Miguel Ángel López consiguió una luchada medalla de oro en los 20 kilómetros marcha del Campeonato de Europa de Zúrich. Es su primer oro en un gran campeonato, pero le quedará en el recuerdo por la bonita lucha que nos depararon los cuatro primeros clasificados.
El triunfo de López es, a la vez, el triunfo de su mentor, José Antonio Carrillo, un segundo padre que durante décadas ha convertido a Murcia en un referente de la marcha mundial. Carrillo inundó Moscú de lágrimas de alegría con el bronce y ha vuelto a inundar de lágrimas Zúrich. El trabajo da sus frutos y es evidente que Carrillo es un maestro en programar a sus atletas para que lleguen al máximo de su nivel a las grandes citas. En su caso se juntan los valores del trabajo desde la base que hace que sus atletas tengan devoción por él. Molina, su otro gran pupilo, tiene un alumno aventajado que puede empequeñecer el gran palmarés de su paisano.
Miguel Ángel ha crecido de manera exponencial en los últimos años. El 5º puesto de Londres fue una sorpresa pero lo que nos ha deparado a continuación ya no lo es. A un enorme talento y al gran trabajo se une una cabeza privilegiada para la competición que hace que sea a día de hoy, la mayor esperanza del atletismo español para los JJ.OO. de Río.
La marcha, al igual que sucede en los lanzamientos, ha tomado una nueva perspectiva desde la llegada de Ramón Cid y Santiago Pérez a la Real Federación Española de Atletismo (RFEA). Desde un primer momento, Santi decidió que tenían que ser un equipo y funcionar como tales. Las normas técnicas de selección son consensuadas por todos los técnicos. El propio responsable de marcha renunciaba a ir a Moscú para que fueran los entrenadores personales (Quintana y Carrillo). Este año, Quintana acudió al Campeonato del Mundo de Eugene, donde su pupilo Diego García ganó plata. Mientras que Carrillo y Pérez han sido los que han acudido a Zúrich. El contacto entre responsables, técnicos y atletas es constante. El compañerismo y el concepto de equipo es algo que va unido a la marcha. Al trabajo se han unido unos resultado inmediatos que han hecho que todo marche sobre ruedas. El desmantelamiento de la maquinaria de dopaje que tenía Chegin, está ayudando a la consecución de resultados, ya que ahora todos van en igualdad de condiciones.
La subida de categoría de Diego García y Laura García-Caro va hacer que la marcha española se revolucione todavía más: son dos atletas de enorme potencial, lo que hará que las plazas en los 20 km se pongan muy caras en las venideras competiciones.
La prueba tuvo lugar en un circuito estrecho y con partes sobre vías de tranvía que estaban cubiertas por una cuerda que tapaba el hueco. Se marchó en grupo en la primera parte de la prueba, pasándose los 10 km en 40.43. Hasta ese momento no se había marchado por debajo de 4 minutos/km, pero a partir de ahí se fue aumentando el ritmo y se marcó 7.53 en el parcial de los 10 a los 12 km. El grupo se fue disgregando hasta que quedaron los cuatro grandes favoritos en cabeza (López, Ivanov, Strelkov y Dymitrenko). El ritmo se mantuvo en los siguientes parciales (7:53 /7:51 /7:57/ 7:52) hasta que a falta de dos kilómetros López decidió atacar con más empeño. A falta de 400 metros, todos estaban igualados, pero en los metros finales se marchó el murciano, cubriendo la última vuelta de 2000 metros en 7:28 y un parcial de 3.37 en el último mil. Los segundos 10 km se cubrieron en 39:01. Pegado a López entró Ivanov, seguido de Strelkov y Dymitrenko, el gran dominador de la temporada. Ivanov cambió los papeles con López: el ruso ganó el oro en su país. López cambia el bronce por el oro. Álvaro Martín entró en una extraordinaria sexta posición (1:21:41) y Luis Alberto Amezcua fue décimo (1:22:26).
