Se cumplen veinte años de la mayor hazaña mundialista de Bulgaria en un Mundial. La selección más gamberra de los mundiales le dio la vuelta al marcador (2-1) en su partido de cuartos de final en Nueva York ante Alemania y consiguió pasar a las semifinales por primera vez en su historia. Lo cual no está nada mal para una selección que parece ser que se lo pasó en grande en la concentración norteamericana. Ni las timbas furtivas de póquer, ni el alcohol, ni el tabaco ni las mujeres que fuman pudieron limar la sobrexcitación de un equipo anárquico que lo daba todo en el campo. Borislav Mihailov, el portero de aquella selección que comandaba Hristo Stoichkov sobre el campo, fue la viva imagen de su equipo nada más poner el pie en EE. UU. Apareció con un trasplante de pelo en Estados Unidos que llamó la atención a los que esperaban verle con bastante menos vello teniendo en cuenta la alopecia que lucía en México’86. El éxito se lo dedicaron a Lubo Penev, que por entonces luchaba contra un cáncer testicular.
* Dave Bridge.
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