"El modelo de juego es tan fuerte como el más débil de sus eslabones". Fran Cervera
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Tras la conclusión del derbi todo el mundo estaba hablando de los laterales. Algo muy evidente había sucedido para que tanto una hinchada como la otra centrasen su debate sobre una posición a veces no muy tenida en cuenta. Carlo Ancelotti, según dijo en rueda de prensa, decidió apostar de inicio por Coentrao y Arbeloa por un simple motivo: estaban más descansados por no haber jugado la ida de los octavos de final de la Champions en el Veltins Arena. Resultó extraño que, ante un equipo sin extremos puros como es el Atlético, optase por sus dos laterales con menor recorrido. Conociendo el poderío de los carrileros rivales (Juanfran y Filipe Luis) y su incidencia en fase ofensiva, a lo mejor la decisión estuvo provocada por la intención de dar libertad y autonomía a Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Probablemente la decisión del entrenador madridista estuviese fundamentada en una idea del juego, más allá del cansancio o jugadores frescos.
Transcurridos los primeros sesenta minutos, Ancelotti comprobó que se había equivocado. No había leído el partido de forma correcta. La presión del Atlético agobiaba al Madrid en la salida y en el terreno de juego no tenía a los futbolistas más talentosos en los laterales para sacar el balón jugado: frente a un rival de la intensidad del Atleti, parecía obvio que este no iba a esperar en su campo, desatando a Xabi y a Modric del círculo central. Tapados el tolosarra y el croata, las opciones eran ínfimas, por lo que se creaba un contexto propicio para la pérdida. Parecía que esa intensidad impresa por Simeone le otorgaba el derecho a llevarse cada balón de dudoso dueño. Sí, es cierto, al Madrid le sobrepasó la intensidad rojiblanca, pero veía cómo cada recuperación del Atlético se producía porque estaba mejor colocado que su contrincante. Di María completó uno de sus peores partidos como interior y Alonso, eje sobre el que gira el Madrid, no estuvo acertado.
El italiano se dio cuenta del problema de la salida de balón de su equipo y paulatinamente cambió el sistema. Cada cambio que hacía iba regido del anterior. Metió a Marcelo, a Carvajal y a Isco. Abrió el campo con los dos primeros y dejó espacios para el último, que se dedicó a demostrar a los futbolistas locales que ya no llegaban a tiempo en las ayudas y que el error cada vez estaba más cerca de producirse. Finalmente fue Mario Suárez el que falló (decía @ecosdelbalon acertadamente que a estos niveles de intensidad la facilidad de que se produjese un error individual aumentaba) y Dani Carvajal el hombre que revolucionó la contienda para asistir a Cristiano Ronaldo, fiel a su cita con el gol. ¿Fueron tan determinantes los cambios de los laterales en el guion del partido?
Ancelotti ya intuía en la primera parte que, pese al gol, no iba a ser un día plácido para sus delanteros. Cambió de banda a Cristiano Ronaldo y a Bale tras los diez primeros minutos con el objetivo de abrir el campo y crear espacios. Ambos en la banda de su mejor pierna. No lo consiguió. Cada uno se sumió en una batalla personal que desembocaba siempre en la pérdida. Tampoco ayudaban los laterales, que no profundizaban en la subida pero tampoco se imponían en la fase defensiva. Arda Turan y Diego Costa caían a las dos bandas y los dos defensas no podían frenar el avance rojiblanco, aupado por la intensidad del Calderón. La entrada de Marcelo y de Carvajal, dos hombres más veloces, más técnicos y de mayor recorrido, ayudó a crear un nuevo partido. El cansancio local y la voracidad del Madrid fueron factores que sin duda alguna aumentaron la importancia de ambas entradas en el campo.
Mucho se ha criticado la titularidad del portugués y del exjugador del Liverpool. El Madrid venía de golear en Alemania con dos laterales largos ante extremos peligrosos como Draxler y Farfán con el apoyo de Meyer en la mediapunta, pero el Schalke 04 no deja de ser un equipo de un nivel inferior. La semifinal de Copa del Rey, ganada sin contemplaciones ante el Atlético, tuvo lugar con Arbeloa en el lateral derecho y Coentrao en el izquierdo. El portugués ha jugado muy poco esta temporada y su nivel dista mucho del de hace dos campañas, por ejemplo. José Mourinho lo convirtió en un lateral con menor proyección ofensiva, pero con un nivel defensivo tremendo. Tanto es así que era su elegido para las citas trascendentales en el Camp Nou, las cuales pasó con nota la mayoría de ellas.
El Madrid, y por ende Ancelotti, no deben alimentar un debate inocuo. No hay ningún equipo en Europa cuyos laterales tengan tanto nivel, puedan ser todos ellos titulares en una cita importante y sean tan diferentes entre ellos. Álvaro Arbeloa aporta sencillez y contundencia defensiva y Carvajal avanza en su progresión a pasos agigantados mientras llega en cada jugada hasta línea de fondo para centrar. Coentrao, de recuperar su mejor nivel, combinaría su buen hacer defensivo con su moderada aportación ofensiva, mientras que Marcelo es la mejor herramienta del Real para desatascar, combinar y crear peligro. Cada uno, con sus virtudes y defectos, completa una plantilla perfectamente equilibrada.
* Carlos Jiménez Barragán es periodista.
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