"El modelo de juego es tan fuerte como el más débil de sus eslabones". Fran Cervera
Uno de los mejores jugadores de la historia de la Fiorentina y clave en el primer Scudetto de la entidad viola en 1956. Anteriormente había conquistado el Campeonato Panamericano con Brasil y en el Mundial de Suiza fue el más destacado de su selección. Sus últimos días los pasó en el Palmeiras, al que guió a la victoria en una Taça de Brasil y tres Campeonatos Paulistas. Nacido el 29 de julio de 1929 en Sao Paulo (Brasil), fue un fantástico extremo derecho. Dotado de buena velocidad, habilidad y un regate extraordinario, tenía un gran disparo con la derecha y ponía unos precisos centros desde la banda. Fue conocido con el apelativo de Flecha Dorada.
Inició su vida deportiva en las filas del Club Atlético Juventus de Sao Paulo, al que llegó en edad juvenil. Se estrenó poco después en el primer equipo, en el que solo permaneció durante el curso 1950-1951. La Portuguesa se había interesado por su contratación y finalmente la cerró tras el pago de Cr$ 50.000.
Con el cuadro rojiverde debutó en un duelo ante el Flamengo en Maracaná, y sus primeros goles los logró contra el América RJ pocos días más tarde. En 1952, formando un gran dúo con Pinga, consiguió su primer título como profesional tras conquistar el torneo Río-Sao Paulo. La lucha muy reñida con Vasco de Gama tuvo que decidirse en una eliminatoria a doble partido, donde la Portuguesa venció en casa por 4-2 (un tanto obra de Julinho) y sacó un empate a dos de Río de Janeiro. Dos años más tarde se fue cedido durante varios meses al Fluminense y a su vuelta la Portuguesa volvió a conquistar el torneo Río-Sao Paulo. De nuevo existió máxima igualdad, en esta ocasión con Palmeiras, y otra vez se hizo necesario recurrir a la eliminatoria directa. En Pacaembú, con el Palmeiras como local, igualaron a dos, y en el mismo escenario, con la Portuguesa de anfitrión, el marcador fue de 2-0 (el primero de Julinho), obteniendo el cuadro de Flecha Dorada, Djalma Santos y Brandaozinho el título.
Los cantos de sirena procedentes de Europa cada vez eran más fuertes, y antes del comienzo de la campaña 1955-1956 firmó por la Fiorentina italiana. La escuadra viola, dirigida por Fulvio Bernardini, tenía un magnífico elenco de futbolistas donde destacaban Giuliano Sarti, Sergio Cervato, Ardico Magnini, Armando Segato, el argentino Miguel Montuori o Giuseppe Virgili. Realizaron una temporada espectacular en la Serie A y se llevaron el entorchado liguero tras mostrarse muy superiores a todos sus rivales. Aventajaron en doce puntos al Milan y solo perdieron un partido: ante el Genoa en la última jornada. Mención especial merece el 0-4 que endosaron a la Juventus, el 0-2 y el 3-0 al Milán y el 1-3 al Inter.
El curso posterior se estrenaron en la joven competición de la Copa de Europa que reunía a los mejores clubes del continente. Dejaron en el camino de forma consecutiva al IFK Norrkoping, Grasshoppers y Estrella Roja para verse las caras con el actual campeón, el Real Madrid en la final. Celebrada en el Santiago Bernabéu ante 124.000 personas la Fiorentina formó aquella tarde con Sarti, Magnini, Orzan, Cervato, Scaramucci, Segato, Julinho, Gratton, Virgili, Montuori y Bizzarri. Enfrente los Di Stéfano, Zárraga, Kopa, Rial o Gento. La primera parte fue igualada y Julinho cuajó un gran papel por la banda derecha, creando muchos problemas a Lesmes. En la segunda Di Stéfano anotó de penalti y Gento en una contra sentenció el choque. La Fiorentina cayó con dignidad y sólo uno de los mejores equipos de todos los tiempos pudo batirle.
Al término de la campaña, Julinho quiso regresar a su país, pero la Fiorentina le hizo una gran oferta para que se quedase un año más, y así fue. Empezó a ser apodado Mister Tristeza y en 1958 acabó volviendo a Brasil, a las filas del Palmeiras. Dejó la institución florentina tras tres cursos en los que disputó 82 partidos y anotó 22 tantos.
