Los entrenadores que trabajamos en el fútbol base vemos continuamente jugadores con capacidades técnicas o tácticas muy desarrolladas para su edad, pero ¿es igual de fácil encontrar jugadores que sepan decidir en cada situación cuál es la mejor de las opciones disponibles?
La clave del entrenamiento del fútbol base actual y en lo que mas tendríamos que hacer hincapié los entrenadores, dado que es lo que marcará la diferencia entre jugadores, desde etapas benjamines hasta juveniles, debería ser la toma de decisiones o, lo que es lo mismo, enseñar a los jugadores a encontrar soluciones a los problemas que les plantea el propio juego de la manera más rápida y eficaz posible, enseñar a los jugadores a entender el fútbol. No podemos olvidar que nuestro principal objetivo no debe ser ganar ligas, sino formar jugadores. Después se revertirá la situación y, si hemos conseguido formar y enseñar a decidir a los jugadores, llegarán esos resultados.
Si buscamos una definición de toma de decisiones, vemos que es el proceso mediante el cual se realiza una elección entre las opciones o formas para resolver diferentes situaciones utilizando el razonamiento y el pensamiento para ello.
Concretamente, en el fútbol tenemos ciertas variables que influyen en el proceso de toma de decisión, como pueden ser el espacio en el que nos encontremos (situación en el campo), el tiempo que tiene el jugador para decidir y llevar a cabo una acción, el balón, la posición de rivales y compañeros. Debido a todas estas variables podemos dividir el proceso de la toma de decisiones en una serie de fases inherentes a la toma de decisión:
Una vez que sabemos cómo es el proceso de la toma de decisiones es el momento de que lo pongamos en práctica en nuestros entrenamientos. Para ello no utilizaremos tareas analíticas ni acciones combinativas, puesto que estas no crean problemas que solucionar, sino que le convierten en un autómata.
Las tareas que más van a ayudar a nuestros jugadores a analizar situaciones o tomar decisiones son aquellas en las que haya mayor transferencia hacia el juego real y en la que los problemas que se les planteen sean, en su mayor medida, como los que se les plantearán en los partidos. Sabiendo todo esto las tareas que propongo son rondos, juegos de posición, posesiones, juegos en inferioridad o superioridad y partidos reducidos condicionados. A continuación hablaré de alguna tarea que provoca que los jugadores se vean obligados a decidir y que realizo con mi equipo benjamín en fútbol 7.
Se juega en dos cuadrantes de 6×6 metros cada uno. En uno de ellos se juega 4×2 y cuando se lleven 4 pases puede llevarse el balón al jugador que está en espera. Pasan de cuadrante los que roban y los laterales.
Para que se produzca un cambio de defensores, estos deben robar y dar un pase entre ellos. En ese momento, los que estaban atacando deben impedir ese pase. Si lo impiden, continúan atacando; y si no, pasan a defender dos atacantes.
Deberemos incidir en la importancia del giro del jugador que se encuentra en medio de ambos cuadrantes y en la velocidad de circulación de balón.
En un espacio de aproximadamente 25×15 metros jugamos una posesión 2×2 con cuatro comodines exteriores y uno interior. No limitamos el número de toques a los jugadores de dentro para que el ejercicio tenga la mayor transferencia posible con un partido real, pudiendo poner como condición que los comodines exteriores tengan que jugar a uno o dos toques. Los comodines de las bandas de 15 metros pueden ser los porteros, comodines exteriores en bandas de 25 metros pueder ser los extremos, el comodín interior, un mediocentro, y los jugadores interiores, centrales y delanteros.
Incidiremos en los giros de los jugadores con balón y el movimiento sin balón de los jugadores interiores.
En un espacio algo inferior al medio campo de fútbol siete jugamos con un sistema 1-2-3-1, el equipo que ataca, y 2-2, el defensor. Extremos y delantero por fuera, mediocentro por dentro y los dos centrales juegan dentro del cuadrante, pero pueden salir en el momento de la puesta en juego por parte del portero.
El objetivo del equipo en superioridad es mantener la posesión de balón (1 punto cada 10 pases). El equipo en inferioridad tiene que robar e intentar hacer gol (2 puntos).
Los extremos y el delantero del equipo que juega en superioridad solo podrán entrar al cuadrante para recuperar el balón si su equipo lo pierde.
En un espacio de doble área de fútbol siete jugamos un partido con sistema 1-1-2-1 (portero, central, dos extremos y un punta). En este caso el comodín es el mediocentro y juega siempre con el equipo que tenga el balón. Todas las jugadas las inician los porteros jugando en corto.
Se debe incidir en el juego corto, giros del mediocentro con balón, apoyos constantes de todos los participantes.
Con estas tareas tratamos de provocar que los jugadores tengan que estar continuamente observando, analizando, solucionando, es decir, decidiendo cuál es la mejor de las opciones que les plantea el propio juego.
* Javier Cobo García es entrenador (Nivel I) del Benjamín B del Atlético Perines.
– Foto: AD Esperanza
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