Ruth Beitia sumó una nueva medalla más. La cántabra vuelve a llenar de argumentos a aquellos que la consideran como la mejor atleta de la historia del atletismo español. Después de los JJ .OO. de Londres decidió dejar el atletismo, pero su regreso está siriviendo para engrandecer aún más su figura y la de un atletismo español que necesita de sus triunfos mientras anhela la llegada a la élite de sabia nueva. Después de Londres, el palmarés de Ruth es extraordinario. Tres competiciones internacionales del más alto nivel que se han saldado con tres medallas: oro el Campeonato de Europa de Gotemburgo, bronce en el Campeonato del Mundo de Moscú y ahora otro nuevo bronce que sumar a su palmarés. Su mérito es doble porque ha conseguido estar luchando por las medallas en todos los campeonatos importantes en el último lustro mientras sus rivales aparecían y desaparecían en función de lesiones, embarazos u otro tipo de circunstancias que les impedía estar en todos estos últimos campeonatos. Solo Emma Green puede presumir de una participación similar, pero el nivel de medallas de la sueca es un poco inferior a la cántabra. Está es su décima medalla internacional: tercera en Moscú 2013, primera en Gotemburgo 2013, primera en Helsinki 2012, segunda en París 2011, segunda en Doha 2010, segunda en Turín 2009, tercera en Birmingham 2007, tercera en Moscú 2006 y segunda en Madrid 2005.
Ashton Eaton volvió a brillar en un gran campeonato, pero se quedó a 1,2 segundos en el mil del récord del mundo, lo que significan 13 puntos. En el año 2010 consiguió batir la plusmarca mundial de heptatlón que estaba en manos de Dan O’Brien desde 1993. Desde entonces ha batido el récord del mundo otras dos veces más, en 2011 y 2012. Los 6.476 de O’Brien ya son historia y ahora Eaton lucha contra sí mismo. En está ocasión le sobraron 1,2 segundos, pero sigue siendo el mejor del mundo. Además ha logrado batir el récord del mundo de decatlón de Sebrle y ha sido campeón olímpico del mundo al aire libre e indoor, ahora por segunda vez.
En el resto de finales destacó la exhibiciones de Aregawi y Souleiman, que dominaron en el 1.500 Maslak venció con claridad en el 400 masculino y McCorory en el femenino. En las vallas, Pearson trpezó en la última valla, lo que le dio el oro a Ali. En salto con pértiga venció Filippidis; Duda da Silva lo hizo en salto de longitud; Koneva en triple; y Kilty dio la sorpresa del campeonato al imponerse en el 60.
Maria Kuchina (Rusia) 2,00; Kamila Licwinko (Polonia) 2,00; Ruth Beitia (España) 2,00.
El concurso tuvo en Vlasic su sorpresa. La croata se quedó en 1,94, al igual que la sueca Green. Superaron el 1,97 cuatro atletas, las tres favoritas (Beitia, Kuchina y Licwinko) y la polaca Kaspryzcka. Los dos metros volveron a ser, una vez más, decisivos. Licwinko y Kuchina, que arrastraban un nulo de alturas inferiores, lo superaban a la primera y Beitia lo hizo a la segunda, lo que a la postre fue decisivo. Ninguna de las tres superó los 2,02 y las dos primeras se repartieron un oro que hasta el año pasado no se podría haber repartido. Hay una modificación que establece que puede haber empate en caso de acuerdo en las normas de la competición (art. 181.8 d). Esto llevó a la novedad de ver dos medallas de oro en el salto de altura. Y con este reglamento en la mano, lo vamos a ver en muchas más ocasiones.
Zúrich es el siguiente reto para Beitia, y allí estarán buena parte de las participantes hoy, ya que de las ocho finalistas siete eran europeas.
Asthon Eaton (EE. UU.) 6.632; Andrei Krauchanka (Bielorusia) 6.303; Thomas van der Plaetsen (Bélgica) 6.259
Eaton empezó la jornada realizando 7,64 en las vallas, registro que lo ponía por delante de la marca que realizó el día del récord del mundo. En la pértiga saltó 5.20, exactamente la misma altura que el día del récord del mundo en Estambul. Afrontaba la última prueba con la necesidad de correr en 2:33.54, registro que parecía a su alcanze, ya que en la ciudad turca corrió en 2:32.77, pero en esta ocasión le sobró poco más de un segundo para batir el récord del mundo.
