La locura visita el Bernabéu

por MIGUEL CANALES el 31 octubre, 2013 • 1:02

1.- Madrid y Sevilla nos regalaron un día de esos locos que aparecen muy de vez en cuando en las grandes ligas europeas. El Bernabéu presenció un 7-3 final que bien pudo haber ofrecido un mayor guarismo de goles si el equipo sevillista hubiera sido capaz de aprovechar alguna de las claras ocasiones de las que dispuso. Los visitantes fallaron dos mano a mano contra Diego López –que otra vez firmó una gran actuación– y un penalti que hubieran ajustado el marcador.

2.- El partido nos dejó dos fases claras. En la primera, hasta el 3-0 en el minuto 30 aproximadamente, el Real Madrid se impuso de forma rotunda siendo claramente superior y mostrándose dominador absoluto del partido. En la segunda, el encuentro derivó en un correcalles en el que el festín goleador y el carrusel de ocasiones en ambas áreas fue continuo. Las defensas quedaron en evidencia ante la pasividad de los dos entrenadores por ponerle freno al toma y daca. Ninguno de ellos quiso cerrar el encuentro.

3.- El Sevilla se presentaba en el Bernabéu con problemas muy claros y tras trece meses sin ser capaz de ganar fuera de su estadio. Emery buscó inicialmente solidificar su defensa con una línea defensiva de cinco jugadores, tratando de paliar los déficits sin balón de su equipo. Pero los problemas defensivos no se concentran generalmente con exclusividad en la retaguardia, y el conjunto andaluz es el vivo ejemplo de ello. La primera media hora del encuentro destapa todos los aspectos que debe mejorar el equipo de Nervión para competir. Los problemas en el inicio del juego, la pasividad defensiva, la pésima transición defensiva cuando pierde el balón, la escasa capacidad de robo y equilibrio defensivo de su doble pivote o el poco apoyo de los hombres de banda en las ayudas a los laterales en el conjunto sevillista quedan muy a la vista. Y así se llevó en contra un 3-0 inapelable, casi sin haber mostrado capacidad de respuesta a la propuesta rival.

4.- El Madrid realizó un arranque de partido con la intensidad en la presión como argumento más destacado. A partir de un nivel de activación óptimo metió al Sevilla en su campo y prácticamente no le permitió salir con peligro, salvo en una ocasión clara en la que la espalda de Arbeloa fue flanco fácil para atacar. Jugó en campo rival, dominó con claridad, robó arriba, tuvo cierta fluidez en el juego y cazó al Sevilla en su primera aproximación a la meta de Diego López en un contragolpe donde Bale se estrenó como goleador en casa.

5.- Incluso fue capaz el equipo blanco de realizar algunas combinaciones interiores de mérito con un gran Benzema ofreciéndose como apoyo, acompañado por Isco y unos Cristiano Ronaldo y Bale de mayor presencia interior en las combinaciones y conducciones que otros días. Se aprovechaba el Real Madrid de los problemas sevillistas en su doble pivote y en un lanzamiento de falta, tras una triangulación en zona central de su ataque, Gareth Bale firmó el 2-0.

6.- Pero donde realmente destrozó el Real Madrid al Sevilla fue por la banda derecha de su ataque. Allí, Alberto Moreno sucumbió ante la ausencia de ayudas de Vitolo y Rakitic. Fernando Navarro firmó un partido lleno de despropósitos sin ayudar a su lateral y cometiendo errores en su parcela defensiva. Tras un penalti del catalán sobre Isco, los locales se pusieron 3-0 y el partido fue otra historia.

7.- Superada la media hora, y tras el tercer gol blanco, los de Ancelotti se relajaron en la presión pero no retrasaron sus líneas. El Sevilla comenzó a encontrar la salida del juego desde su campo ante la pasividad defensiva de los hombres más adelantados del Real Madrid y en un visto y no visto firmaron dos goles en tres minutos que tiraron por tierra el gran inicio de juego local.

8.- A raíz de ahí, el encuentro se convirtió en un correcalles continuo donde las dos defensas se mostraron completamente permeables a los ataques rivales. El Real Madrid aceptó el envite que le propuso un Sevilla que, gracias a esos dos goles consecutivos, todavía estaba en el encuentro. Y si hay alguien que vive como nadie en esas situaciones de ida y vuelta con espacios es Cristiano Ronaldo. La figura del portugués eclipsó totalmente a Gareth Bale, el hombre del partido hasta que el siete madridista irrumpió para dinamitar al cuadro andaluz. Benzema se unió a la fiesta blanca sumando dos goles a un gran partido. El tridente ofensivo del Real Madrid sentó las bases del futuro ante un Sevilla que le ofreció todas las facilidades defensivas posibles.

9.- Tanto Sevilla como Real Madrid nos dejaron un encuentro en el que lucieron con maestría sus problemas defensivos. Los visitantes ya fueron enunciados. Los locales vuelven a ser los habituales: ausencia de repliegue de sus jugadores más ofensivos, gran distancia entre líneas, un Illarramendi demasiado preocupado en la recuperación alta y no en mantener la posición para arreglar los desequilibrios, una distancia entre líneas importantes y problemas de basculación de los centrales para ayudar a unos laterales cuya espalda es vulnerable. Debido a esto, el conjunto blanco puso el partido en el alambre, permitiendo demasiada incertidumbre para lo que había estado pasando. Una gran parada de Diego López a Jairo evitó el 3-3 para que acto seguido Karim Benzema firmara el 4-2 que terminó por volcar el encuentro del lado local.

y 10.- El partido se cerró con la vuelta a los terrenos de juego de Xabi Alonso. La noticia no puede ser más positiva para el Real Madrid. Con él gana en muchos aspectos: será capital para tener una salida de balón más fluida por el centro, una mayor pausa en la elaboración, mayor control de partido y un mejor equilibrio defensivo. Todos esos aspectos que Ancelotti debe mejorar para aumentar la competitividad de un equipo que, pese al conocido y más que demostrado en este partido arsenal ofensivo, debe encontrar un mayor equilibrio en el juego. El Real Madrid de Carletto sigue en construcción y mostrando problemas por resolver. Quizás Xabi Alonso sea la piedra sobre la que edificar esas soluciones. Lo veremos en las próximas semanas.