"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
Compañero del metal (para variar el encabezamiento, más que nada):
Perdona, Martí, me encantaría que confirmaras una sospecha que me corroe y aturde en las últimas horas: ¿Los guionistas de este país han enloquecido definitivamente? Dime que sí, ¿verdad? Por favor… En el folletín digno de Dumas, en esta enorme soap opera llamada España tenemos un presidente que lee el Marca como mayor cometido de estado, un cura trabucaire que genera vergüenza ajena en magnos funerales y ella, sí, ella, que se da a la fuga desde Callao/Gran Vía. Maravilloso, espectacular. Dispuestos a celebrar el 75º aniversario de la debacle en memoria de los vencidos y humillados, días atrás nos dio por revisar, enésima visita, el clásico de Basilio Martín Patino “Canciones para después de la guerra” como recurrente homenaje. La vimos con el nudo en la garganta, aún, y el remedio que aplicamos aquí para tragar la cruda realidad, la dura lección histórica, consiste en echarle humor vitriólico al asunto, dosis de sal gruesa y adelante sin parar, sin dar pábulo a las emociones. De la inmortal película y su maravillosa banda sonora aprovechamos ahora dos bonitas piezas que llevan por título “A lo loco” y “Total para qué” como fondo para esta e-pistola tomada a coña, la única manera digna y factible de pechar con la actualidad.
O sea que hay una mano negra. Jolín, qué miedo. Cáspita, menuda novedad. Y el barcelonismo oficial (hay otros, no lo duden) cierra filas poniendo como escudo la joya más sagrada de su corona tras el nuevo meneo, la última por el momento, el bofetón de la FIFA. La Masia, ni tocarla, sueltan los demagogos. Queda precioso tipo “vamos a defender El Álamo”, pero no es eso, no disimuléis. El actual jefe de negociado (que no presidente, está en el cargo por delegación, quien manda está huido pero presente), afirma, rotundo y solemne, que ellos no han hecho nada malo y debe saber, imaginamos, de qué habla porque el tema de los menores le correspondía a él, era de su plena competencia, antes del inesperado ascenso. No han hecho nada malo, repiten y vuelven a repetir. Hay una mano negra. Vale, compramos pulpo como animal de compañía. Una campaña desde Madrid, desde Zúrich, desde la Conchinchina, una conjunción astral, una conjura sin parangón digna de las peores aberraciones judeomasónicas. El mundo se levanta cada mañana dispuesto a idear cómo fastidiarles. Por supuesto. La misma conspiración que, reconozcámosles el mérito, les ha llevado a partir peras con Laporta, Cruyff, Guardiola y Messi, que tiene su gracia eso de pelearse con las vacas más sagradas del corral. Idéntica maquinación que les ha llevado a tener el club imputado en la Audiencia Nacional por vez primera en la vida. Fuente lúgubre de donde brota también, suponemos, el deseo de abortar el capricho de los 600 millones aparecido en escena por arte de birlibirloque, sin constar en programa electoral. Abyecta conspiración que les empuja a ir pisando de charco en charco constantemente…. “Si te vas pá la verbena o a ver los toros, a ver los toros, a lo loco es el sistema, mejor de todos, mejor de todos, y si vas con elegancia y con mucha educación, al final siempre te pasa como al gallo de Morón…”.
Pues eso, todo fruto de la envidia ajena, que ellos son tan infalibles como el Papa de Roma, unos fenómenos, los integrantes de esta Banda del Empastre disfrazada de junta directiva. Diríamos que actúan, Martí, y ahí radica su mayor peligro porque de inocentes no muestran ni un pelo, aplicando el cuento de la rana, a la que puedes cocinar, hervir y matar a base de aumentar progresivamente el grado de cocción sin que apenas lo note. Caso de pegarle un acelerón descomunal al fuego, la rana, ya sabes, saltaría rauda de la cazuela. En cambio, si aumentas el calor poquito a poco, al final palmará ahogada, resignada a ser simple anca. Ese es el camino que llevan con nosotros, con el rebaño al que deberían cuidar como buenos pastores en lugar de entregárselo a los lobos en bandeja de plata. No han hecho nada mal, nunca, y todo es un montaje de los adversarios (no pongamos enemigos, que apelar a sus bajísimas pasiones entraña seguirles el juego). Como acabamos de nacer, les compramos la excusa. Vale, lo del dopaje y el villarato tiene padre y madre, que no nos chupamos el dedo, que basta con ver el trato dado en el planeta al mejor equipo de la historia y la comparación otorgada desde la meseta, pero han sido ellos los primeros en comer del mismo plato, darse besos y abrazos, reír las mutuas gracias con el ser superior y artífice máximo de tales campañas, no fastidiemos. Ante los rastreros, comportarse como tal, debe ser la indicación o mucho nos equivocamos. Así les va de bien su manera de interpretar la diplomacia, sea ante organismos internos, externos o mediopensionistas. El mal viene de fuera, punto. Ya está, confesados, limpios de alma y sin penitencia impuesta…”Si es que tu novia te devuelve los anillos y el casamiento no se puede realizar, aunque llegues a perder algún tornillo, cantando este estribillo, te vas a consolar: Total, para qué, te vas a preocupar, las cosas como vienen, te tienes que tomar”.