En el grupo de atrás seguía la lucha por las medallas. Krauchanka se hizo con la plata gracias, en parte, a su excepcional concurso en salto de altura de ayer, en el que se fue a 2,21. El bielorruso logró administrar su ventaja y llegar al mil con una cómoda ventaja sobre el belga Van der Plaetsen, que tuvo que aguantar el ataque final de Sintnicolaas, que hizo un esfuerzo titánico en las dos últimas pruebas pero no logró recuperar los puntos de desventaja con el belga.
Francena McCorory (EE. UU.) 51,12; Shaunae Miller (Bahamas) 51,54; Kaliese Spencer (Jamaica) 52,06
Miller se había equivocado en la semifinal y llegó a la final con la lección aprendida. El objetivo era llegar primera a la calle libre. Lo consiguió, pero fue superada en la contrameta por McCorory, que una vez en cabeza administró el esfuerzo para llevarse una cómoda victoria. Miller luchó con la vallista Spencer por la plata. Finalmente la bahameña fue plata y la jamaicana, bronce. Por primera vez desde 1999 no hubo ninguna rusa en la final. Jamaica y EE. UU., por contra, lograron colocar a dos de sus atletas en la final, lo que significa que tendrán un potente relevo.
Pavel Maslak (República Checa) 45,24; Chris Brown (Bahamas) 45,58; Kyle Clemons (EE. UU.) 45,74
Maslak sabía que la clave estaba en tomar la primera posición en la calle libre y para ello hizo un esfuerzo supremo en la primera vuelta, en la que pasó en 21,17. La lucha por ganar posiciones dejó fuera de carrera a Brenes, vigente campeón. Chris Brown, el rey de los cuartos puestos, en esta ocasión logró la plata, y tercero fue el norteamericano Clemons, que se tuvo que esforzar al máximo para alcanzar el tercer puesto. La decepción vino por parte de Gordon, que entró en quinta posición. Maslak consiguió la primera medalla para la República Checa en la historia en la prueba del 400 y se convierte además en el primer campeón de Europa de pista cubierta que también lo es del mundo. Además se perfila como uno de los favoritos de cara al Campeonato de Europa de Zúrich. El 400 será una prueba muy interesante con los Borlée y los atletas británicos.
Mauro da Silva (Brasil) 8,28; Jinzhe Li (China) 8;23; Michel Torneus (Suecia) 8,21
Duda da Silva era el vigente campeón, pero nadie contaba con él. Su mejor registro previo no auguraba que volviera a estar arriba. Sus dos mejores marcas en pista cubierta son de 8,28 y las dos fueron en campeonatos del mundo para llevarse el oro. Antes de la final su mejor marca era de 8,02, realizado en la clasificación en el último intento y cuando ya tenía medio pie fuera de la final, pero el brasileño sacó lo mejor en su último salto y logró el oro. El chino Li, que había estado en primera posición durante todo el concurso, se quedó con la plata con 8,23, y Torneus ganó el bronce con 8,21. Al sueco le pasó algo parecido a lo que le sucedió al vencedor en la clasificación: hasta el último salto estaba fuera de la final, pero logró meterse y repetir medalla en un gran campeonato. La dececpción fue el ruso Menkov, que abandonó después del cuarto intento. Una lesión lo alejó de la lucha por las medallas, pero sigue siendo el principal favorito para el Campeonato de Europa de Zúrich de este verano.
Valerie Adams (Nueva Zelanda) 20;47; Christina Schwanitz (Alemania) 19,94; Lijao Gong (China) 19,24
Adams vuelve a demostrar que no tiene rivales. Lleva cuatro años invict,a y aunque tuvo una operación de tobillo este invierno, sigue siendo la mejor. Llegó a Sopot sin haber tocado la pista cubierta, en la clasificación lanzó 20,11 y en la final, 20,47 ,logrando un nuevo triunfo y además consiguiendo la mejor marca mundial de año. Adams habría conseguido el oro con cinco de sus seis lanzamientos. Schwanitz nació en un año equivocado; al coincidir con Adams su única opción es mejorar marcas e intentar ser medallista de plata, cosa que ha logrado holgadamente. La china Gong superó a Carter y se hizo con el bronce.