En el conjunto verde se integró dentro del equipo conocido como la Primera Academia y amplió su palmarés con una Taça de Brasil, tres Campeonatos Paulistas y una edición más del torneo Río-Sao Paulo. Allí compartió vestuario con Valdir de Moraes, Djalma Santos, Aldemar, Zequinha o Humberto, y el primer torneo paulista llegó en 1959. Vencieron en el desempate al Santos de Pelé tras tres partidos que concluyeron 1-1, 2-2 y 2-1 (el empate llevó su firma) en Pacaembú. Participaron en la Taça de Brasil (actual Campeonato Brasileño) del año siguiente y accedieron directamente a la fase final. Tras superar a Fluminense jugaron la final contra Fortaleza. El equipo dirigido por Osvaldo Brandao no dio ninguna oportunidad al club tricolor y con un 1-3 en el estadio Presidente Vargas y un 8-2 en Pacaembú se alzó con el trofeo.
El segundo de los Campeonatos Paulistas lo conquistaron en 1963 al superar al Sao Paulo, en un equipo en el que ya estaban Djalma Dias, Vava o Ademir da Guia, y el entrenador era Sean Pirilo. En 1965 se hicieron con el torneo Río-Sao Paulo por delante de Vasco, Botafogo, Flamengo y Portuguesa, y en la campaña siguiente obtuvieron el tercer y último Campeonato Paulista con Julinho en el plantel, aunque mermado por una lesión.
En 1967, después de enfundarse la zamarra verde del Palmeiras en 269 ocasiones y marcar 81 goles, puso punto final a su carrera con casi 38 años.
Con la selección brasileña fue internacional en 31 ocasiones, con 13 goles en su haber. Debutó en los Campeonatos Panamericanos de 1952 que se ganó Brasil. Disputó los 90 minutos del choque contra Panamá, a la que derrotaron por 5-0, y marcó el último tanto de la tarde. Uno año después fue convocado por Zezé Moreira para la Copa América de 1953, en la que jugó dos partidos, contra Bolivia y Chile. Ganaron 8-1 a los bolivianos con un póker suyo y frente a los chilenos ganaron por la mínima, siendo él quien inaugurase el marcador. Sin embargo, Brasil no pudo revalidar el título y se quedó a dos puntos del campeón, Paraguay.
En 1954, el técnico brasileño le incluyó en la lista para el Mundial de Suiza. La renovación en el equipo nacional después del Maracanazo era un hecho y entre los nuevos destacaban, además de Julinho, Djalma Santos, Didi, el arquero Castilho, Brandaozinho o Pinga. En la fase de clasificación lideraron el Grupo 11 por delante de Paraguay y Chile y en el sorteo mundialista quedaron emparejados con Yugoslavia, México y Francia. Julinho fue titular en los dos encuentros de la liguilla, en los que se deshicieron con facilidad del Tri por 5-0, el quinto de Flecha Dorada, y empataron a uno con los plavi tras el tiempo extra. En el campeonato tuvieron que verse las caras en cuartos de final con la temible Hungría de Puskas, Kocsis, Bozsik o Czibor en un partido que pasó a la historia como La Batalla de Berna. Se vio buen juego y goles, pero también patadas y mucha violencia. Julinho fue un quebradero de cabeza para la zaga húngara y destacó de manera notable. Finalmente, Hungría doblegó a Brasil por 4-2.
A partir de entonces estuvo ausente durante cinco años y no regresó hasta 1959. Entre medias renunció al Mundial de 1958 al haber militado esa campaña en la Fiorentina y no considerarlo justo para los futbolistas que jugaban en Brasil, opinando que eran ellos los que debían representar a su país en Suecia.
Su reestreno con la verdeamarela tuvo lugar en un amistoso contra Inglaterra en Maracaná el 13 de mayo de 1959. Garrincha fue suplente y Julinho recibió la pitada de 100.000 personas cuando se escuchó su nombre por megafonía. Sin embargo, convirtió los pitos en aplausos en el minuto dos tras marcar un golazo al guardameta inglés Hopkinson. El partido terminó 2-0 y Flecha Dorada levantó al público de sus asientos. En 1960 logró su segundo título con el equipo nacional después de derrotar en la 8ª edición de la Copa Julio Roca a Argentina por un global de 5-6.
La mala fortuna se cebó con él semanas antes del Mundial de Chile y se perdió el torneo al resultar lesionado en un entrenamiento, cuando era un fijo en los planes del seleccionador Aymoré Moreira. Participó en la Copa de las Naciones que organizó la Confederación Brasileña en 1964 y que se llevó Argentina, y vistió la camiseta de Brasil por última vez en 1965, en un encuentro amistoso en Belo Horizonte ante Uruguay que terminó 3-0 a favor de los locales.
Su trayectoria como entrenador fue breve y solo dirigió en la cantera de la Portuguesa, Palmeiras y Corinthians. Falleció en Sao Paulo el 11 de enero de 2003 a los 73 años de edad.
* Alberto Cosín.
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