"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
Lo podrán hacer mejor o peor, y seguirán cometiendo errores infantiles como el de Puñal en Mestalla, pero los jugadores de Osasuna ya saben a lo que juegan. No es un estilo vistoso y las jugadas no salen de memoria, pero hay mucho trabajo detrás y cada partido se prepara a conciencia. Osasuna lleva ya catorce temporadas consecutivas en Primera División, una cifra que pocos equipos superan actualmente, pero su estatus es el de un recién ascendido. No solo por su necesidad de ir partido a partido con el lejano objetivo final de alcanzar la permanencia, sino por el escaso respeto que le tienen los árbitros. Cinco expulsiones en quince jornadas es una cifra demasiado elevada y muy discutible. Pero en Pamplona, donde ya han visto todo tipo de escándalos, esto no sorprende. Peor es, sin duda, que ese respeto también haya sido perdido por los rivales. No importa que el todopoderoso Barça no pasara del empate en El Sadar cuando Granada, Villarreal, Levante y Almería han salido victoriosos de tu feudo. El otrora fortín navarro es una casa rural esta temporada. Gracias por su visita, aquí tiene sus tres puntos. A falta de cuatro partidos (Real Madrid y Espanyol, en casa; Celta y Betis, fuera) para el final de la primera vuelta, y con la mejoría en el juego desde la llegada de Javi Gracia, Osasuna debe confiar en ponerse el mono de trabajo, hacer los deberes en casa y rascar lo que se pueda fuera para cumplir quince años consecutivos en primera.
Viendo la plantilla rojilla, no queda otra que confiar en su capacidad de trabajo y entrega. Tal es la falta de efectivos que Damià, lateral diestro, se afianza por tercera campaña en la banda izquierda; o que Puñal, a sus 38 años, sigue quitándole el puesto a hombres como Raoul Loe, Lolo o Silva; o que el único delantero válido sea Oriol Riera, ante cuya ausencia se prefiere jugar sin atacante que dar minutos a Manu Onwu o Ariel Núñez. La clave en este equipo siempre será el trabajo abnegado, bien representado por Oier, un jugador polivalente que cumple en todas las posiciones en las que juega, pero que no goza del premio de la titularidad. Ante tanto derroche de sudor, aún quedan gotitas de ilusión. Roberto Torres, marginado por Mendilibar, ha emergido con Javi Gracia, dejando goles y detalles en respuesta a esa confianza. O, más recientemente, José García, conocido por sus vídeos en El Día Después, ha debutado con el club de sus amores. Osasuna ya se salvó una vez de bajar a 2ªB gracias a los chavales de su cantera. Quién sabe si esta vez el revulsivo está en una perla de 16 años.
* Iker Huarte.
– Foto: Mikel Saiz (Noticias de Navarra)
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