Abeba Aregawi (Suecia) 4:00.7; Axumawit Embaye (Etiopía) 4:07.12; Nicole Sifuentes (Cánada) 4:07.61
La prueba fue un monólogo de la sueca, que se puso delante una vez sobrepasado el 400 y ya no dejó la cabeza hasta la meta. Su ritmo no tuvo respuesta ni tan siquiera intento por parte de sus rivales. La lucha cerrada por los otros metales llevó a que finalmente se produjeran varias descalificaciones. La más importante fue la de Arafi, que había logrado entrar tercera, pero que por pisar por fuera fue desclasificada. La canadiense Sifuentes fue la gran beneficiada y logró el bronce. La plata fue para la etíope Embaye, atleta de enorme talento y gran zancada. La diferencia de 6,51, entre la primera y la segunda muestra la diferencia de nivel entre Aregawi y sus rivales.
Ayanleh Souleiman (Yibuti) 3:37.52; Aman Wote (Etiopía) 3:38.08; Abdalaati Iguider (Marruecos) 3:38.21
Jama Aden, entrenador de Kaki, Makhloufi y Genzebe Dibaba, puede presumir de tener otro oro mundialista dentro del grupo, el de Souleiman. Su estado de forma era bueno, pero en Sopot causó una extraordinaria sensación. Se puso en cabeza, respondió a todos los ataques de sus rivales y logró vencer con tremenda comodidad con un tiempo de 3:37.52. La lucha fue encarnizada por los otros metales. Tres atletas llegaron igualados a la última vuelta: Willis, Wote e Iguider. Finalmente entró segundo Wote, tercero fue Iguider y Willis llegó en cuarta posición, pero el neozelandés fue descalificado por pisar la línea. Muy buena impresión la causada por Wote, que ya había sorprendido por sus buenos resultados en alguna prueba de la Diamond League del año pasado. Iguider recuperó su puesto después del fracaso mundialista de Moscú. El keniano Birgen entró último.
Richard Kilty 6,49; Marvin Bracy 6,51; Femi Ogunode 6,52
Kilty sompió todos los pronósticos y se alzó con un oro tan inesperado como sorprendente. Ver a un blanco vencer en 400 es extraño, pero ver al un atleta de raza blanca vencer en la prueba más explosiva es un hecho que no se veía desde hace décadas. Son imágenes de otra época. El británico corrió en 6,49 y logró superar a Bracy (6,51) y al catarí de origen nigeriano Femi Ogunode (6,52). El cuarto fue el chino Su y quinto el zambiano Phiri con el mismo tiempo que el catarí, pero las milésimas decidieron a favor del atleta que venía de quedar segundo en el Campeoanto de Asia. Kilty fue una doble sorpresa, ya que en principio no iba a acudir a Sopot, pero la lesión de Dasaolu le abrió las puertas a participar y remidimirse de la injusta exclusión de las pruebas individuales que tuvo el año pasado en Moscú.
Nia Ali (EE. UU.) 7,80; Sally Pearson (Australia) 7,85; Tiffany Porter (Reino Unido) 7,86
Pearson partía como favorita. Antes de la final había corrido cuatro pruebas entre eliminatorias y finales de Berlín y Sopot y su peor registro había sido 7,80, pero el destino hizo que tropezara en la última valla y perdiera todas los posibilidades de luchar por el oro, que fue a parar a la norteamericana Ali, que corrió en 7,80, por 7,85 de la australiana. Hasta esa última valla la prueba estaba muy igualada. El tercer puesto fue para la británica de origen norteamericano Tiffany Porter, atleta casada con el también vallista Jeff Porter. La decepción de Pearson era evidente y su rostro mostraba esa pena. Posiblemente es la que estaba en mejor forma, pero las carreras terminan cuando se cruza la última línea de meta.
