"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
Internacional / Fútbol / Alemania / Crónicas 2013-2014
1.- El director general del BVB, Hans-Joachim Watzke había calentado la previa del partido con unos punzantes comentarios dirigidos a su máximo rival: “Antes, el éxito de nuestra temporada dependía de ganar los derbis y acabar el año por encima del Schalke. Ahora tenemos objetivos más importantes”. Directo a la llaga. El club de Gelsenkirchen ha visto en los últimos años cómo su vecino se ha levantado de las cenizas para convertirse en uno de los equipos más potentes de Europa. La situación se repite cada temporada. Cada logro del Schalke es opacado por los múltiples triunfos del maravilloso equipo de Klopp. De poco sirvieron las dos victorias en los derbis de la temporada pasada, el Schalke volvió a quedar a la sombra de un Dortmund que maravilló al mundo al llegar a la final de la Champions. La perspectiva no parece mejorar para la afición de los Königsblauen. Ayer, el equipo de Klopp volvió a demostrar que está a años luz de su eterno enemigo.
2.- Como bien apuntó Spielverlagerung en su previa del derbi, la clave del partido iba a estar en la salida de balón del Schalke. La lesión de Marco Höger obligó a Keller a presentar un improvisado doble pivote conformado por Dennis Aogo y Christian Neustädter, y era bastante seguro que Klopp iba a centrar su planteamiento en explotar sus limitaciones. Así fue. Ni bien comenzó el partido, el Dortmund plantó sus lineas muy arriba y presionó con gran intensidad a la defensa del Schalke. Lewandowski y Mkhitaryan trabajaban sobre los centrales y obligaban a los pivotes a abrirse para poder recibir. Cuando el balón llegaba a la banda, los de Klopp ejecutaban su famoso achique lateral para aislar al receptor y recuperar la posesión lo más arriba posible. El BVB acumuló varios robos en el último cuarto y logró intimidar a su rival durante los primeros minutos.
3.- Era tanto el miedo hacia la presión del Dortmund, que Keller le ordenó a su equipo que evitara los problemas e intentara ganar metros por medio de balones largos hacia Szalai, su único delantero. Así, el entrenador alemán buscaba minimizar la incidencia de su débil mediocampo y llevar el balón directamente hacia sus jugadores más diferenciales. Por desgracia, el recurso nunca terminó de funcionar. El delantero húngaro perdió todos sus duelos aéreos contra Hummels y Subotic, y no pudo habilitar a la segunda linea de atacantes de su equipo. Además, el Schalke perdía continuamente los duelos individuales y sólo los acertados apoyos de Boateng lograban darle a los de Keller unos segundos de descanso entre cada ofensiva visitante.
4.- Impotente por no poder sacar el balón jugado desde atrás, el Schalke optó por intentar recuperarlo arriba. Szalai y Boateng intentaron presionar a Hummels y Subotic sin mucho éxito. Sahin retrocedió unos metros y se metió entre centrales para generar una superioridad numérica en la salida. El gran desplazamiento en largo del turco le permitió filtrar balones constantemente y superar la primera linea de presión rival sin problema alguno. Schmelzer y Großkreutz se pegaban a la banda mientras que los extremos se metían hacia adentro y aprovechaban el pobre trabajo de la pareja Aogo-Neustädter para recibir siempre en ventaja, acelerar y marcar diferencias. Cuando el Dortmund logra correr hacia el arco contrario, hay muy poco que hacer y el Schalke lo pagó caro. Así llegó el primer tanto de la tarde. Großkreutz encontró a Mhkitaryan en el carril central y el armenio abrió rápidamente hacia el desmarque de Reus. Centro atrás, gol de Aubameyang y silencio total en el Veltins Arena.
5.- Con el objetivo cumplido, el Dortmund decidió retrasar sus lineas y esperar a una contra para terminar de cerrar el partido. El Schalke, obligado a tener el balón siguió teniendo problemas para asentarse en el campo rival, pero poco a poco fue encontrando un punto débil en la defensa de su adversario. Aubameyang todavía no ha adquirido la perfección posicional de Blaszczykowsky y suele tener despistes a la hora de achicar sobre la banda. Si a esto le sumamos que Großkreutz juega a banda cambiada y tiene problemas a la hora de defender el desborde por afuera no es de extrañar que el Schalke se agarrara al triángulo Kolasinac-Aogo-Fuchs para intentar empatar el partido. Al minuto 30 el lateral lograba internarse en el área y era derribado por Subotic. La afición festejó el penalti, pero la flojísima ejecución de Boateng acabó inmediatamente con el momentum de su equipo. Tiempo después, el Dortmund aprovecharía una floja salida del Schalke para poner el 0-2 en el marcador con un golazo de Sahin. A Klopp le había salido todo a pedir de boca.
6.- Si la banda derecha del BVB tenía grietas, la izquierda seguía siendo tan sólida como siempre. Uchida no lograba recibir nunca en ventaja y cada intento de salida por ese costado terminaba en una peligrosa contra visitante. El principal perjudicado de esto fue Julian Draxler que jugando de extremo derecho vio cómo su participación en la ofensiva de su equipo quedaba reducida a un mínimo insignificante. El jugador más talentoso del Schalke estaba totalmente aislado.
7.- Keller tenía que reaccionar y sobre el minuto 61 retiró a Fuchs para darle entrada al jovensísimo Max Meyer. El impacto del crack de 17 años fue inmediato. El ‘7’ se recostó sobre el costado derecho, se juntó con Boateng y juntos comenzaron a romper el achique lateral del Dortmund sobre esa zona. En tan sólo su tercer contacto con el balón, Meyer se escapó de Reus y Sahin con una facilidad pasmosa, tocó atrás y se fue a recibir la pared en el pico del área. Ahí, regateó a Subotic, encontró a Szalai en el área chica y remató el rechace de Weidenfeller para encender al Veltins Arena. Un chico nacido en 1995 había roto el partido.
8.- Los siguientes 10 minutos fueron para el Schalke. La lesión de Schmelzer en el entretiempo había debilitado aún más la defensa del Borussia y los locales comenzaron a encadenar fases ofensivas como nunca antes en el partido. Klopp intercambió las posiciones de Aubameyang y Reus para evitar que Draxler, ahora extremo izquierdo, lograra recibir balones en ventaja. Pero el ajuste no hizo más que potenciar aún más al triángulo Uchida-Boateng-Meyer. El lateral japonés ganó varias veces la linea de fondo sembrando el pánico en la defensa visitante. A pesar de que el Schalke había sido superado claramente durante la mayor parte del encuentro, el empate estaba al alcance de una mano.
9.- Pero la ilusión local duró poco. Blaszczykowsky entró en lugar de Aubameyang y mejoró inmediatamente la calidad del repliegue del Borussia. El Schalke, volcado buscando el empate, cada vez dejaba más espacios atrás y en una contra Mkhitaryan y Kuba no perdonaron. 1-3 y partido cerrado.
y 10.- No parece que esta vaya a ser la temporada en que el Schalke logre salir de la sombra de su máximo rival. Pese a la dolorosa baja de Götze, el Dortmund ha sabido reinventarse para mantenerse en la élite por lo menos unos años más. A los de Keller sólo les queda tener paciencia y esperar a que sus jóvenes talentos se desarrollen y logren cambiar la tendencia. Uno de ellos parece señalado para comerse al mundo en la siguiente década. Lo que hizo Max Meyer ayer no es normal.
* Ignacio Archondo.
– Fotos: firo sportphoto
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