"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Y así, cientos de veces hemos recitado de carrerilla a estos cinco ‘monstruos’ como la delantera mítica del Barça de les cinc copes (1951-1952) gracias a, o por culpa de (según cómo se mire), Joan Manuel Serrat y su Temps era Temps.
Esta sucesión de nombres históricos popularizada por el cantautor catalán ha sepultado sin opción de ver la luz, a no ser que se haga una búsqueda exhaustiva del caso, a un gran delantero del equipo en cuestión: Jordi Vila Soler.
Vila, nacido en Santpedor, llegó al Fútbol Club Barcelona el mismo año que el mito Kubala (1950). Una vez situados en el espacio y el tiempo y tras un inicio titubeante en Barcelona, llegó la temporada 51-52, la de Les Cinc Copes, la temporada donde el estadio de Les Corts se quedó pequeño, la temporada de Jordi Vila. De 39 partidos que disputó el equipo, Vila jugó 25 (fue de los más utilizados por el entrenador Daucik), anotando un total de 19 goles (gran cifra anotadora en esa época). Basora, César, Kubala, Manchón y Vila. Esa fue la delantera letal a lo largo de una temporada para los anales de la historia.
Otra cantinela fue la temporada siguiente. Con la operación de menisco a la que se tuvo que someter (lesión muy grave en esa época), su titularidad en el equipo se esfumó y con ella, cómo no, los goles. Es en ese momento cuando surge la figura del recordado Moreno, gran artífice del doblete que el equipo conseguiría en esa misma temporada. Posteriormente, el delantero de Santpedor decidió abandonar la disciplina blaugrana para recalar en el Valencia.
Con los cinco delanteros descansando ya en el olimpo de los dioses, se antoja difícil contrastar sus opiniones, aunque si atendemos a lo que cuentan algunos especialistas en la materia como Xavier G. Luque o Ángel Iturriaga, sabemos que de una forma u otra Jordi Vila y sus familiares siempre quisieron reivindicar su sitio olvidado en ese equipo.
La versión más conocida de esta historia cuenta que se trata de una cuestión de pura métrica. Serrat necesitaba una silaba más de la que Vila le daba. O al menos eso era lo que el cantautor le dijo a Vila, tal y como cuenta Xavier G. Luque en La Vanguardia, una vez que se encontraron en Menorca, aunque él llegó a pensar, también contado por el mismo periodista, que fue por una cuestión de simpatía con Aragón (procedencia de Moreno y de la madre de Serrat).
Sea por una razón o por otra, y como por arte de magia, Jordi Vila y sus goles cayeron de forma injusta en el olvido.
“No le tengo miedo ni al hombre ni a la pelota. No es bravuconería que yo no sé lo que es orgullo ni altanería”
Jordi Vila.
* Álex Lebrón.
– Foto: jordivilasoler.wordpress.com
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