"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
Pese a que todo el mundo lo considera gallego a todos los efectos, lo cierto es que José Manuel Rodríguez Morgade, más conocido como Manu, nació y creció hasta los 10 años en Wetzikon, una comuna suiza (así le llaman a los municipios allí) del cantón de Zurich. Cosas que tiene la vida. Ahora, ya rondando los 30, este interior reconvertido a lateral tiene a todo Lugo metido en su bolsillo.
Llegó procedente del C. D. Ourense allá por el 2007 y cumple ya su séptima temporada en el club lucense. Acostumbrados a cifras de mayor empaque, quizás no llame tanto la atención para los que desconozcan las renovaciones anuales a las que ha tenido que enfrentarse el C. D. Lugo durante el último quinquenio. Entre promociones perdidas, ascensos fallidos, ascensos logrados y la entrada en la Liga de Fútbol Profesional, la continuidad durante siete años roza el milagro. Es el único superviviente en el club desde la llegada de Quique Setién.
No es casualidad.
Pieza fundamental del equipo, no solo por desempeñar la figura de capitán (que también), sino por la profundidad que aporta a la banda izquierda del mismo. Tiene buen toque de primeras y calidad para sacar el balón jugado. Además, es el especialista a balón parado.
La mayor prueba de la importancia de la figura de Manu es la racha que rompió en la jornada del pasado fin de semana.
Ochenta y tres. Esos son los partidos consecutivos que ha jugado Manu en liga. Dos años. Ahí es nada.
Desde el 31 de marzo de 2012 que no se perdía un minuto liguero con el C. D. Lugo. El sempiterno lateral no estuvo ayer domingo disponible (sancionado por acumulación de tarjetas amarillas), terminando así forzosamente con una continuidad ganada a pulso por el jugador y orquestada por el entrenador. Una cifra más propia de porteros que de jugadores de campo.
La afición lucense rara vez se manifiesta de una forma tan unánime como lo hace con Manu. Es considerado el héroe de la tanda del Carranza, al haber sido el encargado de meter el penalti que certificaba el ansiado ascenso a Segunda División. El incombustible capitán acumula cariño casi al mismo ritmo que partidos.
El conjunto albivermello suma varios partidos con resultados no deseados (el varapalo en Girona fue demasiado duro) y la baja de Manu no llegó en el mejor momento, pero el propio jugador ha reconocido que probablemente hasta le haya venido bien un descanso. Es de agradecer ese optimismo en tiempos así.
Ayer domingo, cuando sus compañeros lo buscaban en la banda, Manu no estaba. Y fue, sin duda, raro para todos.
* Diego Basadre.
– Foto: Agencia LOF
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