Fútbol / Crónicas 2013-2014 / Inglaterra
El Everton de Bob Martínez asaltó Old Trafford. Los azules de Liverpool vencieron 0-1 a los red devils dirigidos por David Moyes, exentrenador toffee, en un encuentro frenético, digno de la Premier League. El típico partido que representa al fútbol de las islas británicas y que ha seducido al mundo entero. Solo hubo un gol, pero las oportunidades abundaron. El Manchester United se queda a doce puntos de la primera posición del campeonato y, a falta de tantas jornadas, teniendo en cuenta la forma de otros equipos, el título parece un imposible.
El partido arrancó con presión de ambos equipos sobre la salida de balón del contrario. Una declaración de intenciones. David Moyes alineó a Smalling y a Vidic como pareja de centrales. Evra y Rafael se quedaron con los flancos de la defensa. El centro del campo fue para Giggs y Fellaini. En las alas, Welbeck y Valencia; Kagawa de mediapunta y Rooney de ariete. Los visitantes pararon a Jagielka y Distin en el eje de la zaga. Los laterales fueron Oviedo y Coleman. En la mitad de la cancha, Barry con McCarthy. En la zona de tres cuartos, Mirallas, Barkley y Pienaar, y arriba, Lukaku.
Rooney y Kagawa intentaban ensuciar la salida de balón del Everton, y parcialmente lo lograban. Al otro lado, Lukaku trataba de hacer lo mismo, mientras que detrás Barkley, Pienaar y Mirallas tapaban las líneas de pase. Los dos conjuntos optaron entonces por ganar las segundas jugadas. Los visitantes enviaban balones por alto a Lukaku y los locales enviabas a pases a Valencia o Rooney. Desde el principio, el encuentro tuvo mucho ritmo. El Everton lograba asentar sus posesiones en campo contrario más que los locales, pero estos últimos transmitían más peligro. Los toffees se descubrían mucho más al momento de atacar que el United, que siempre dejó varios hombres por detrás de la pelota.
Los avances del exequipo de Moyes, Fellaini y Rooney eran producto de asociaciones rápidas en el centro del campo o de un balón que bajara su ariete. McCarthy, Barkley y Barry estuvieron muy con bien el cuero. Tampoco se privaba el Everton de conducir, pues Mirallas, Barkley, Pienaar y Lukaku ofrecen ese recurso. El United sí optó por el transporte veloz e individual de sus jugadores para enfilarse hacia la portería contraria y por dar balón a Valencia para que él la enviara al área. El ecuatoriano da mucho aire al United con su despliegue, desborde y centro posterior. En esa tónica sucedieron paradones de cada uno de los porteros, un tiro al posye de Rooney y aproximaciones cortadas por las defensas antes de convertirse en una oportunidad clarísima de gol. En el primer tiempo, Fellaini estuvo bastante bien al momento de defender: cortó muchos ataques a partir de quites, intercepciones y cierres.
Si en los primeros cuarenta y cinco minutos el centro del campo fue una zona de poca actividad, en el segundo tiempo eso cambió. Antes del primer minuto de juego Evra disparó un trallazo de media distancia que exigió a Howard.
El círculo central solo sintió pasos largos y veloces. Robar y correr. Espacio había; los dos dejaban terreno descubierto perfecto para el contragolpe rival. Lukaku va camino de ser una fuerza de la naturaleza imparable, si es que ya no lo es. El belga es pura potencia en el primer paso. Una vez lo ha dado, pararle es complicado. Lo padeció la defensa mancuniana todo el partido.
Se movió el banquillo de casa. Doble cambio: Nani por Kagawa y Januzaj por Rafael. El de Cabo Verde a la izquierda, el jovencísimo belga, a la derecha. Valencia pasó a ser lateral. Así el United sometió durante un buen tiempo al Everton. Nani, todavía bajo de forma, crea peligro si le dan una pequeña oportunidad. Januzaj asentó varias veces en campo contrario a su equipo. Fueron los primeros minutos de joven jugador clavado en la derecha en lo que llevamos de Premier League. En ese período de asedio, Howard tapó un cabezazo de Evra, y enseguida Welbeck, con la puerta vacía, la mandó al larguero. No había goles, pero sí mucha acción. El ritmo era frenético, muy entretenido.
Bob Martínez dio entrada a Deulofeu en el minuto 69. Poco más de veinte minutos para la perla barcelonista. No llevaba nada de tiempo en el campo cuando Lukaku le dio un excelente pase desde el centro hacia la derecha. Deulofeu corrió raudo, disparó y detuvo De Gea. Se sacudió un poco el equipo visitante. Aun así siguió sufriendo.
Corría el minuto ochentaicinco cuando Mirallas cobró un libre directo desde la izquierda del campo. El balón dio en el poste. El Everton consiguió quedarse en el balcón del área gracias a un eslalon de Deulofeu y a que ganaron el rebote de esa acción. Lukaku se giró para enviar un pase lateral de cine al espacio vacío. Remató Oviedo. 0-1. Luego de eso, los locales perdieron todo el ímpetu.
Fellaini fue superado por el Everton y por el partido prácticamente toda la segunda parte. No logra cumplir toda la exigencia del centro del campo del Manchester. El equipo todavía carece de ideas en la mitad de la cancha y Moyes ha de seguir buscando un cerebro de esa zona del terreno para su equipo.
Aún queda mucha liga, pero nada invita a la esperanza en los alrededores de Old Trafford. A una docena de puntos del Arsenal, a media docena de sus vecinos y a cinco de los puestos de Champions League. Para nada alentador. A diferencia del presente del equipo toffee, que alegra a sus aficionados. Y aún más luego de conseguir otra victoria histórica en casa del equipo más laureado de Inglaterra.
* Sebastián Duque es periodista.
– Foto: Ian Hodgson (Daily Mail)
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