Wilfred Kirwa (una de las liebres) y Franklin Chepkirui.
La siguiente gran maratón será la de Chicago, que cuenta con un plantel extraordinario y donde se esperan dos grandes carreras. La masculina incluye un duelo Bekele-Kipchoge. El papel de las liebres volverá a ser fundamental. En el 2013, Chicago falló en la elección de una buena liebre y fue el esfuerzo de Kimetto hizo que se realizara un tiempo de 2:03:45, récord de la prueba. Kimetto lo hizo después de sufrir malaria en el mes de julio, de tener problemas de espalda en el mes de agosto y con solo seis semanas de entrenamiento máximo.
* Óscar Fernández Villar.
– Fotos: Berlin Marathon
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