Es uno de los mejores goleadores que ha habido en la historia del Campeonato Español de Primera División. Figura en el puesto 25º de máximos artilleros con 139 goles (uno más que Kubala) y en la campaña 1957-1958 ganó el pichichi con 19 goles, compartido con Ricardo Alós (Valencia C. F.) y Alfredo Di Stefano (Real Madrid). El equipo de su vida fue el Valencia C. F., adonde llegó para suplir al gran Edmundo Suárez, Mundo, y lo hizo a base de goles, logrando una media de casi un tanto por encuentro que le sitúa en la actualidad como el sexto anotador más destacado de la entidad. Nacido el 30 de noviembre de 1928 en Castellón (España), fue un delantero centro a la vieja usanza. Rematador puro, con excelente disparo con ambas piernas y magnífico remate de cabeza. No era muy técnico, excesivamente hábil ni elegante, pero su eficacia durante toda su trayectoria fue una constante. Su único objetivo era el gol e iba hacia él por el camino más corto.
Comenzó a jugar al fútbol en su ciudad natal desde muy pequeño. Su padre le mandaba hacer recados y Badenes por el camino jugaba a la pelota de un lado a otro. Antes de ingresar en el C. D. Castellón, con 15 años jugó por la mañana y por la tarde en dos conjuntos de barrio, el Jari Jauja y el Peña Ribalta. En las categorías inferiores del cuadro albinegro fue llamado a jugar con una selección regional y allí coincidió con figuras de la talla de Epi, Amadeo, Asensi o Gorostiza. En la campaña 1946-1947 debutó en Primera División con el Castellón en un encuentro frente al Sabadell, al que vencieron por 4-0, el último tanto obra suya. Esta temporada disputó once partidos más con 3 goles en su haber, uno ante el F. C. Barcelona y dos frente al Real Madrid. Al finalizar la campaña el equipo culé andaba tras sus pasos y lo fichó. Le costó hacerse con un puesto en el once, pero acabó jugando trece partidos. Marcó 6 goles que ayudaron al F. C. Barcelona a conquistar la liga por delante del Valencia y el Atlético de Madrid. La temporada 1948-1949 fue exitosa para el club, pero decepcionante en el plano personal. Únicamente tuvo minutos en la liga en la jornada 22ª contra el Atlético de Madrid, en un curso en el que el conjunto blaugrana revalidó la liga y obtuvo la Copa Eva Duarte y la Copa Latina.
En 1949 realizó el servicio militar en Zaragoza y el club catalán lo cedió para que jugase en la escuadra maña, que estaba en Segunda. Salió a casi un tanto por encuentro y su bagaje fue de 23 goles en 24 partidos. A pesar de ello el Real Zaragoza no logró el ascenso tras finalizar en cuarta posición del Grupo I. El Valencia buscaba sustituto para su gran delantero Mundo y fichó a Badenes para reemplazarlo en 1950. En la temporada de su estreno el gol se hizo esperar en el torneo doméstico hasta la décima jornada frente al Athletic, pero a partir de ahí la racha fue magnífica y acabó con 20 goles. En 1952 logró dos dianas insuficientes en la final de copa ante el F. C.Barcelona (4-2 a favor de los catalanes) y mantuvo sus números ligueros con 18 goles, pese a una discreta quinta posición del equipo en la tabla, mientras que un año más tarde colaboró en el subcampeonato de liga del equipo che con 16 goles. En la temporada 1953-1954 logró el único título en su etapa en el Valencia. La llegada del neerlandés Faas Wilkes le relegó al banquillo en la liga, pero su papel fue vital para la consecución de la Copa, al no poder disputar extranjeros esta competición. El Valencia dejó en el camino a la Real Sociedad en cuartos de final por un parcial de 3-9 y al Sevilla en semifinales por un global de 1-4 antes de enfrentarse al F. C. Barcelona en la gran final, celebrada en el estadio Santiago Bernabéu el 20 de junio de 1954. Tenían enfrente a un equipo con Segarra, Biosca, Basora, Luis Suárez o César. El Valencia, dirigido por Jacinto Quincoces, alineó aquella tarde a Quique Martín, Quincoces II, Monzó, Belenguer, Pasieguito, Puchades, Mañó, Fuertes, Badenes, Buqué y Seguí, y se impuso claramente por 3-0, con dos tantos de Fuertes y uno de Badenes.
