"Todo lo que no está creciendo está muriendo. Crecer significa aprender y transformarte cada vez en una mejor versión de ti mismo". Imanol Ibarrondo
A Jonatan Soriano (El Pont de Vilomara i Rocafort, 1985) solamente se le podría definir de una manera: goleador. Nadie que haya visto jugar al español podría rebatir semejante definición. A pesar de asegurar un buen número de goles por temporada, llegando a quedar pichichi de la Segunda División española con el Barcelona B, tuvo que emigrar para poder proseguir con su carrera. Su destino: Salzburgo. Un destino raro para su calidad, pero bueno para su cuenta bancaria.
Soriano llegó a Austria en el mercado invernal de la temporada 2011/2012 para disputar la temporada de primavera con el Red Bull Salzburgo, que marchaba viento en popa a por el título liguero. Debutó en febrero del 2012 con muchas expectativas puestas en su talento.
Tardó en asentarse en el equipo a pesar de ser el delantero titular en la mayoría de partidos y contar con la total confianza de Moniz. Las débiles defensas austríacas no eran rival para su intución, pero el dichoso balón no conseguía entrar. Finalmente, esa temporada el Red Bull Salzburgo se proclamó campeón de la Bundesliga de Austria. El catalán disputó once partidos, marcando tres goles y dando una asistencia. Parecía que Soriano no colmaba las expectativas de su fichaje, que había supuesto medio millón de euros a las arcas de la bebida energética, pero ese verano del 2012 todo cambió. El RB Salzburgo contrató a Roger Schmidt como entrenador y, con él, Jonatan explotó.
A pesar de caer en la previa de Champions League ante el débil campeón luxemburgués, la temporada pintaba bien para los de Salzburgo. Las tres primeras jornadas se saldaron con nueve puntos y con cinco goles de Soriano. Ahora sí funcionaba el español. Con un 4-2-3-1 –por la larga baja de Alan–, Jonatan se sentía libre, se movía por todo el campo, tiraba las faltas, los penaltis, había cogido los galones del equipo –que ya no ha soltado– y, lo principal, la pelota sí entraba. Estaba claro, sería su temporada.
El campeonato siguió avanzando y, por supuesto, Soriano siguió marcando. Iba como un coche de Formula 1, pero como le ocurre a Fernando Alonso, hay otros que también compiten. Y vaya si compiten. Hosiner se convirtió en su Némesis. Por cada gol del español el austríaco respondía con otro. Cada buena actuación era contestada con otra. Salvando las distancias, era el Messi-Cristiano Ronaldo de Austria. Todo eso sumado a que sus respectivos equipos eran los únicos que aspiraban al título en un mano a mano que al final se llevó el Austria Wien.
Al final de la temporada 12/13, Jonatan Soriano acabó la Bundesliga con la nada despreciable cifra de 26 goles, llegando a jugar incluso un partido –la segunda parte– viniendo directamente desde el hospital donde su mujer había dado a luz. Soriano no quería perder su duelo personal con Hosiner, pero su Némesis anotó seis goles más que él al final del campeonato. Sin embargo, no se podía hacer un solo reproche a la temporada del español.
En la presente temporada parece que nada ha cambiado en la ciudad que baña el Salzach –afluente del Danubio– y que vio el nacimiento del genio Wolfgang Amadeus Mozart. A pesar de caer apeados de la fase de grupos de la Champions League a manos del Fenerbahçe –Soriano marcó un gol en la eliminatoria–, el RB Salzburgo juega competición europea, estando encuadrado en el Grupo C de la Europa League.
Soriano ha anotado a fecha de hoy ocho goles y ha dado cinco asistencias en ocho partidos de liga, y sumando todas las competiciones oficiales alcanza la cifra de 18 goles en 14 partidos. Sin ir más lejos, en la primera jornada de Europa League le hizo tres a los suecos del Elfsborg, volviendo a saltar a la gran palestra europea.
Aunque este año Schmidt ha cambiado de sistema al 4-4-2 –lógico con Alan al 100 %–, Soriano sigue siendo el referente y el que lleva el peso de un equipo del que ya es capitán.
No me atrevería a aventurarme en un cifra de goles al final de campaña, ni siquiera me atrevo a decir dónde está su techo y hasta dónde puede llevar al Salzburgo en Europa, lo que sí está claro es que hará goles, muchos, y dará mucho que hablar. A los 28 años y con la Europa League como trampolín, quién sabe si aún podrá tener su oportunidad en una de las grandes ligas.
* Antonio Aragoneses.
– Foto: Krugfoto/EFE
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