Kostantinos Filippidis (Grecia) 5,80; Malte Mohr (Alemania) 5,80; Jan Kudlicka (República Checa) 5,80
El duelo estaba planteado desde las primeras alturas, en las que cayeron algunos saltadores de nivel como el británico Cutts o los polacos. En un prinicipio parecía que Filippidis y Mohr se disputarían el oro y el brasileño Da Silva sería el bronce, pero en el último intento sobre 5,80 el checo Kudlicka logró superar esa altura e igualó con el griego y el alemán. La siguiente altura era 5,85, pero ninguno de los tres fue capaz de superarla, por lo que tuvimos a tres saltadores en 5,80. un hecho inédito. Como también lo fue el ver a un saltador griego en lo más alto del podio. La prueba se decidió por número de nulos y ahí tenía ventaja Filippidis. Los brasileños siguen mejorando en esta especialidad y lograron acabar a dos entre los siete primeros.
Ekaterina Koneva (Rusia) 14,46; Olga Saladukha (Ucrania) 14,45; Kimberly Williams(Jamaica) 14,39
Saladukha y Koneva prometían un duelo por todo lo alto y no decpecionó en cuanto a igualdad, pero sí en cuanto a nivel. La rusa venció con un mejor salto de 14,46 y la ucraniana se quedó en 14,45. La tercera fue Williams, que hizo un nulo muy largo en su quinto intento que posiblemente le hubiera reportado la victoria si no hubiera sido nulo. La jamaicana saltó 14,39. De la primera a la tercera hubo 7 centímetros de diferencia. Cuarta fue la portuguesa Patricia Mamona, que realizó un gran concurso y se quedó con 14,26 y con tres saltos por encima de 14,20. Final dominada por las europea, ,con tres representantes entre las cuatro primeras.
No hubo sorpresas. Pascal Martinot-Lagarde fue el mejor con 7,56. El francés se postula como favorito para el oro. Pozzi venció también con 7,56, el mismo tiempo que Darien. Las otras series se las llevaron Sharman (7,59) y Berger (7,61). A estos atletas hay que sumar a Shubenkov y Darien. El portugués Dabó se empotró con la primera valla y se fue al suelo.
En mujeres fue muy pobre (13,76) y en hombres el nivel tampoco es el acostumbrado en un campeonato del mundo. 16,29 fue el corte y quedaron eleminados solo tres competidores: Letnicov, Laine y Valiyeb. El mejor fue Oprea con 17,02. El atleta rumano conseguió alcanzar su cuarta final en un campeonatos del mundo de pista cubierta. Los dos cubanos, Revé y Pichardo, parecen destinados a completar el podio con el rumano.
La noticia estuvo en el bajo rendimiento de Bahamas, vigente campeón olímpico. Superó los 3:09 y realizó una actuación muy pobre, sobre todo su último relevista, LaToy Williams. EE.UU. venció en la primera semifinal con 3:04.36 y se mostró como el claro favoritos al oro. Jamaica entró segundo en esta primera semifinal. La segunda semifinal se la llevaron los británicos con 3:06.09. Se produjo un hecho anecdótico al marcarse un segundo disparo que anulaba la serie cuando llevaban ya 120 metros recorridos. España se fue a un registro muy por encima de lo esperado, superando los 3:10.
No se produjo ninguna sorpresa y se clasificaban los cuatro equipos favoritos. Las británicas vencieron en la primera semifina,l con 3:30.60, y EE.UU. lo hizo en la segunda (3.29.06). Jamaica y Rusia son los otros dos países que lucharán por los metales.
La expectación estaba puesta en el regreso de Campbell-Brown. La jamaicana se clasificó con un tiempo de 7,22, pero la impresión causada no fue la mejor. Se le vio muy agarrotada en los metros finales. Todo lo contrario que su compatriota Fraser-Pryce, que corrió en 7,12 causando una magnfíca impresión. El resto de favoritas cumplió con las espectativas. Ahouré consiguió el mejor tiempo con 7,09 y Bartolletta corrió su serie en 7,13, mismo tiempo que la alemana Sailer.
La altura es una de las pruebas del campeonato. Cuenta con Ukhov, que ha demostrado que puede batir el récord del mundo, y con Barshim. Ambos se calsificaron sin complicaciones, al igual que el resto de favoritos para el reparto de medallas: Fassinotti, Kynard y Tsypalkov. La única baja destacada en la final será Grabarz, medallista olímpico, pero que no llevaba un buen invierno.
* Óscar Fernández Villar.
– Fotos: Getty Images – Fotobank.PL/UMS
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