Dasaolu se convirtió en nuevo campeón de Europa de los 100 metros con un tiempo de 10.06. Lemaitre se quedó en 10.13 y Aikines-Aryeetey ganó el bronce con 10.22. Curiosamente, la elección de Dasaolu había sido discutida en su país, ya que Ujah tenía mejor marca que él. Chambers y Aikines-Aryeetey eran fijos al ser primero y segundo en el campeonato británicos. Dasaolu es un atleta de gran calidad muscular que se suele romper con mucha facilidad. Las tres carreras del campeonato se le hacen eternas por esa propensión a lesionarse. En los mítines solo corre una serie y no suele hacer la final por ese motivo. Lemaitre salió decepcionado porque llegaba a Zúrich con la intención de conseguir el oro, pero le quedan otros dos asaltos (200 y 4×100). Es en la prueba del doble hectómetro donde tiene más posibilidades, pero tendrá que verse las caras con Gemili, otro británico. Aikines-Aryeetey logra completar una temporada casi perfecta. Es un atleta que siempre ha sido perseguido por las lesiones y eso ha condicionado mucho su progresión. También ha bajado su enorme masa muscular, lo que ha propiciado que su cuerpo aguante mejor las cargas de trabajo.
Billaud era la favorita, sobre todo después de la gran sensación que causó en el Campeonato de Francia, pero cayó derrotada por Porter, que corrió en 12.76, tres centésimas que la francesa. Porter ya había demostrado en los Juegos de la Commonwealth que estaba en forma. En esa ocasión la derrotó la australiana Sally Pearson, pero ahora consigue su primera medalla de oro. Billaud rompió a llorar al verse segunda. El bronce fue para Roleder (12.82), que en teoría era la segunda alemana detrás de Hildebrand.
Schippers y Soumaré eran los dos grandes favoritas y cumplieron los pronósticos. La neerlandesa tuvo una reacción de 0.160, pero se quedó un poco en los primeros apoyos. Luego logró recuperar terreno y se hizo con la victoria 11.12 (-1.7). Ella misma reconoció que sus primeros veinte metros no fueron tan buenos como los últimos veinte. Soumaré ganó la plata con 11.16 y la británica Nelson rompió el gafe de la velocidad británica y se hizo con el bronce con 11.22. Nelson es una atleta que ha pasado por infinidad de lesiones y ahora puede ver la luz al final del tunel. Kabundji fue cuarta con 11.30, después de haber batido el récord nacional en semifinales. La gran derrotada fue Lalova, que se tuvo que conformar con 11.33. Las dos grandes vencedoras se volverán a ver las caras en el 200, y allí también tendrán atletas británicas luchando por las medallas, sobre todo Jodie Williams.
La prueba estuvo muy disputada en la segunda y tercera posición. Al 1500 se llegó con Krauchanka netamente destacado, pero hasta cinco atletas más tenían opción al resto de medallas. Krauchanka acabó con 8616 puntos, marca que lo coloca líder mundial. Realmente fue una sorpresa, no por su historial, sino por su pobre temporada. Ha sabido llegar en forma al momento clave. Mayer era el que mejor 1500 tenía de los candidatos, así que sus compañeros hicieron de liebre para que pudiera sacar ventaja a sus rivales. Geffrouais tiró hasta el metro final y Mayer logró acumular 8521 puntos, muy cerca del récord nacional de Plaziat y nuevo récord francés sub.23. Shkurenyov se hizo con el bronce (8498), veinte puntos más que Sintnicolaas y veintiuno más que Abele. Los alemanes, que partían como favoritos de la combinada, se quedaron fuera del podio, pero fueron quinto, sexto y séptimo.
