En ninguno de sus planes de pretemporada, Pep Guardiola imaginó jugar con un centro del campo formado por Jan Kirchhoff como mediocentro y Phillipp Lahm y Javi Martínez como interiores. Pero el cierre de su partido de estreno en la Bundesliga tuvo que afrontarlo con este trío, a causa de las bajas que continúa padeciendo y que le vienen obligando a retrasar sus intenciones. El estreno se saldó con victoria de un Bayern irregular (3-1) frente a un Gladbach que apuntó mejoría respeto de la temporada anterior, en la que terminó en octava posición del campeonato.
Con una baja en cada línea (Javi en defensa, Thiago en el centro y Götze en ataque), Guardiola se vio obligado a recurrir a Thomas Müller como volante diestro, probablemente la posición en la que peor se desenvuelve el jugador bávaro, donde se siente coartado para desplegar su potente llegada al área rival y no acierta a descifrar el tipo de movimientos que exige dicha posición. Había que elegir entre Müller y Lahm. El capitán, por el contrario, es quien mejor comprende lo que el equipo precisa cuando él ocupa dicha zona: ofrecimiento en ataque y cierre de espacios en transición defensiva. Pero en un magno estreno como el que vivía el Allianz Arena, para el entrenador no cabía dudar: era Müller el elegido, a pesar de los pesares.
Las instrucciones técnicas fueron idénticas a las del último mes: pausa en el inicio del juego desde atrás y vértigo a partir de la zona de tres cuartos. Guardiola no ha sugerido a sus jugadores ninguna similitud con el Barça, ni nada semejante. Sus anotaciones son más simples: tener sosiego en los pasos iniciales y ser el Bayern de siempre en ataque. Quizás decepcionará a quien busque metaanálisis complejos, pero es así. Y así lo practica su equipo, todavía con cierto titubeo, fruto más bien del estado real de algunos hombres que de su comprensión con las instrucciones. El tobillo operado de Schweinsteiger, que todavía le impide girarse con soltura, es uno de esos hándicaps, al igual que la tendencia natural de Boateng a quedarse descolgado en defensa, habilitando rivales, o la baja condición física con que Javi Martínez regresó de vacaciones.
El resto es rodaje y mejorar la transición ataque-defensa, en la que para el técnico catalán resulta primordial recuperar a los mejores Schweinsteiger y Martínez. El superlativo estado de forma de un Ribéry eléctrico (y casi parecido el de Robben, añadamos) está reclamando que Kroos y Thiago se harten de filtrar pases con la seguridad de tener las espaldas bien cubiertas, algo que ahora mismo el Bayern no puede garantizar de ninguna manera. Y este será el foco de atención de Guardiola durante el mes de agosto, como pudo comprobarse con el trío de centrocampistas que cerraron el partido.
– Foto: Dennis Brosda
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