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Santoral / Historias

Wynton Rufer: la superestrella kiwi

por el 15 enero, 2014 • 18:17

El Jonah Lomu del fútbol en Nueva Zelanda, el hombre que dio un impulso al deporte rey en su país con la clasificación para el Mundial de España en 1982. Ganó en tres ocasiones (1988, 1989 y 1992) el premio de jugador del año en Oceanía y la FIFA lo designó como el mejor futbolista del siglo XX en dicho continente. Nacido el 29 de diciembre de 1962 en Wellington (Nueva Zelanda), fue un delantero muy completo. Rápido y técnico, destacaba por su instinto goleador, su buen remate de cabeza y su magnífico disparo con ambas piernas. Además era un consumado especialista desde el punto de penalti.

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Comenzó su trayectoria con 18 años tras finalizar los estudios en el Colegio Rongotai de su localidad natal. Su primer equipo fue el Stop Out SC, en el que militó en 1980, y unos meses después firmó por el Wellington Diamond, donde permaneció una temporada. En esta etapa, Wynton y su hermano Shane probaron con el Norwich City en varios amistosos y a Wynton le ofrecieron un contrato profesional que finalmente no se pudo concretar al negarle el Ministerio del Interior el permiso de trabajo. Regresó entonces a su país para jugar varios partidos con el Miramar Rangers, hasta que fichó por el Zúrich suizo en 1982. En el conjunto blanquiazul estuvo cuatro temporadas, en las que el papel en la liga fue muy discreto, ocupando posiciones en mitad de la tabla, pero a nivel individual cuajó excelentes actuaciones con 43 goles en 100 partidos. Continuó su vida deportiva en Suiza en las filas del FC Aarau hasta 1988 y en verano fichó por el Grasshoppers, con el que consiguió su único título en tierras helvéticas, la Copa de Suiza de 1989. Se deshicieron del Red Star ZH en tercera ronda por 0-6, del St.Gallen en dieciseisavos de final por 2-1, del FC Lucerna en octavos por 2-3, del Lausana-Sports en cuartos por 1-2 y del Sion por penaltis en semifinales para plantarse en la gran final ante el FC Aarau. Celebrada en el mítico estadio Wankdorf de Berna, doblegaron al exequipo de Rufer por 2-1 y levantaron el trofeo.

En el estío de 1989, el entrenador alemán Otto Rehhagel ya le había echado el ojo y el Werder Bremen no dudó en contratarle. En los primeros partidos asombró a propios y extraños con seis tantos en trece jornadas ligueras en una campaña en la que su equipo terminó en séptima posición. Los éxitos llegaron en la siguiente temporada, cuando se incorporó un mito del fútbol alemán: Klaus Allofs. En la liga obtuvieron un tercer puesto, mientras que en la DFB-Pokal se alzaron con el título. Después de dejar en el camino a duros rivales como Schalke 04 o Eintracht Frankfurt, llegaron a la final contra el Colonia. El partido, disputado en Berlín, terminó empate a uno y se hubo de resolver mediante la tanda de penaltis. En ella, Rufer anotó su disparo y el Werder venció por 4-3. El curso 1991-1992 no fue muy bien en el campeonato doméstico, con un noveno puesto, pero se hizo historia en Europa con la consecución de la Recopa. Eliminaron de forma consecutiva al FC Bacau rumano (0-11), al Ferencvaros húngaro (4-2), al Galatasaray turco (2-1), al Brujas belga (1-2) y se citaron con el Mónaco en la final. De la mano de un gran Rufer, que anotó un gol, el Werder Bremen venció por 2-0 al equipo monegasco, que no tuvo opciones de triunfo. Aquella noche acompañaron a Rufer en el once Rollmann, Bockenfeld, Wolter (35′ Schaaf), Bratseth, Bode, Borowka, Eilts, Votaba, Neurbath (75′ Kohn) y Allofs. Este entorchado les hizo participar en la Supercopa Europea del año siguiente, donde no pudieron con el F. C. Barcelona, que les ganó por un global de 3-2. Sin embargo, y pese a que la temporada no comenzó bien, el final fue espectacular, con la conquista de la liga cuatro años después de la última conseguida. Lucharon hasta el final contra el poderoso de Bayern de Múnich, al que aventajaron en un solo punto gracias a la victoria en la jornada 34ª ante el Stuttgart por 3-0. Rufer fue vital en el torneo con 17 goles, aupándose al tercer puesto de la tabla de máximos realizadores solo por detrás de Ulf Kirsten (Bayer Leverkusen) y Anthony Yeboah (Eintracht Frankfurt).

En 1993 ganaron la Supercopa alemana en los penaltis al Bayer Leverkusen con un gol de Rufer en la prórroga y participaron por primera vez en la Liga de Campeones. Pasaron las rondas previas ante Dinamo Minsk y Levski Sofía y en la liguilla de cuartos compartieron grupo con Milan, Oporto y Anderlecht. Finalizaron terceros tras italianos y portugueses y no pudieron pasar a semifinales en una edición en la que Rufer compartió con el neerlandés Koeman el trofeo de mejor realizador con ocho goles. No fue la única alegría del curso, que acabó de manera fantástica con otra Copa para el palmarés de la entidad. En la final, Rufer no faltó a su cita con el gol y marcó uno de los tres que dieron la victoria ante el Rot-Weiss Essen por 3-1. La última temporada de Rufer en el Werder fue la de 1994-1995 y finalizó con un sabor amargo. A principios de campaña conquistaron la Supercopa al doblegar en la prórroga por 1-3 al Bayern (diana de Rufer en el minuto 106), pero en la liga se quedaron con la miel en los labios al ser superados por el Borussia Dortmund por un solo punto de distancia. Abandonó la institución alemana dejando unos registros de 59 goles en 174 encuentros y con el cariño y el respeto de una afición que aún hoy en día le adora.

