El 5 de enero, víspera de la llegada de los Reyes Magos, Osasuna abrirá 2014 en su feudo enfrentándose al Espanyol de Javier Aguirre, viejo conocido de la parroquia rojilla. Una victoria ese día será uno de los deseos que pedirá Javi Gracia. El resto son variados, pero centrados en un único objetivo: que a finales de mayo Osasuna siga siendo equipo de Liga BBVA.
Enero va a ser un mes complicado. Además de a los pericos, Osasuna se enfrentará a Betis, Granada y Athletic, sumando a eso el doble enfrentamiento copero con el Real Madrid. Una cuesta de enero que puede endurecer mucho la segunda vuelta liguera. Con el empate en Balaídos, los rojillos cerraron 2013 en puestos descenso y con una clara mejoría en su juego, pero todavía insuficiente para afrontar con garantías la segunda mitad de temporada. De buenas sensaciones no se puede vivir.
Mientras el técnico navarro sigue apuntalando el equipo, dotándole de esa fortaleza defensiva de la que debe presumir un conjunto de sus características, añade más cosas a su lista de deseos: la primera, que en 2014 las lesiones respeten a sus jugadores. La enfermería rojilla ha estado llena todas las jornadas de liga y así seguirá hasta el final, puesto que Sisi no volverá hasta la próxima campaña. Bertrán, Roberto Torres, Armenteros, De las Cuevas o Cejudo ya han pasado por ella y la plantilla no es tan larga como para ser competitiva con tantas bajas. Tras el parón navideño, Gracia recupera a Nino, lo que va unido al segundo de sus deseos: un nuevo delantero.
Osasuna depende de Oriol Riera. Los navarros son el equipo menos goleador de la categoría y la mitad de sus catorce goles llevan la firma del delantero catalán. Manu Onwu solo tiene minutos en los tramos finales de partido, pero más allá de su velocidad, cuenta con escasos recursos y no es una alternativa real para el puesto. Y Ariel Núñez, que venía avalado por su condición de internacional con Paraguay, no ha cuajado en el equipo, por lo que su cesión finalizará seis meses antes de lo previsto.
Osasuna vive con el cinturón apretado y no se caracteriza por su acierto en el mercado de fichajes invernal, pero Gracia ha pedido un refuerzo en ataque y habrá que ver si la directiva, cuales Melchor, Gaspar y Baltasar, atiende a sus ruegos o confía todo a Riera y Nino.
El último deseo de Gracia es compartido por todos los osasunistas: que El Sadar vuelva a ser un fortín. Después de un desastroso inicio como local, los empates ante Barça y Real Madrid han resucitado la leyenda de que el campo navarro es uno de los más duros de primera. Ahora toca convertir ese mito en realidad. Los altos precios de las entradas complican la misión, pero si algo caracteriza a Osasuna es su fiel y entregada afición. Una hinchada que, allá por abril y mayo, cuando más toque dar la cara, será una vez más el jugador rojillo número doce.
* Iker Huarte.
– Foto: Noticias de Navarra
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