De repente, vuelven los viejos tiempos, que en este fiestón sobra de todo. Y demuestran no haber aprendido absolutamente nada. Cuando te comportas con profesionalidad, haces las cosas como debes, cuidas los detalles y expresas talento a espuertas, ni árbitros, ni fifas, ni filfas, ni historias, ni manos negras, pero la erosión de cuatro años de manifiesta incapacidad para mantener el rumbo de la otrora simpar navegación significan polvos que están trayendo estos continuos lodos. Ésa, precisamente ésa, era la mejor lección del Pep Team, no los 14 títulos sobre 19: por una vez en la vida habían mostrado el camino a seguir, la manera de proceder, te habían cerrado el modelo y sólo tenías que continuar así, sin excusas, sin complejos, sin manías, con la cabeza bien alta, la personalidad definida y exultante, superando contratiempos como cualquiera los supera en la vida, poniéndole sonrisa y empeño al obstáculo. Pues no, han vuelto a las andadas del viejo nuñismo victimista porque ellos son eso, dejación de funciones, incapacidad para reconocer fallos y corregirlos, irresponsabilidad en la gestión, inmadurez para aprender de los errores. Y conste, querido, la necesidad de mantener matices ante la propuesta: ni todo es blanco, ni todo es negro, ni totalmente culpable, ni totalmente inocente en el desaguisado. El problema es que lo llevan fatal y, volvamos a lo mismo, los guionistas del Barça también han enloquecido para ofrecernos a diario increíbles libretos por entregas, monstruosos desatinos. No conceden ni tiempo a digerir tanta producción. Ahora bien, aún para pasmo propio, aquí no dimite ni… nada de groserías.
Ahora, salta a escena, como si le faltara salsa al guisote, la caza de brujas interna por un quítame allá esos Twitters, a ver qué has soltado por el ordenata en 140 caracteres. Ya ves, menuda distracción, con la que les está cayendo y ellos, entretenidos en cazar al disidente. Esa es otra. Siento comunicar a quienes sigan creyendo en la idea de un club limpio, puro y mitificado que una parte de aquel vergel es reservado a una jauría, el lugar de trabajo con ambiente más tóxico que hayamos conocido jamás aún yendo solo de visita (y hemos pisado unos cuantos), donde el 90 % de las energías se concentran en evitar que te muevan la silla, te claven un puñal por la espalda o te dejen con el culo al aire. Compadezcamos sinceramente al futuro presidente, le costará horrores guiar la nave con esa resistencia, ese aparato tan enquistado, esos supervivientes de mil batallas que reinan por allá dentro, de los que no puedes prescindir sin que te cueste una burrada porque se han agarrado al piso como las especies invasoras, como esos caracoles manzana que destrozan los arrozales del delta del Ebro… “Si es que te tienen que operar de los riñones o la vesícula te tienen que sacar, mientras te quede lo demás en condiciones, conserva los pulmones para poder cantar: Total para qué, te vas a preocupar, las cosas como vienen te tienes que tomar”.
Pues eso, pero fijando límites. Puestos a citar conspiraciones, qué tal si las ponemos todas sobre la mesa y nos cuentan la verdad sobre su alianza con Qatar, sobre el papel que está llamado a protagonizar en el nuevo estadio, en su visión de club privatizado esta especie de cornucopia de la abundancia hecha país que tanto les emborracha de poder. El Barça es de los socios y al Barça se llega para servir, par de mandamientos que resumen todo el ideario y que ellos se pasan por el arco del triunfo. Mañana, referéndum. Lo ganarán, pero importa más que el socio, simpatizante, seguidor, aficionado comience a plantearse preguntas y reflexiones sobre las manos que llevan el volante, sobre los guionistas enloquecidos de este incesante vodevil. Hora de mirarse al espejo y aparcar las excusas. O hay reacción o los listos comerán ancas de rana a nuestra salud per secula seculorum, Martí. Y les saldrá gratis. Sus nietos seguirán esquiando gracias al petróleo y millones de almas quedarán huérfanas de su sustento emocional preferido, secuestrado por la casta dominante.
Hasta la próxima, caballero, voy a seguir escuchando sus cuentos chinos, soltados mediante altavoces afines. Ahora lo cuenta por la radio uno con mayor peligro que el proverbial saco de bombas. Jo, todos en las antípodas de la Madre Teresa de Calcuta, también es mala suerte que no les haya dado por fastidiar en otra parte. Claro, desde aquí lucían más, se les veía socialmente mejor… “A lo loco, a lo loco, hay que ver cómo vive Fulano; a lo loco, a lo loco, cómo tira el dinero Mengano…”. Ahora que caigo, ¿y la FIFA no ha montado el Mundial en Catar, ese de los 1.200 obreros fallecidos en la construcción de estadios, ese monumental desatino? Si sois todos primos hermanos, hombre, tal para cual. La mano negra, joder, qué miedo. La mano negra, a otro perro con ese hueso.
Poblenou, territorio libre de monsergas
* Frederic Porta es periodista y escritor.
– Foto: Albert Gea (Reuters)
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