Rusia: del bronce olímpico al batacazo del EuroBasket
Ha acabado la primera fase del Eurobasket que se está disputando en Eslovenia. Son muchas las sorpresas a destacar, aunque una de ellas brilla con luz propia, y no por algo meritorio. La ausencia de Rusia en la segunda ronda, tras cerrar su peor participación en una cita de estas dimensiones, eclipsa las decepciones de otras selecciones como las de Montenegro, Macedonia o Turquía, esta última en el mismo grupo que el combinado ruso.
Cuando en 1991 se disuelve la URSS, auténtica dominadora del baloncesto europeo –y casi mundial– a lo largo del siglo XX, nadie esperaba que también se difuminase el brillo baloncestístico de la Rusia resultante. En los primeros años, las preseas siguieron llegando a Rusia, hasta que en 1998 inició, con la plata del Mundial de Grecia, una sequía que duró hasta 2007, cuando la Rusia liderada por Andrei Kirilenko se impuso en el Eurobasket de Madrid. Se trataba del primer gran torneo de David Blatt como seleccionador, su primer éxito al frente del combinado nacional.
La utopía de un estadounidense dirigiendo el otrora combinado soviético alcanzó dimensiones épicas con el triunfo en la cita continental, y no paró de crecer en años posteriores. De la mano del hoy entrenador del Maccabi de Tel Aviv, la selección rusa conquistó un bronce en el Eurobasket de Lituania 2011 y el pasado verano repitió como tercera en los Juegos Olímpicos de Londres. Tras la presea en la máxima cita deportiva mundial, Blatt se despidió de la selección como un héroe, incapaz de imaginar lo que pasaría después. Nadie podía pensarlo.
Desde diciembre del año pasado se conocía el nombre de su sucesor. Se trataba de Fotis Katsikaris, quien debería dejar a final de temporada su puesto de entrenador en el Bilbao Basket para poder asumir los galones de seleccionador. El griego lo hizo, concluyendo una etapa de tres años en España. Sin embargo, como todos habrán podido comprobar, no ha sido Katsikaris el encargado de dirigir a Rusia en este Eurobasket, sino Vasily Karasev.
El ex técnico del Bilbao Basket había firmado un contrato de cinco años con el combinado nacional, en un puesto que le reportaría una cantidad jugosa a su cuenta corriente al frente de una de las selecciones de mayor potencial. Contaba con el entonces presidente de la federación rusa, Alexander Krasnenkov, como principal valedor, por lo que aceptó la oferta sin dudarlo. Sin embargo, Krasnenkov dimitió a principios de julio, algo que pilló por sorpresa a Katsikaris, inmerso en la planificación del Eurobasket.
A partir de ese momento, empieza a torcerse la vida del griego en Moscú. La presidenta interina, Julia Anikeeva, le propone como asistente a Karasev , quien había dirigido a la selección rusa hacia la medalla de oro en los Juegos Universitarios de Kazán. Katsikaris se niega, ya que no es el perfil que buscaba y, además, por contrato, tiene derecho a elegir a sus ayudantes. Sin embargo, desde la federación hacen oídos sordos, contratan a Karasev para el puesto y despiden a Oleg Ushakov, director técnico de la selección y mano derecha del entonces seleccionador.
Tras esta serie de acontecimientos, Katsikaris presenta su dimisión, de carácter irrevocable. Como era de esperar, su puesto sería ocupado por Karasev, quien coge las riendas del equipo a pocos días de que este inicie la concentración para el torneo continental. Un mes más tarde, Rusia es eliminada del Eurobasket al sumar, ante Finlandia, la cuarta derrota consecutiva. Un partido que los rusos tenían casi resuelto a cuatro segundos de que acabase el tiempo reglamentario y que, finalmente, se convirtió en un triunfo finlandés tras dos prórrogas. Alexey Shved hizo una falta rápida cuando el rival apenas tenía tiempo de cruzar la mitad de la pista, acción que sólo se explica de un modo: el seleccionador ordenó al escolta de los Minnesota Timberwolves que hiciese la falta, tal y como ha manifestado el jugador posteriormente.
Sin olvidar las importantes bajas sufridas por el combinado ruso –Viktor Khryapa, Sasha Kaun, Andrei Kirilenko y Timofey Mozgov –, algo que ha afectado a todas las selecciones potentes; así se explica la debacle de esta selección, que ha firmado su peor actuación histórica en un Eurobasket, pues nunca había quedado en la mitad inferior de la tabla clasificatoria.
Quedarse fuera de la segunda fase del torneo viene acompañado de otro problema para esta selección, la no clasificación para el Campeonato del Mundo que se celebrará en España el próximo año. Rusia depende ahora de las cuatro invitaciones de que dispone la FIBA, al igual que otras selecciones de prestigio como Brasil y China.Lo más probable es que la consigan tras lo mostrado en los últimos años, pero el mal sabor de boca dejado en Eslovenia permanecerá en la memoria colectiva como la gran decepción del Eurobasket de 2013.
* Gonzalo Carpio del Saz es periodista.
– Foto: Elio Castoria/Matthaios (FIBA Europe)
BUSCADOR DE CATEGORÍAS
BUSCADOR POR MES
ÚLTIMOS TWEETS
Tweets por @martiperarnauSÍGUENOS EN FACEBOOK
