"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
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Desde Carlos Alberto a Dani Alves, pasando por Cafú, la selección brasileña siempre ha destacado por ser la cuna de los mejores laterales derechos del mundo. Todos ellos reunían una serie de patrones comunes: largo recorrido, velocidad, desborde y potencia. Algo que no le falta a nuestro protagonista, el lateral derecho del FC Porto: Danilo.
Al hablar del brasileño hay que destacar que, con 19 años, el equipo del norte de Portugal pagó 13 millones de euros al Santos, convirtiéndolo en el segundo mayor traspaso de la historia del club portugués tras el fichaje del Hulk. El director deportivo, Antero Henrique, no lo dudó cuando vio su gran actuación en la final de la Copa Libertadores del 2011, donde Danilo anotó el segundo gol que daba el triunfo al Santos de Neymar. Su gran papel en el Mundial sub-20 de Colombia, ese mismo verano, reafirmó el acierto en el fichaje. Brasil levantó el título con un equipo en el que también destacaron Oscar, Henrique, Casemiro o Juan Jesús.
Tras disputar el Mundial de Clubes con su equipo y caer derrotado ante el Barcelona, Danilo llegó a Portugal con mucha expectación. Los inicios fueron difíciles, ya que a los pocos partidos de debutar sufrió una lesión en la rodilla que lo tuvo dos meses en el dique seco. Pero el brasileño se recuperó y pudo terminar la temporada a buen nivel consiguiendo el título liguero. Pero no fue hasta la temporada pasada cuando el público del Estadio do Dragão disfrutó con las cabalgadas del brasileño sobre la línea de cal. Su gran evolución hizo que Mano Menezes lo llamase para jugar con Brasil y tuviese el privilegio de participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
A sus 22 años, Danilo es uno de los mejores jugadores del Porto y un indiscutible en las alineaciones de Paulo Fonseca.
Es un jugador que destaca por su potencia física en carrera durante todo el partido. Muy rápido en la activación en espacios cortos y muy veloz en los largos. Su nivel de resistencia es óptimo para una liga como la portuguesa, aunque también lo ha demostrado en la Liga de Campeones llegando entero a los finales de partido. Aunque hemos dicho que destaca por su potencia, aún le falta ganar un poco de fuerza para poder defender mejor en la marca a balón parado. Su falta de peso es un hándicap en ese tipo de jugadas, aunque es una ventaja cuando tiene metros por delante. Danilo es muy hábil y ágil y utiliza con maestría sus brazos para poder zafarse de los rivales que intentan pararlo en carrera. Tiene un muy logrado cambio de dirección en velocidad gracias a su flexibilidad, una potente zancada y una excelente coordinación corporal.
Su pierna natural es la derecha, aunque no rehuye de la izquierda. Por ello tiene salida por ambos lados cuando desborda y no es extraño verle disparar a puerta con la pierna mala cuando se incorpora desde la banda hacia el área.
Danilo es un competidor nato. Su mentalidad es madura, ya que con 19 años decidió dar el salto a Europa y en su primera temporada en el Porto sufrió una grave lesión del ligamento lateral interno de la rodilla. Su retorno al terreno de juego fue a buen nivel; eso demuestra la compostura de un chico de 20 años.
Es un jugador regular en cuanto a nivel de concentración y de activación. Por ello es muy raro verle cometer errores aunque esté el partido encarrilado. Quizás en su primera temporada europea su actitud defensiva fue mejorable, pero ahora mismo su comportamiento es ejemplar para sus compañeros y ha alcanzado el nivel de intensidad y agresividad que quiere Scolari en la selección brasileña.
Su toma de decisiones siempre ha sido bastante acertada y así lo está demostrando esta temporada, asistiendo a Lucho González en la ajustada victoria ante el Austria Viena por 0-1 o incorporándose al ataque siempre que su equipo lo necesita. Suele elegir bien entre el disparo o la asistencia cuando termina sus frecuentes cabalgadas en área rival, y en defensa no suele estar expuesto a ello.
Con 22 años, aún tiene margen de aprendizaje en cuanto a capacidad de liderazgo en la zaga. Quizás si empieza a entrar en las convocatorias de Brasil como un fijo pueda mejorar mucho en el aspecto psicológico.
