"Todo lo que no está creciendo está muriendo. Crecer significa aprender y transformarte cada vez en una mejor versión de ti mismo". Imanol Ibarrondo
Fútbol / Crónicas 2013-2014 / Italia
Ya fuese por el ambiente festivo o por la inexistencia de presión competitiva, entendiéndose por presión competitiva aquella que te obliga a ganar para conseguir un objetivo, lo cierto es que no defraudó el duelo entre los dos mejores equipos de la Serie A 2013/14. Con el Scudetto decidido (virtualmente desde hace semanas, matemáticamente desde el pasado domingo), Roma y Juventus se enfrentaron con el orgullo y el honor como únicas recompensas para el vencedor (más un récord especial si ese era la Juventus).
Conte y Garcia decidieron apostar por los habituales, dando a entender que a pesar de que los objetivos se habían conseguido, las vacaciones no habían llegado. Los únicos descansos, para Buffon, De Sanctis, Maicon y Marchisio (aunque este último no había sido fijo), permitían reconocer los onces de ambos, sabiendo que Balzaretti y Vidal estaban lesionados. Así pues, la Roma (4-3-3) salía con Skorupki; Torosidis, Benatia, Castán, Bastos; De Rossi, Pjanic, Nainggolan; Gervinho, Destro y Totti. Mientras que los campeones formaban con Storari; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Lichtsteiner, Padoin, Pirlo, Pogba, Asamoah; Tévez y Llorente.
El partido, muy abierto y jugado con una intensidad quizás impropia para lo que había en juego, lo decidió Osvaldo en el último suspiro. Hasta ese momento, Roma y Juventus habían tenido multitud de ocasiones para desnivelar el marcador inicial. Con un fútbol ofensivo por parte de los dos, presionando en área rival los saques de puerta y con cierta ligereza a la hora de presionar, el partido se convirtió en un ida y vuelta casi continuo.
En la primera parte, los romanistas, con Totti como agente libre en la zona de tres cuartos y voleando desde fuera del área en dos ocasiones, generaron peligro gracias al juego directo tan bien ejecutado este año por Gervinho. El costamarfileño, además de malgastar un mano a mano ante Storari, inventó jugadas incisivas cada vez que encontraba la espalda del trío defensivo bianconero. La Juventus, con Tévez y Llorente bajando a recibir a la zona de tres cuartos para dar apoyos a Pogba, Pirlo y Padoin, tuvo más rachas de posesión en el primer tiempo y generó suficiente peligro como para que Llorente diese a conocer a Skorupski (23 años) o para que Pogba estrellase un balón en el poste.
La reanudación empezó con una jugada personal de Torosidis que volvió a salvar Storari y continuó con el momento negativo del encuentro: el codazo de Chiellini a Pjanic (que hizo oficial su renovación). Sin sanción en el campo, a Chiellini podría costarle caro de cara al mundial si Cesare Prandelli, seleccionador italiano, decide aplicar su hasta ahora férreo código de disciplina. No sería el primer italiano que se queda fuera de una lista por conducta violenta.
En la última jugada, el exromanista Osvaldo aprovechó una de las subidas del incansable carrilero diestro Lichtsteiner y, libre de marca en el segundo poste, ajustó su disparo a contrapié para Skorupski. Gol partita para que la Juventus llegue a las 32 victorias y 99 puntos y para que el italoargentino se tome su particular venganza ante su exequipo. Pero a pesar de que hubo vencedores y vencidos, todos acabaron satisfechos. Los bianconeri mitigan las penas europeas superando el récord del Inter 2006/07 (97 puntos), que podría ser más grande si supera la centena de puntos (una “auténtica” barbaridad, casi parafreaseando a Pep Guardiola). Y la Roma, con Pjanic renovado hasta 2018 y Rudi Garcia con intención de continuar sigue contando las horas para volver a la máxima competición continental tras una temporada en la que ha conseguido invertir la dinámica negativa y en la que parece que ha colocado los cimientos de un sólido proyecto. Y eso hay que celebrarlo como si de un título se tratase.
* Rafael Medel.
– Foto: ANSA
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