No habían pasado ni diez minutos del estreno de Guardiola como entrenador del Bayern cuando Pep salió disparado del banquillo para indicarle a Pierre-Emile Hojbjerg, su mediocentro, que dejara de abrir el balón a banda y buscara más a los interiores por el centro. El hecho puede parecer circunstancial, pero está lejos de serlo. Superada la pretemporada, parece claro que el principal cambio que quiere implantar el entrenador de Santpedor en el Bayern es la forma de sacar al balón jugado desde atrás. A partir de este concepto podemos explicar la gran mayoría de ajustes realizados por Guardiola en su primer mes de trabajo. Desde el cambio de sistema (4-3-3) al comportamiento del mediocentro, pasando por el fichaje de Thiago; todo apunta a lograr que el Bayern gestione de una forma diferente la base de la jugada.
Para entender los cambios realizados por Guardiola, lo primero que tenemos que hacer es explicar las grandes diferencias que existen entre las dos principales variantes. Salir por el centro es más complicado: necesitas un jugador que sepa filtrar balones con continuidad y receptores que sepan moverse y encontrar espacios a la espalda de la primera linea de presión rival. Además, perder el balón en plena salida deja al equipo muy mal parado. La precisión tiene que ser máxima. Por ello, la mayoría de los equipos opta por salir por las bandas. Hilar pases en los carriles externos exige menos técnica, porque hay más espacio y una pérdida en esa zona deja al equipo menos vendido ante una eventual contra rival.
La temporada pasada, la plantilla del Bayern carecía de un jugador capaz de filtrar balones hacia la linea de mediapuntas con continuidad y, si bien Schweinsteiger conectaba con Kroos ocasionalmente, no era un movimiento al que se pudiera recurrir durante todo un partido. El problema se agudizó con la lesión del ex del Bayer Leverkusen y la entrada de Thomas Müller en la posición de mediapunta. El dorsal ’25’ siempre ha tenido serias dificultades fabricando lineas de pase en tres cuartos hacia sus compañeros, y aislarlo detrás de la linea de mediocampistas era demasiado simple para sus rivales. Si a esto le sumamos la poca calidad de los centrales del Bayern al corte y el consiguiente riesgo que esto significaba ante cualquier pérdida en la salida, es fácil entender por qué Heynckes le fue dando cada vez más importancia a Lahm y Alaba en la gestación de juego de su equipo.
Los resultados dejan claro que la decisión fue más que acertada, entonces ¿por qué cambiar? La respuesta es bastante simple: la salida lateral es más fácil de neutralizar y sufre muchísimo cuando el rival plantea un buen achique sobre la banda. El defecto cobra aún más relevancia si tomamos en cuenta que, para mala suerte del Bayern, hay un equipo en el norte de Westfalen que domina esta faceta del juego como pocos en la historia. Lo del Dortmund de Klopp es una locura.
Obviamente ha habido matices en cada partido, pero el plan del exentrenador del Mainz, al enfrentarse a su máximo rival, siempre ha partido del mismo mecanismo. Klopp le pide a su Dortmund que se pare en un 4-4-2 cuando el Bayern saca el balón desde atrás con los dos hombres más adelantados haciendo un trabajo especifico sobre los centrales bávaros. Así, el Borussia evita cualquier pase interior y obliga al Bayern a buscar a Lahm o Alaba en la banda. Una vez que el balón se encuentra en esa zona, el BVB activa su brutal achique lateral. Aprovechando que una vía de escape queda anulada por la linea de banda, extremo, pivote y lateral coordinan sus movimientos a la perfección para aislar al poseedor y robar el balón lo más arriba posible. Así, el Bayern sufre muchísimo cada vez que se enfrenta al Dortmund. Que apenas los haya logrado vencer en tres de los últimos once encuentros, así lo demuestra.
Es por ello que Guardiola se ha puesto como principal objetivo crear los mecanismos necesarios para superar esa presión inicial de Klopp –o de cualquier entrenador que plantee un partido parecido–, y evitar volver a caer en la trampa. De hecho la gran mayoría de sus decisiones se pueden explicar desde ese principio.
¿El Bayern no tiene un buen filtrador en el medio? Se ficha a Thiago ¿A la plantilla le falta un central que pueda corregir un eventual error en la salida? Javi Martínez pasa a jugar en el centro de la zaga. Incluso el 4-3-3 apunta en parte a tener más referencias por delante del mediocentro habilitando más opciones para salir por el centro. El cambio es bastante importante y los resultados hasta ahora han sido muy interesantes.
