"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
Con el final de la Gira del Desierto se pueden sacar las primeras conclusiones de la temporada. Todos los grandes jugadores han disputado sus primeros torneos, poniéndose a punto para la que será la primera gran cita del año, el Accenture Match Play.
A los españoles les han ido las cosas realmente bien. Prácticamente tienen asegurada su presencia cuatro jugadores: García, Castaño, Jiménez y Larrazabal. Este último consiguió por fin una victoria después de estar rozándola durante todo el año pasado. Lo hizo en Abu Dabi, realizando una última vuelta sensacional, dejando atrás los demonios que le impedían dar lo mejor de sí mismo el último día.
Sergio García ganó en Doha, su primera victoria en el European Tour en dos años y medio. Lo hizo viniendo desde atrás, sobreponiéndose a un primer día horrible. Pero ese día, como casi todos en los que sale al campo desde hace un año, el putt le funcionó de maravilla. Y claro, si al acierto en los greens le añade su habitual fiabilidad desde el tee, el resultado más normal tiene que ser pelear por la victoria.
Sergio no falló el año pasado ningún corte. Terminaba casi siempre entre los veinte primeros, pero solía tener un día malo que le alejaba de la victoria. Ya ganó el Asia a final del año pasado y tiene la clasificación para la Ryder en el bolsillo. Con esa tranquilidad, se puede esperar de él lo mejor en los grandes escenarios.
Del resto de españoles, solo Rafa Cabrera Bello ha estado peleando por la victoria, aunque sigue sin ser capaz de redondear sus actuaciones con una buena ronda final. Algo parecido a lo que le venía sucediendo a Larrazábal. Cuestión de mentalidad y de hacer un clic que le permita afrontar sin miedos esos últimos hoyos.
Jiménez está teniendo un inicio de año algo irregular, cosa normal debido a su edad, ya que le cuesta ponerse a tono más que al resto. Castaño no ha pasado ningún corte en los dos torneos disputados en el PGA Tour, pero tener asegurada la tarjeta en Europa y poder jugar los grandes por su ranking le debe permitir perseguir un gran torneo que le permita entrar en los playoff de la FedEx Cup.
Su victoria en el primer torneo de las series finales de la Race to Dubai le hizo soñar con jugar la Ryder. Sigue teniéndolo al alcance, pero dado que alguno de los pesos pesados del equipo, como Lee Westwood, están lejísimos de meterse entre los nueve clasificados, cuesta pensar que sea una de las selecciones del capitán.
Y este año los grandes están a la altura. Poulter, Rory, Stensoon, García y el renacido Bjorn han sumado muchos puntos y parece que nadie los va quitar de ahí. No debe obsesionarse con acudir a la Ryder, sino en conocer los campos estadounidenses y mantener la tarjeta para el año que viene. Si lo consigue, podrá decirse que ha tenido un exitoso año. Porque así ha sido su carrera, pequeños pasos, siempre hacia delante sin detenerse.
Este año habrá bofetadas por un puesto en el equipo europeo de la Ryder. Más que de costumbre. A los ya citados, hay que sumar a Dubuisson, que gracias a su excelso final de año está instalado con comodidad en el equipo y a la que sume un par de torneos será difícil sacarlo. Francesco Molinari va asomando y dejando atrás sus lesiones, y Colsaerts ya asomó la semana pasada en Estados Unidos. Así que el capitán no puede tener queja de cómo van cogiendo la forma los suyos.
Pero donde se vislumbra una enorme batalla para acudir a la Ryder es en el equipo de Estados Unidos. Los jóvenes están tirando la puerta a puñetazos. Spieth, Horschel o English van camino de dificultar la presencia de veteranos como Furyk o Stricker, a quienes su limitada presencia en los torneos les dificulta volver a asistir al torneo.
Obviamente, Tiger Woods seguirá siendo miembro del equipo. Junto a Mickelson es el gran estandarte del equipo. Ambos han comenzado flojo su año. Phil a punto estuvo de ganar en Abu Dabi, pero Larrazabal se lo impidió. Luego en el resto de participaciones en Estados Unidos no ha estado cerca de la victoria, teniendo un inicio de año más flojo que el pasado.
Tiger repite el irregular inicio de año que tuvo en 2013. Cortes fallados, vueltas muy altas, fallón desde el tee, errático en el green. Nada que no se haya visto. Y nada que impida pensar que es el máximo favorito en todos los torneos que disputa. Después de los cinco triunfos del año pasado, este año solo tiene entre ceja y ceja los grandes.
Pero para el primer grande aún queda mucho. Es de esperar que por entonces las primeras espadas tengan el swing afinado y nos hagan disfrutar a todos con sus golpes. En año Ryder, se hace difícil no pensar en ella. El recuerdo de Medinah aún perdura en la mente de todos. Unos, para disfrutarla; otros, para vengarse.
* Daniel Arias.
– Foto: Chen Shaojin (Xinhua)
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