El equipo de Estados Unidos que está compitiendo en Moscú se nutre de dos tipos de atletas: los profesionales y los universitarios. La única excepción a esta regla es Mary Cain, que todavía no está en edad universitaria y va al instituto (high school). Este año tendrá que decidir si prefiere ir a una universidad o pasar al profesionalismo directamente. En estos momentos no puede cobrar nada ya que de hacerlo no podría ir a la universidad. La NCAA es muy estricta en las normas de acceso a sus colleges y el profesionalismo está totalmente prohibido y perseguido. Para evitar suspicacias ella anunció que estaba entrenando con Salazar a cambio de un sueldo. Además, se puede ver que no lleva ropa deportiva de ninguna marca y con todo la NCAA ya anunció que estará muy atenta para velar por el cumplimiento de su normativa de amateurismo.
La gran mayoría de atletas norteamericanos proceden de su universidades, algo muy distinto a lo que acontece en Europa. Un buen número de universidades están a la búsqueda de talentos y los atletas reciben becas que les permiten estudiar de manera gratuita. Una matrícula en una universidad de prestigio puede estar rondando los 50.000 dólares (37.000 euros), eso sin contar gastos de alojamiento y transporte entre otros. Así que no es de extrañar que cualquier deportista con mínimas cualidades físicas en en el insituto intente exprimir su faceta deportiva con vistas a conseguir entrar en una universidad becado. Es difícil encontrar un atleta norteamericano que no haya pasado por un un college, aunque hay alguna excepción como Ajee Wilson, campeona mundial júnior, que prefirió no asistir a la universidad, ya que eso le supondría alejarse de su familia y de su entrenador de toda la vida. Su compañera Mary Cain anunciará su decisión en breve.
El problema de estos atletas es que su temporada se adelanta mucho, ya que ellos tienen que estar en forma para principios de junio para el campeonato de la NCAA. El curso escolar marca también el curso de la temporada atlética universitaria y el de otros deportes. Esas universidades dan muchas facilidades a la hora del entrenamiento y garantizan un título universitario que tendrá mucho valor en la vida laboral del atleta una vez se haya retirado, pero también exigen y quieren que sus atletas rindan al máximo en las competiciones de la NCAA.
El compromiso con la universidad es muy grande en muchos atletas. En los campeonatos de la NCAA se pueden ver cómo decenas de ellos compiten con los colores de su universidad pintada en la cara. Además, se suelen llamar por el apodo de su universidad: los miners de UTEP, los ducks de Oregon, los gators de Florida, los hoosiers de Indiana, etc.
A nivel deportivo, el problema surge cuando estos atletas compiten en grandes campeonatos, ya que en prinicipio tienen que hacer tres picos de forma en verano y un cuarto si sumamos la temporada invernal. Primero tienen que preparar la NCAA, que es a principios de junio, luego 15 días después tienen que ganarse el puesto en los USA Trials y finalmente tienen que llegar a agosto en forma. Todo esto hace que sea muy complicado llegar en buenas condiciones a las citas internacionales.
Competir bien en la NCAA y a las dos semanas bien en los USA Trials se ha dado en muchos casos, pero llegar al campeonato del mundo en forma ya es mucho más complicado.
Un caso que demuestra el interés principal de los atletas universitarios es el de Kori Carter, que batió el récord universitario al correr en 53,21 en 400 m. v. Tras la final de la NCAA se presentó a correr en los USA Trials pero sorprendentemente no aparecía en la semifinal después de estar clasificada. La explicación oficial era que había caído enferma. La explicación que está en boca de todo el mundo es que el Campeonato del Mundo de Moscú coincide con la boda de su hermana, donde ella estaba destinada a ser la dama de honor un año antes. Todo parece indicar que la vallista prefirió el acontecimiento familiar antes que la disputa de un campeonato del mundo. Su temporada ya había sido todo un éxito después de ser campeona universitaria en 400 m. v. y ser segunda en el mismo campeonato en 100 m. v.
Algunos ejemplos de atletas universitarios que han acudido a Moscú y que no han rendido al mismo nivel:
Caso similar han vivido atletas de otros países que han preparado la NCAA y luego han tenido que preparar el campeonato del mundo. Algunos de estos atletas tuvieron que realizar sus propios trials nacionales, como Forbes, campeón de la NCAA en salto de longitud, y Goule, campeona en 800. El primero se ha clasificado para la final, y Goule entra mañana en acción.
Hemos tenido varios casos similares en atletas que compitieron en junio en la NCAA y que compitieron por otras nacionalidades con resultados negativos: el estonio Maicel Uibo abandonó en el decatlón, la británica Lorraine Ugen hizo tres nulos en salto longitud y el australiano Wruck quedó penúltimo en la final de disco con 62.40.
En concursos no suele afectar tanto, pero Kynard, subcampeón de la NCAA, saltó solo 2.26 en altura y solo el bajo nivel le dio acceso a la final, en la que estará otro universitario, el canadiense Drouin. También será interesante ver la prestación de dos de las grandes figuras de los USA Trials y que también proceden de la NCAA: Duncan, campeona de 200, y Rollins, campeona de 100 m. v.
Españoles que hayan competido en la NCAA solo tenemos a Bruno Hortelano, que formó parte del relevo de su universidad. Esperemos que le vaya mejor que a los norteamericanos.
* Óscar Fernández Villar.
– Fotos: Don Ryan (AP) – IAAF
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