El curso siguiente formó una gran pareja de ataque con Wilkes y a los 9 goles del neerlandés hay que sumar los 22 del delantero castellonense, en la que fue su campaña más goleadora con el Valencia, donde sin embargo no tuvieron posibilidad de luchar por la liga y terminaron en quinto lugar. Su última temporada en el conjunto del murciélago fue la de 1955-1956, y pese a no ser de la partida en muchos encuentros logró 10 goles en otros tantos partidos, incluidos dos tripletes ante Real Murcia y Hércules. En el verano de 1956 dejó la institución valencianista con unas extraordinarias estadísticas de 133 partidos y 122 goles entre todas las competiciones. Se marchó enfadado, entre otras cosas porque su hermano, goleador en el filial, no había dispuesto de oportunidades para demostrar su valía en el primer equipo. Firmó por el Real Valladolid, donde coincidió con el gran portero Saso, el magnífico defensa Francisco Lesmes o el prometedor delantero Joaquín Murillo. El curso fue muy bueno y la sociedad que formó con El pulpo rubio dio que hablar (Murillo 19 tantos y Badenes 16), lo que se tradujo en un octavo puesto del cuadro blanquivioleta sin pasar ningún apuro para mantener la categoría. Además, en esta campaña fue galardonado con el premio Patricio Arabolaza, que distinguía al jugador que mejor representase el espíritu de la Furia Española.
La temporada venidera trajo sentimientos contrapuestos para Badenes. Por un lado se proclamó máximo realizador del campeonato con 19 goles, pero no fueron suficientes para que el Valladolid se mantuviese en la élite del fútbol español. Ocupó el penúltimo lugar de la tabla con 23 puntos y descendió a Segunda División. Badenes no acompañó al equipo en su camino por la categoría de plata y fue traspasado al Sporting de Gijón, que por entonces estaba dirigido por Mundo. Fue una temporada complicada, con varios cambios de entrenador y con una mala racha de resultados que le obligó a vivir otro descenso. Jugó en Segunda División en 1959-1960 y entró en la leyenda del club al anotar el gol número 1.000 del la historia del conjunto sportinguista, logrado ante el Racing de Ferrol en El Molinón. En 1960 regresó a su tierra para jugar en el C. D. Castellón, que militaba en Segunda, y allí pudo finalmente coincidir con su hermano Virgilio. Participó en 24 partidos logrando 11 goles, pero en la promoción por la permanencia fueron derrotados por el C. P. Villarrobledo y bajaron a Tercera. Su último club fue la U. D. Oliva en 1961-1962 donde al acabar la temporada colgó las botas con 33 años.
Con la selección española absoluta nunca fue internacional, aunque en una ocasión si entró en la convocatoria. Fue el 17 de marzo de 1955, en un amistoso en el estadio Santiago Bernabéu entre España y Francia donde el técnico Ramón Melcón contó con sus servicios, pero finalmente le dejó en el banquillo. Con la selección B sí participó en dos partidos pertenecientes a los Juegos del Mediterráneo de 1955. En el primero, disputado el 13 de marzo ante Grecia, anotó cuatro goles en la victoria por 7-1, y en el segundo, celebrado el 27 de noviembre frente a Egipto, volvió a lograr cuatro dianas en el triunfo por 5-1.
Al finalizar su vida deportiva se dedicó al negocio de la caza. Abrió una armería en su localidad natal y disfrutaba cazando jabalíes o perdices en su finca de Xert. Falleció el 26 de noviembre de 2007 en Castellón (España) a los 78 años tras una larga enfermedad.
* Alberto Cosín.
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