Huracán Valencia

por ALBERTO PEREZ el 4 octubre, 2014 • 18:48

1.- Toda la ilusión acumulada por el Valencia se desató en cinco minutos. Hasta el siete todo iba normal y ni siquiera se pisó las áreas. Entonces Miranda cometió su mayor error desde que es jugador del Atlético de Madrid. Cabeceó hacia atrás, en dirección a la portería, un centro desde la derecha. Semejante golpe, por el cómo, fue un shock que dejó al campeón mirando cómo se cernía sobre ellos un huracán.

2.- Los gestos de Moyá son entendibles, pero inadecuados. No era necesario lamentarse de forma grotesca para hacer ver que el error era de otro. Miranda es culpable, no hay duda, y tampoco la tengo de que ciertos problemas se generan por la falta de autoridad desde la portería. Salir cuando hace falta ahorra líos, no hacerlo extiende una profunda desconfianza a tu alrededor.

3.- El surrealista autogol del brasileño no fue asimilado por el Atlético. Su rival olió sangre y se abalanzó sobre su presa. En un intervalo de minutos que se cuentan con los dedos de una mano, André Gomes y Otamendi engulleron la semana fantástica rojiblanca. 3-0 en doce minutos que invertían cualquier parecido con la realidad de los dos equipos.

4.- André Gomes es una delicia para los ojos. Quien disfruta del fútbol internacional ya intuía lo que iba a pasar. Le quedaba presentarse al público más local, y su gol de enorme clase va a ayudarle. Pese a todo, aún le noto tímido para lo que tiene. Hay mucho más todavía por mostrar en uno de los jugadores más elegantes del campeonato.

5.- Cuando se quiso despertar del golpe, el campeón comprobó que no había sido una pesadilla. Se había plantado en el minuto 20 siendo devorado por un equipo desbordante de ganas y agresividad. No creo que vuelva a escribir esto próximamente, pero el Atlético fue blando. Estuvo muy lejos de su intensidad, de su fortaleza y de su pelea. No es admisible que en el grupo cale el mensaje del fútbol violento y se dé un paso atrás.

6.- El Valencia consiguió un objetivo que parecía medido durante la semana. Sembró a través de distintas declaraciones públicas una sombra de atención sobre la supuesta dureza de su rival. Ya en el campo, el equipo che fue mucho más agresivo con Otamendi a la cabeza. Cabría pensar en las causas y consecuencias de lo que se dice. El recibimiento al autobús rojiblanco con latazos da para reflexionar.

7.- Pese al devastador huracán valencianista, el partido no se había terminado. Sorprendentemente le dio tiempo al Atlético a volver. Fue a lomos de Tiago y Koke. Los dos jugaron muy bien y cogieron la bandera del orgullo. Ambos se habían comido los partidos frente a Sevilla y Juventus. Algún compañero debe mirarse en ese espejo.

8.- Mandzukic aprovechó un tiro de Tiago para acortar diferencias y en el último instante del primer tiempo llegó el penalti que pudo cambiarlo todo. Lo tiró Siqueira, más bien se lo entregó a Diego Alves. El portero del Valencia ya le había comido la moral desde que puso la pelota en el punto. Fue el único brasileño que salió más contento del partido.

9.- El enésimo golpe moral sobre el corazón atlético acabó con cualquier ilusión de remontada. Cuarenta y cinco minutos más de intentos y desgaste, pero de poca claridad. Aunque el equipo ya era el mismo de siempre, no bastaba para marcarle dos goles más al Valencia en su casa. El partido se consumió entre roces y fricciones.

10.- Cerci no ha caído de pie en el Atlético de Madrid. Seguramente le esperan dos semanas de críticas y mofas que yo aprovecho para defender el alto nivel de este futbolista. Como diría Simeone, si hay paciencia con él dará muchas alegrías. Esa paciencia ha de sumarse desde todos los estamentos. Su expulsión me pareció propia de un árbitro que vio una presa fácil. En ese mismo partido cayeron golpes de todos los colores y le tocó irse por muy poco a quien tiene todavía poco peso en este campeonato.

y 11.- El Valencia seguirá subido en la ola. Sobre tipos como Gomes, Rodrigo o Alcácer se deben edificar las ilusiones de una afición que también ha de asumir los defectos que aún muestran como equipo. Al el Atlético espera un incómodo parón que no cambiará nada. Este equipo se levantará como ha hecho siempre.