"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
Mucho se ha hablado estos días de la semifinal entre Alemania y Francia del Mundial’82 que este año en Brasil se ha reeditado en cuartos de final con triunfo por la mínima de los alemanes. Hoy se cumplen treintaidós años de esa semifinal del Sánchez Pizjúan de Sevilla que para muchos es uno de los partidos más emocionantes de los mundiales en su era, digamos, más moderna, con los seis goles anotados, la entrada karateka de Harald Schumacher y toda la parafernalia típica de una semifinal que se resuelve por penaltis. No hay que olvidar que ese mismo día se jugó la otra semifinal en la que Italia le ganó a la Polonia de Lato, Boniek y Żmuda con otro festival de Rossi (los dos goles del 2-0 definitivo) en Barcelona (esta vez en el Camp Nou). Dos días después de esas semifinales míticas, los polacos conseguirían el tercer puesto en la final de consolacion que se jugó en el Rico Pérez de Alicante ganado 3-2 a los franceses.
* Dave Bridge.
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