Harting lanzó 66.07 y se hizo con un nuevo oro. Renueva título europeo y sigue sumando éxitos de manera imparable. Acumula el olímpico y el mundial. No parece tener rival en su mejor estado de forma. La plata fue para Kanter, que lanzó 64.75. El estonio no llevaba una buena temporada, pero había avisado de que su estado de forma era inmejorable. Urbanek se hizo con el bronce (63.81) por delante de Malachowski, el gran derrotado de la jornada. Mario Pestano acabó sexto (62.31), pero sin poder hacer los últimos tres lanzamientos por lesión. Frank Casañas suma una nueva final. En esta ocasión se quedó en 61.47. Cuatro españoles alcanzaron la final sumando el peso y el disco.
El atletismo siempre está sujeto a sorpresas, pero en el caso de la longitud se cumplieron los pronósticos al completo. Lesueur venció con 6.85. La francesa volvió a sumar un título europeo por delante de Spanovic, que saltó cuatro centímetros menos. Lesueur acaba el año con el título mundial de pista cubierta y el título europeo, es decir, las dos grandes competiciones de la temporada.
La atleta serbia encadena dos medallas consecutivas después de la de Moscú. El bronce fue para Klishina con 6.65. La rusa consiguió la medalla por un segundo mejor salto que Mihambo (6.53 por 6.51). Se quejó de una lesión que arrastraba desde el mítin de París y que según ella le condicionó a la hora de saltar. Las condiciones tampoco eran buenas por el viento y la temperatura.
Mo Farah se hizo con la victoria, pero con más problemas de los previstos. Su renuncia a los Juegos de la Commonwealth hacía presagiar que no estaba en su mejor estado de forma, pero esperó al final y pudo vencer. Primero probó sin éxito a falta de 1500 metros, pero al ver que sus rivales respondían, prefirió guardar fuerzas. La prueba había sido lanzada por Arikan, que pasó el 5000 en 14.09. Incomprensiblemente, su compatriota Kaya tiró del grupo de atrás. Acabó en 2:23.58 (último 10000) y 54.41 (último 400), tiempos que denotan que no es mejor Farah. El tiempo final fue de 28:08.11. La plata fue para Andy Vernon, que fue la sorpresa al lograr 28:08.66, y tercero fue Kaya con 28:08.72. Se trata un atleta turco de origen keniano que en 2013 consiguió tres títulos europeos: 5000, 10000 (doblando a todos sus rivales) y el de cross. Tahri y Abdi se quedaron fuera del podio. Farah afrontará ahora el 5000, intentado repetir el doblete de Barcelona 2010.
La lluvia arreció en el momento que lanzaban en el primer grupo, lo que hizo que se vieran perjudicadas. Miankova, campeona olímpica en Pekín, se quedó en 66.92 y no estará en la final. No llevaba un buen año. Berta Castells no completó ningún lanzamiento válido y se fue para casa sin marca. La mejor fue Wlodarczyck, que lanzó 75.73. Se produjo el hecho curioso de que Heidler volvió a tener problemas con la medición de su lanzamiento. Una lectura posterior a los resultados olímpicos le permitió ser medalla en Londres, después de que el aparato de medición fallara. En esta ocasión volvió a suceder lo mismo, pero solventó la papeleta con un nuevo lanzamiento.
Los británicos se hundieron en categoría masculina, pero aquí tendrán a las tres mujeres en semifinales. Los dos mejores tiempos fueron los de Leonard (2:01.47) y Sharp (2:01.55). Poistogova, la favoritam se clasificó con 2:01.61. Rahmouni estuvo bien colocada hasta que se quedó sin fuerzas en el último tramo de la prueba. Su marca final no fue buena: 2:08.09.
Martinot-Lagarde (13.29), Sharman (13.29) y Shubenkov (13.29) fueron los mejores. La casualidad hizo que los tres grandes favoritos hicieran el mismo tiempo. Ellos son los candidatos a repartirse las medallas. El orden está por decidir, aunque el francés tiene ventaja. Francia colocó a sus tres mejores atletas en semifinales.
