San Siro, this is Atleti

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San Siro, this is Atleti

por IMANOL ECHEGARAY el 19 febrero, 2014 • 22:39

1.- Se presentaba el Atlético de Madrid en un estadio Champions. De esos que dan relumbrón a la mejor competición del mundo. Ante una afición que ha celebrado siete veces una Copa de Europa. Llegaba el mejor equipo de esta edición (en cuanto a números) y lo hacía con la sensación de sentirse favorito, algo nada habitual.

2.- Al otro lado estaba el Milán. A 31 puntos del líder en el calcio y clasificado para octavos de final en esta Champions League por los pelos. Pero esto no era la liga italiana. Europa tiene un aura especial y el segundo mejor equipo de la historia en estas lides daba más miedo por nombre que por realidad.

3.- El partido comenzó como se esperaba. Tanto el doble pivote del Atlético como el del conjunto italiano no invitaban a ver un gran espectáculo balompédico, pero prometían físico e intensidad. Así que salieron los de Clarence Seedorf con una idea clara: dar el balón a los rojiblancos (hoy de amarillo, tentando a la suerte) y salir a la contra con la velocidad de Kaká, Balotelli y Taarabt.

4.- El primer cuarto de hora fue de claro domino atlético. Un control posicional al que le faltaba la profundidad que descansaba en el banquillo visitante de San Siro (Diego Ribas). Porque además, Arda Turan tuvo uno de esos días grises con el balón en los pies que siempre salva con esa entrega que Simeone le ha inyectado en vena.

5.- Hasta que apareció Taarabt. Si al marroquí, que no llegó a jugar más de diez partidos en el Fulham, le diese por prender la chispa de la calidad que indiscutiblemente tiene de forma más habitual, San Siro lo agradecería. Están faltos de magia y los chispazos de un Kaká a la baja no son suficientes. Zurdazo tremendo del brasileño, que quince minutos después tuvo otra ocasión clarísima para hacer entrar en materia al Atlético. Esto es la Champions.

6.- Entre medias, una parada antológica de un Thibaut Courtois que si estuviese en bolsa, subiría al alza tras cada encuentro que disputa. Hay buenos porteros, hay porteros muy buenos y luego hay porteros que ganan títulos. El belga está en todos los grupos, sobre todo en el último. El Atlético de Madrid no se fue al descanso 1-0 por su mano. Y por los postes, aliados de esos equipos que tienen aura de campeón.

7.- Tras el descanso, todo lo que tenía que ofrecer el Milán ya había sido mostrado. Koke y Gabi se plantaron en el centro del campo y camparon a sus anchas durante los 45 minutos restantes. Especial mención para el joven canterano, que se multiplicó en ataque y ofreció a sus compañeros salidas en cada jugada. A balón parado estuvo menos fino.

8.- Y antes de que el partido entrase en su fase crucial tocaba la sesión semanal del show de Mario Balotelli. Perdido durante el encuentro en una guerra consigo mismo por intentar marcar gol cada vez desde más lejos, se dañó el hombro y tardó cinco minutos en renunciar a seguir en el partido para ser sustituido. Con 0-0 en el marcador, paso indolente y pasota, se dirigió a la banda como si el resultado fuese bueno para los locales.

9.- Mensaje que captaron los madrileños, que olieron sangre y se lanzaron a por la ventaja cuando la gasolina milanista estaba en la reserva. Y si hay sangre por medio, ahí está Diego Costa. Más fallón que de costumbre, pero peleón como siempre, se encontró un balón llovido desde el mismísimo cielo y, con el alma de todos los aficionados rojiblancos desplazados, pegó un frentazo al esférico, que cogió el camino perfecto hacia la escuadra de un Christian Abbiati que parece inmortal.

y 10.- No se quedaron ahí los de Simeone y quisieron el segundo. Lo intentaron con más fe que fútbol, pero fue en vano. Nada que reprochar. “El esfuerzo no se negocia”. Eso fue lo que diferenció a unos y a otros. En Milán ya se han dado cuenta de quién es el Atlético de Madrid. Queda la vuelta y no hay nada hecho, pero tras ganar en estadios como el Santiago Bernabéu o San Mamés, Diego Costa y compañía han clavado la bandera rojiblanca en San Siro. Y eso no es cualquier cosa.