Aquí es donde Danilo destaca en relación al resto de laterales. El brasileño acapara un gran abanico de recursos técnicos. Su conducción de balón es exquisita: el balón pegado al pie a gran velocidad, la cabeza levantada y la habilidad necesaria para poder cambiar de ritmo hacia ambas direcciones. Su manejo de las dos piernas y su buena protección del esférico hacen que sea complicado quitarle el cuero.
Además, tiene recursos técnicos para regatear a los rivales, normalmente aprovechando su potencia física. A balón parado tiene un excelente golpeo de la pelota con el empeine interior de su pie derecho. Por ello no es raro verle probar fortuna en los lanzamientos de falta.
Toda la superioridad que crea físicamente en sus llegadas al área no serían tan eficaces sin su buen pase de balón, ya sea en balones rasos o elevados. Pero sus capacidades ofensivas no quedan ahí: Danilo es un gran definidor para ser un lateral y ha marcado varios goles en sus incorporaciones.
Defensivamente debe mejorar algunos aspectos relacionados a su margen de mejora en fuerza y liderazgo. Ello le ayudaría conseguir mayor efectividad en sus entradas y en los balones aéreos. En las intercepciones de pase no suele fallar, ya que aprovecha su potencia física y su aceleración.
La posición natural de Danilo es la de lateral derecho. Su vocación es tan ofensiva que tiene habilidades propias de un carrilero de largo recorrido. Pese a que sus inicios en el Santos jugó alguna vez como interior, el brasileño se ha establecido en el carril del ‘2’.
El despliegue ofensivo del brasileño es abrumador. Su zona de acción es todo el carril derecho, normalmente ocupando zonas de campo rival. Sus subidas por la banda son continuas, con dos opciones: doblar al extremo para llegar a línea de fondo en busca de la asistencia o asociarse en paredes que le permitan romper hacia el área para buscar el disparo. Cuando el ataque es por la banda contraria, suele desmarcarse buscando el espacio que pueda crear la superioridad en la transición con un cambio de juego.
Su ritmo de juego es alto. No suele pasar por pasar y le imprime velocidad al esférico, ya sea con él en los pies o rompiendo en desmarque. Cuando el resultado es favorable, su capacidad para temporizar el juego aumenta y reduce su frenético ritmo de partido.
No suele perder la posición en el campo, dotando al ataque del Porto de equilibrio, aunque en algunas ocasiones, cuando busca la diagonal hacia dentro y la jugada continúa, se queda dentro del área para buscar un posible remate.
En el ámbito defensivo, Danilo destaca por su buena capacidad para cubrir una zona que suele dejar huérfana en ataque. Pese a que el lateral es una constante en la fase ofensiva del Porto, pocas veces los equipos rivales consiguen ganarle la espalda gracias a su gran capacidad física e inteligencia táctica. Al menos eso sucede en la liga portuguesa. Contra equipos mejores sí que puede llegar a sufrir en el repliegue, como ha sucedido en algunos partidos de Champions League.
En la realización de coberturas es bastante eficaz gracias a la potencia física que le permite cubrir la espalda de los centrales. Destaca más en la anticipación que en la marca, aunque es bastante correoso y utiliza muy bien su envergadura para molestar al rival. Sin embargo, su capacidad de permuta es muy mejorable, ya que se siente muy incómodo en el centro de la zaga.
En cuanto a la presión sobre el rival, Danilo se muestra inteligente: no suele dejar que el extremo rival se gire y suele aprovechar los dos contra uno sobre el contrario para recuperar la posesión. Quizás pueda mejorar en la vigilancia de su zona cuando no cubre el balón, sobre todo cuando ocupa zonas de área. Suele vigilar el balón por encima del jugador y muchas veces sufre en los centros laterales si el rematador se incrusta entre él y el central.
El futuro de Danilo es ilusionante y quién sabe si quizás pueda marcar una época en esa posición en la selección de Brasil. De momento, con la llegada de Scolari a los mandos de la verde amarela su progresión se ha visto frenada. El seleccionador tiene a Dani Alves como titular y está contando con un rejuvenecido Maicon en sus últimas convocatorias. Sin embargo, aún queda temporada por delante para que el lateral del Porto pueda ganarse un sitio en Brasil 2014. Su nivel de juego está llamando la atención de los grandes de Europa y puede que estemos ante un nuevo futuro caso de millonario traspaso por parte del campeón portugués. El tiempo lo dirá. Mientras tanto, Danilo seguirá subiendo su banda.
* Marc Pons es periodista.
– Foto: AFP
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