El principal dilema planteado durante la pretemporada ha sido quién va a ocupar finalmente la posición de mediocentro. Thiago es un genio del pase. Domina todas sus variantes y es capaz de encontrar a cualquier compañero en cualquier momento. De ahí, que a días de haber llegado Guardiola lo haya hecho jugar de ‘5’ contra el HSV. La actuación del exbarcelonista fue esplendorosa, pero no tardaron en verse las costuras del invento.
Thiago es demasiado impulsivo y arriesga demasiado el balón en cada contacto. Este defecto explica sus problemas para adaptarse a la posición de interior en el modelo del Barça y su posterior salida del equipo. En el Bayern, al jugar aún más atrás, su presencia se hace muy arriesgada para un equipo que todavía no ha asimilado por completo los movimientos de su nuevo entrenador. El cuarto gol del Dortmund en la Supercopa alemana es un claro ejemplo de ello: Thiago, presionado, arriesga buscando a Pizarro en horizontal; los laterales están demasiado adelantados para una salida por dentro y no alcanzan a corregir la pérdida, que se traduce en gol de Reus, final sentenciada y varias dudas sembradas en la Säbener Strasse.
El problema de Guardiola es que la alternativa Schweinsteiger tampoco termina de encajar en el rol de mediocentro único que exige el sistema. El ’31’ es uno de los mediocampistas con más despliegue del mundo y el 4-3-3 de Pep lo obliga a mantener la posición por encima de cualquier cosa. Así fue en las semifinales de la Audi Cup contra el Sao Paulo, donde se vio al Bastian más inmóvil en años. Schweini cumplió, pero es imposible negar que atarlo es quitarle su esencia y privarlo de una faceta que lo llevó a ser uno de los referentes en su posición en los últimos años. Además, Schweinsteiger no domina el pase filtrado y con él en el campo es mucho más fácil obligar al Bayern a jugar por fuera. Thiago es evidentemente mejor en ese apartado, pero Schweinsteiger la pierde menos. Las inexistentes ocasiones recibidas contra el Sao Paulo son impensables con el mayor de los Alcántara en el centro de operaciones. Sin duda, parece ser la decisión clave del proyecto.
Como apunte final queda aclarar que Guardiola no es intransigente con sus ideas, y si el invento termina por no funcionar no va a tener ningún problema en intentar otra cosa. De hecho, durante toda la pretemporada, cuando la presión del rival se hacía insuperable, el Bayern ha optado por buscar a su extremo derecho por medio de un balón largo. Así sucedió contra el HSV, el Barcelona e incluso en algunos pasajes de la Supercopa contra el Dortmund. Pep sabe que en su nueva plantilla cuenta con armas que en su anterior equipo nunca tuvo –la altura, por ejemplo– y que sería muy inocente el desaprovecharlas.
1. La incógnita Müller. La poca calidad de Müller para explotar los espacios libres en el carril central le ha hecho tener muchas dificultades cada vez que Guardiola lo ha colocado en el puesto de interior. Por ello, sus mejores actuaciones las ha firmado jugando de delantero centro, moviéndose con una calidad impresionante en el corazón del área. Su polivalencia ha permitido a Guardiola plantear un muy interesante intercambio de posiciones constante entre el ‘9’ y el extremo derecho que ha causado muchos problemas a sus rivales. Los centrales del Gladbach y el Barcelona, por ejemplo, sufrieron muchísimo al no tener nunca una referencia fija. La idea parece muy interesante y, sin duda, la analizaremos en profundidad en próximos artículos.
2. El rol de Kroos. Como ya comentamos, Guardiola emplea para su mediocampo a dos interiores muy escalonados. Uno ayuda constantemente al mediocentro a sacar el balón jugado desde atrás y el otro se ofrece siempre por delante del balón y carga el área ocasionalmente. Kroos ha ocupado la primera de las dos funciones durante toda la pretemporada y ha cumplido a la perfección. Sin duda, su rol dentro del equipo va a ser muy importante.
3. Javi Martínez de central. Cuando el exjugador del Athletic se reincorporó al equipo después de sus vacaciones, Guardiola le hizo entrenar con los defensas. Su brutal calidad en el corte le hace ideal para corregir cualquier error que pueda cometer el Bayern al sacar el balón desde atrás. Además, sus conducciones pintan vitales para descongestionar la presión rival y generarle más espacio al mediocentro. En el partido contra el Sao Paulo, se notó bastante que llevaba poco tiempo trabajando como pareja de Dante. De hecho, Pep llegó a llamar a ambos jugadores a la banda para explicarles cómo y cuándo tirar la linea. Jugará en una posición distinta, pero su importancia dentro del equipo, con respecto a la anterior temporada, no parece que vaya a disminuir en lo más mínimo. Javi es vital para Guardiola.
0. Introducción a La evolución táctica del Bayern de Guardiola
* Ignacio Archondo.
– Fotos: AP-AFP
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