Emprendió una aventura en el fútbol japonés en el JEF United, donde fue el máximo goleador de su equipo en su segunda campaña hasta que en 1997 recibió una llamada de su antiguo entrenador Otto Rehhagel. En ese instante dirigía al Kaiserlautern en Segunda División y quería contar con él para la fase final del campeonato. Rufer aceptó y con cuatro tantos en catorce partidos ayudó a que los diablos rojos finalizasen en primer lugar y obtuviesen el ascenso de categoría. No se quedó para el curso venidero en la Bundesliga y volvió a su país para jugar en el Central United de Auckland, que esa campaña se hizo con la Chatham Cup de 1997 (copa neozelandesa) derrotando en la final por 4-2 al Napier City con una diana de Rufer incluida. En julio anunció su marcha a Estados Unidos para incorporarse al North Shore United, donde solo estuvo la temporada 1997-1998, y tras tres años en el FC Kingz de su país colgó las botas con casi 40 años en el 2002.

Selección de Nueva Zelanda (1982)

Selección de Nueva Zelanda (1982)

Con la selección neozelandesa fue internacional desde 1980 a 1997 en 38 ocasiones, marcando un total de 17 goles. Podría haber vestido más veces la camiseta del combinado nacional, pero mientras jugaba en Europa sus apariciones con Nueva Zelanda fueron muy esporádicas. Debutó en un partido de la Copa Merdeka frente a Kuwait el 16 de octubre de 1980 en el que vencieron por 5-1. Su primer tanto lo anotó precisamente ante los kuwaitíes un año más tarde, en partido valedero para la clasificación del Mundial de España 1982. En la liguilla final el equipo árabe lideró el grupo mientras que Nueva Zelanda y China empataron a 7 puntos, teniéndose que decidir la clasificación en un duelo entre ambas selecciones. Disputado en Singapur cuatro días antes de que terminase el año 1981, Nueva Zelanda se impuso por 2-1 gracias a un histórico gol de Rufer y se clasificó por primera vez para un campeonato del mundo. En tierras españolas quedaron encuadrados en un duro grupo con Brasil, la URSS y Escocia. Rufer jugó todos los encuentros, pero no pudo evitar que el equipo nacional se fuese de vacío con cero puntos tras caer con Escocia por 5-2, con la URSS por 3-0 y con Brasil por 4-0. Posteriormente participó en dos encuentros frente a Australia y uno contra Israel en la clasificación para México 1986 y en un enfrentamiento ante los israelíes y otro ante Taiwan de la calificación para Italia 1990 en el que la Nivheret Hatchelet logró el pase para la repesca contra Colombia.

Pasaron más de siete años hasta que regresó con los All Whites en 1996 para un jugar en un amistoso contra Omán en el que ganaron por la mínima. Sus últimos encuentros con la zamarra blanca tuvieron lugar en la clasificación para el Mundial de Francia 1998. Nueva Zelanda doblegó a Fiyi y Papúa Nueva Guinea en el Grupo 2 y se enfrentó con Australia en la ronda final de la OFC (Confederación de Fútbol de Oceanía). En el partido de ida, que se saldó con un 0-3 a favor de los australianos y que minó las esperanzas de Nueva Zelanda de asistir al torneo, se despidió Rufer de la selección.

Con la Selección FIFA jugó dos partidos, uno en 1995 y otro en 1999. En el primero, a beneficio de los damnificados por el terremoto de Kobe (Japón), se enfrentaron a una selección panamericana que les venció por 5-1. En el segundo, en la inauguración del Estadio Olímpico de Sídney (Australia) tuvieron como rival a la selección australiana, que logró el triunfo por 3-2, con una diana de Rufer en las postrimerías del encuentro.

Inició su periplo en los banquillos en 1998, cuando aún no se había retirado de forma oficial de los terrenos de juego. Lo hizo junto con su hermano Shane tomando las riendas del North Shore en la temporada 1998-1999. A continuación dirigió a la selección femenina sub-16 de Nueva Zelanda y luego compatibilizó el cargo de entrenador-jugador en el FC Kingz de su país durante dos campañas hasta 2001. En la actualidad trabaja en la escuela WYNRS, que fundó el mismo, cuya labor se centra en la formación de jóvenes futbolistas.

Es miembro de la Comisión del fútbol de la FIFA junto con otros grandes futbolistas como Pelé, Beckenbauer o Platini y también realiza labores de embajador contra el racismo en la organización futbolística mundial.

En 2005 fue el primer futbolista incluido en el Salón de la Fama del deporte de Nueva Zelanda y en el 2008 recibió la Orden del Mérito de su país en el octogésimo segundo cumpleaños de la Reina Isabel II.

* Alberto Cosín.




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