Child (55.32) y Rosolova (56.13), las dos grandes favoritas, se clasificaron sin complicaciones. La escocesa, con el mejor tiempo. Laura Sotomayor realizó 57.54 y con esa marca se quedó a tres centésimas del tiempo que daba derecho a clasificarse. La noticia de la serie fue el tropezón de Rhyzhykova con la última valla. La ucraniana se levantó y llegó a meta, pero no le sirvió de mucho, ya que fue descalificada. Era una de las atletas destinadas a luchar por las medallas.
La lluvia condicionó mucho el rendimiento de los atletas, hasta el punto de que Dmitrik, uno de los que ha saltado 2.40 este año se resbaló en su último intento sobre 2.15 y quedó eliminado. Finalmente el corte estuvo en 2.19. Ukhov no tuvo problemas para clasificarse zapatillas de velocista. Muchos de los atletas usaron clavos más largos para evitar los resbalones. Bondarenko y Protsenko tampoco tuvieron complicaciones.
Indira Terrero y Auri Bokesa lograron un hecho histórico al meterse ambas a la final. Terrero fue la mejor en la primera semifinal, con 52.07, superando a Christine Ohuruogu (52.56), la campeona del mundo de la distancia. Bokesa fue tercera en la segunda, con 51.84. Esa serie fue para Zemlyak, con 51.24, seguida de Grenot (51.47). La final parece muy abierta, y si Terrero compite al nivel de las semifinales, podría estar luchando por las medallas. Ohuruogu no causó buena sensación; su temporada está siendo muy pobre, pero es una competidora extraordinaria. Grenot y Zemlyak parecen las otras contendientes a las medallas.
La novedad más destacada fue la eliminación de Barr, una de las pocas opciones de medalla irlandesas. Magi fue el mejor con 48.59, registro que supone un nuevo récord nacional. El ruso Chalyy realizó 48.69, nueva marca personal para el campeón de Europa júnior en Rieti. Bekric, otro de los grandes favoritos, corrió en 49.21, pero dio la sensación de ir al límite. Muy buena impresión la causada por el local Hussein (49.21). El alemán Franz logró bajar de 49 segundos (48.96), lo que le permite estar en la final por tiempos. Si repite ese registro puede estar cerca de las medallas. Kudryavtsev es otro candidato firme a medalla. Duelo abierto para la final.
En la primera semifinal venció Conrad Williams con 45.85. Rooney se llevó la segunda con 45.40. Samuel García corrió en 45.58, logrando acceder a a final y quedando a tan solo de ocho centésimas de su marca personal. La tercera la ganó Hudson-Smith con 45.30. La sorpresa es que se quedaron fuera Kevin Borlée, Anne, y el portugués Dos Santos, que realizó dos récords nacionales en veinticuatro horas. Los británicos confirman que tienen un equipo muy potente para el 4×400.
La primera carrera fue dominada por Bosse con total comodidad con 1:45.94. En esa semifinal corría Kevin López, que se quedó sin fuerzas en el último tramo y entró último (1:48.90) y con muy malas sensaciones. Los otros dos grandes favoritos, Kszczot y Lewandowki, entraron primero y segundo en la segunda semifinal. El duelo entre los polacos y Bosse está servido. Polonia también logró meter a su tercer hombre en la final: Kupiapski, que entró segundo en la primera semifinal con 1:46.05
Koneva (12.21) y Saladukha (14.42) se clasificaban con los dos mejores saltos. Ellas son las grandes favoritas. La rusa lleva mejor temporada, pero la ucraniana tiene mejor palmarés. Gumenyuk (14.18) también se clasificó y es ahora la gran candidata al bronce. Ndoumbe conseguió superar los 14 metros. Esto la colocó cuarta en la clasificación. La sorpresa negativa fue la portuguesa Mamona, que se quedó en 13.62. Tampoco pudo brillar Sarrapio que saltó 13.41.
* Óscar Fernández Villar.
– Fotos: Getty Images – EFE
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