En los tres partidos disputados esta temporada, el Milan ha repetido la misma operación: ha regalado totalmente las bandas al Barça y se ha encerrado en el eje central de su área pequeña, con sus defensas bien juntos y apretados, cerrando cualquier posible hueco para la llegada de los atacantes blaugrana. Una y otra vez, sin apariencia de gran sufrimiento pese al abrumador dominio del cuero por parte del Barça, los milanistas han despreciado los pasillos exteriores y cerrado los interiores. Sabiendo que un centro por alto tiene difícil remate por parte de los bajitos barcelonistas, su concentración se dedicó especialmente a cortar los pases rasos hacia atrás. Con éxito.
No hay ningún motivo para pensar que hoy será distinto. Al contrario. Salvo por el resultado de la ida, el partido de esta noche desprende un aroma parecido al de las semifinales de 2010 contra el Inter de José Mourinho. En aquella ocasión, el duro 3-1 de la ida marcó las pautas de cada cual, en tanto ahora el empate a cero de San Siro cambia de manera radical las expectativas, lo que no significa que el equipo italiano vaya a plantear el partido de modo diferente a como lo hizo su gran rival ciudadano hace dos años. Cabe imaginar que será un calco del mencionado partido: repliegue intensivo atrás, regalo de las bandas, embotellamiento central para cerrar espacios y búsqueda de una pérdida de balón en zona peligrosa para armar el pase a Ibrahimovic y buscar la sentencia en segunda jugada. Al Inter no le sirvió para ganar ni empatar aquel encuentro del Camp Nou, pero le bastó con la ventaja de la ida para alcanzar la final del Bernabéu. El Milan buscará algo similar, aunque en su caso deberá marcar un gol si quiere eliminar al Barça.
¿Y qué puede hacer el equipo de Guardiola ante la trampa milanista? Seguro que cada uno tenemos nuestra idea al respecto. Extremos veloces como Tello o desbordantes como Cuenca. Carrileros como Alves, fantasistas como Iniesta. Doble falso 9 con Messi y Cesc permutando arriba y abajo. Alexis arrastrando centrales hacia fuera para generar espacios. Sin duda, todos tenemos una idea sobre ello, pero la que valdrá será la que decida Guardiola y sus seguras variaciones durante el partido. Posiblemente, estamos ante una de las decisiones tácticas más relevantes del curso. La trampa del Milan es un enigma dentro de un jeroglífico y lo último que debe hacerse es despreciarlo porque en la ida fuese sometido sin discusión. Sometido sí, pero no ajusticiado, lo que obliga a ser tan intensos como ante el Athletic y muy finos en las opciones. En alineación y posición de jugadores y en la eficacia del rendimiento: no es un partido sencillo ni cuesta abajo, sino lleno de obstáculos invisibles. Pep lo sabe. Xavi e Iniesta también.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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