"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
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Con en el Barça y el entorno enfrascados en la necesidad de fichar a un central de garantías para el equipo, ha sido el Tata Martino el que ha decidido probar soluciones más económicas. El camerunés, procedente de la Fundación Eto’o, acaba de ser ascendido al Barça B y ya ha jugado más minutos en el Camp Nou que en el Miniestadi. Bagnack ni tan siquiera ha llamado a la puerta, ha sido el primer sorprendido en encontrársela abierta.
Bagnack es un tipo duro. Con 18 años y casi sin estrenar en el fútbol profesional, aún tiene que ganar musculatura, y este año, en el filial culé, trabajará en el gimnasio mucho más de lo que lo ha hecho hasta ahora. Aun así, el camerunés basa gran parte del juego en su fisonomía.
Pese a que aún debe crecer, ya cuenta con un físico poderoso y sabe cómo sacarle partido. Es fuerte y contundente en el cuerpo a cuerpo, no se esconde nunca y no evita el choque. En una de estas, a finales de 2010 sufrió una grave lesión que lo mantuvo alejado más de ocho meses de los terrenos de juego, pero a su vuelta no mostró indicios de haber desarrollado respeto al contacto físico (algo común a estas edades en estas situaciones). Qué menos de alguien que tiene a Puyol o Pepe como alguno de sus referentes futbolísticos.
Utiliza muy acertadamente el tronco y los brazos para protegerse en el cuerpo a cuerpo y evitar así posibles robos de balón. Cuenta con una gran resistencia y capacidad pulmonar, no se cansa; se mueve lo necesario pero a gran velocidad. Es veloz mentalmente y reacciona rápido, en el desplazamiento tiene un buen arranque y no sufre demasiado en la carrera.
Sus 182 centímetros de altura le facilitan la tarea en el juego aéreo, aunque acostumbra a ganar más balones por colocación que por salto. Pese a su envergadura, es un futbolista ágil y flexible, recupera muy bien la posición cuando le superan.
Es diestro. No conduce mal con la zurda, pero siempre se orienta para dar ventaja a su pierna derecha.
Macky es un chico reservado e introvertido, pero cuando pisa el césped su carácter se transforma casi radicalmente. En Bagnack observamos a un futbolista repleto de desparpajo y con una fuerte personalidad. En edad cadete fue expulsado del F. C. Barcelona tras cometer un acto de indisciplina en el colegio y dicen los que más cerca están de él que aquel suceso le hizo cambiar. El club decidió traerlo de vuelta a La Masia en julio de 2010 y volvió con la lección aprendida. Hoy, el camerunés es un chico centrado, con la firme intención de trabajar mucho y ser mejor de lo que es.
Es muy competitivo y también agresivo en el campo, pero esas características no están reñidas con su nobleza y honradez en el terreno de juego. A veces peca de excesiva contundencia, algo que ha mejorado mucho en la categoría juvenil. Se mantiene concentrado y activo los 90 minutos que dura el partido y no le tiembla la mano para corregir a sus compañeros y mantenerlos alerta.
Se sacrifica por el equipo siempre que es necesario, algo que demostró al adaptarse a la posición de lateral cuando el conjunto lo precisó. Su sangre fría en la toma de decisiones hace que sus compañeros en defensa lo busquen constantemente, siempre elige la opción que más les conviene aunque ésta no sea la más cómoda de ejecutar. Su predisposición y disciplina son las correctas y tiene una muy buena capacidad de aprendizaje y adaptación.
En Bagnack, la rudeza sin balón no está reñida con la elegancia con él en los pies. Posee una calidad técnica propia de futbolistas de posiciones más adelantadas. Conduce erguido y con la cabeza alta siempre que ve la posibilidad de llevar el balón hasta el centro del campo y superar líneas. Oxigena bien en corto, pero también es hábil dando un paso al frente y mandando diagonales precisas al extremo o lateral alto cuando la presión del rival es asfixiante. Cuando juega en la banda dobla con acierto a su extremo y centra con precisión. Es rápido armando la pierna, aunque su chut y golpeo con el pie no es lo mejor que tiene.
Con todo, Bagnack es un futbolista de talento base defensivo. Muestra determinación en las coberturas y mucha cautela en la protección del balón, aunque sus aptitudes físicas son de gran ayuda en este apartado.
Es taxativo en el tackle, duro en la carga y solvente en el cruce. Sabe cuándo ir al suelo y no duda en hacerlo si es el balón el que está en juego. Su defecto en este ámbito es el ya comentado con anterioridad: debe cuidar la dureza en estas acciones, aunque es algo que ya ha mejorado mucho.
Es central derecho. Sin embargo, en el Infantil A, Andrés Carrasco le enseñó el oficio de lateral dado que contaba con muchos centrales de garantías en la plantilla. A pesar de que en la banda ha cumplido con nota siempre que se le ha pedido, dónde él se siente más cómodo es como central derecho, aunque ocasionalmente también ha jugado como central izquierdo. Es el compañero de defensa perfecto, mezcla bien con diferentes perfiles de centrales y se adapta al rol que se le pida.
Su marcaje es pegajoso cuando defiende al hombre y acostumbra a permutar mucho con el lateral cuando defienden zonalmente. Le gusta tenerlo todo controlado y adopta muchas veces el papel de central corrector. Apoya y da coberturas a su lateral, al central e incluso al mediocentro. Tiene en la colocación uno de sus pilares fundamentales y siempre es prudente en sus viajes a la medular, jamás pierde la posición si considera que la compensación no merece realmente la pena. Asimismo, anticipa bien y domina el despeje por arriba.
Pese a que la táctica no es su ámbito estrella, tiene el arrojo de decidir la altura de la línea defensiva y de la presión que se va a ejercer. Casi nunca yerra en la elección. Sabe leer bien las diferentes situaciones a lo largo del partido y controlarlas todas dando desde la defensa el ritmo que necesita el juego. Como todo defensa central criado en La Masia, sabe sacar el balón jugado con distinción y pulcritud.
Podemos concluir que Bagnack posee todas las cualidades de un buen defensa culé combinadas con las características físicas de los futbolistas africanos. Es, junto a Dongou, el primer fruto que ha dado el convenio entre el F. C. Barcelona y la Fundación Eto’o. De momento, esta temporada deberá encontrar su sitio en el Barça B y, previsiblemente, acostumbrarse al banquillo. En un futuro, quizá se convierta en el central canterano que llegue al Camp Nou para quedarse definitivamente, pero aún falta tiempo para saberlo.
* Sita Aguilera.
– Foto: FC Barcelona
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