"Todo lo que no está creciendo está muriendo. Crecer significa aprender y transformarte cada vez en una mejor versión de ti mismo". Imanol Ibarrondo
1.- Jugando a hundir la flota, el RCD Espanyol ganó la partida. Tocado y hundido el Atlético de Madrid después de combatir a fuego cruzado. Bombardeos entre ataque y defensa. Los pericos jugando a babor y los colchoneros, fuertes, lanzándose desde estribor. Dos centros al área dieron al Espanyol la remontada. Rufo y Jafar, a centros de Carlos y Aitor Granados.
2.- Partido con matices de Primera División. Desde la táctica en el tablero al talento de sus piezas, pasando por la convicción en sus movimientos. El Atlético de Madrid sorprendió al Espanyol con su posición de partida. Tres zagueros, tres mediocampistas, dos delanteros y dos trenes por banda, laterales en defensa y extremos en ataque. El gol de Ian para el Atleti marcó más su estilo, navieros amarrados con las velas preparadas al viento del contragolpe.
3.- El Espanyol tomó el mando del partido, se apoderó del balón. No tardó en ser eficaz, a pesar de la disciplina rojiblanca. Dos centros al área, las dudas de la zaga colchonera y la pegada perica alcanzaron la remontada. Cada uno a su estilo: los blanquiazules alrededor del balón y el Atlético de Madrid apiñado y pendientes de los espacios libres por delante del balón. En el último minuto del primer tiempo un despeje a la zona central del área de Gallas, defensa rojiblanco, dio la oportunidad a Jafar de tomar ventaja.
4.- En el segundo tiempo cambiaron las tornas. El Espanyol defendió su base y los jugadores del Atlético se convirtieron en piratas al abordaje. Oliver Torres entró en fase yo-yo, pidió la pelota y trazó líneas de pases como la cuerda mueve al famoso juguete.
5.- Los pericos supieron sufrir en la tempestad. Repelieron los cañonazos colchoneros; otros no impactaron por falta de puntería. Gallas, de cabeza, vio como Carlos Albarrán la sacaba de la portería cuando se cantaba gol. Después, Glory, con todo a su favor, chutó fuera de la diana. A diez minutos del final, subió la marea. Al Espanyol le convenía el oleaje, partido de ida yvuelta. Jafar tuvo en sus botas hundir al rival en un par de arrancadas a la espalda de la zaga rojiblanca. Pero se encontró con la templanza de un jugador escoba, Daniel Márquez, de central o mediocentro, futbolista de rostro serio y nervios de acero.
6.- El resultado y la victoria del Espanyol en el horizonte. Oliver Torres quedó varado en zonas intermedias con el partido en plena resaca. Agotados física y mentalmente, sólo quedaba la inercia. La zaga perica formada por Héctor, Aitor Granados, Carlos y Bonilla encontró refuerzos en todo el equipo y ya surcan los mares de la final de la Copa de Campeones juvenil.
y 7.- En el fútbol base el éxito no habita en las vitrinas de trofeos. Vive en el talento y la personalidad. La generación perica y la camada colchonera han demostrado ser futbolistas con estirpe. Los perdedores, los rojiblancos, jugando de principio a fin con descaro y temperamento, sin que los nervios devorasen su calidad. Para empatar, pidieron el balón, buscaron el uno contra uno y siempre fueron fieles al patrón que diseñó su entrenador, Óscar Mena. Los ganadores, los blanquiazules, comprometidos en los buenos y los malos momentos. Técnica, consistencia y solidaridad para primero remontar y luego defender el tesoro conseguido.
– Fotos: Miguel Ángel Montoya
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