Barça y Milan se han enfrentado 270 minutos en la presente temporada y en los tres encuentros disputados se han repetido algunos rasgos básicos:
1.- Salida presionante del Milan
Operación comando en cada uno de los encuentros. Gol de Pato en el Camp Nou; amenazas serias ayer, vía Ibrahimovic y Robinho. Tras esos primeros minutos de guerra de guerrillas, el Milan pasa a su auténtico plan: esperar cómodamente atrás.
2.- Allegri regala las bandas y embotella el centro
El Milan regala las bandas por completo. Grandes pasillos exteriores, voluntariamente cedidos. Cuando hay peligro los defiende 2 vs 1 (lateral + interior contra atacante), pero sin excesiva intensidad, simplemente intentando ralentizar el ataque. El objetivo es obvio: regalar por fuera y embotellar el centro. Aparentan ser amplios, pero en realidad son estrechos por dentro. En esa faceta, Nesta y sus colegas son pluscuamperfectos. En defensa estática no hay mejores especialistas que los italianos. Saben que un centro por arriba no tendrá rematador blaugrana y fijan toda su atención en los pases atrás y rasos: se mantienen juntos, sin dejar huecos, forzando posición con el cuerpo y anticipándose.
3.- Milan solo quiere el balón para una contra
Balón para el Barça, sometimiento absoluto (aunque en el partido de Noviembre, el primer tiempo fue un correcalles) y dejación milanista. No quieren el balón más que para percutir en contragolpe. Esperan una pérdida de Xavi o Busquets para ceder a Seedorf como plataforma de lanzamiento largo o a Boateng para conducir rápido. Objetivo: buscar a Ibra y el remate en segunda jugada.
4.- Somete el Barça, no sufre el Milan
En ese contexto, el Milan no sufre. Se ve totalmente dominado, aplastado incluso, pero es su hábitat natural. Donde otros boquean agobiados, ellos se defienden como ideología conceptual. El remedio del Barça no puede seguir transitando por el dominio de las bandas y el atasco central. Pep deberá buscar otro concepto que le permita liberar espacios, lo que peor le sienta al Milan (véase la patada de Nesta en campo abierto).
5.- Si el Barça ataca mal, defiende mal
En el partido de noviembre, Puyol, Busquets y Mascherano no ajustaron bien sobre Ibra y la segunda jugada. Ayer fue todo lo contrario. Le fijó Piqué y le anticiparon Mascherano y Busquets con acierto notable, aunque el poderoso delantero centro sigue siendo un fenómeno de categoría mundial. Los momentos de apuros de la defensa blaugrana llegaron por atacar mal. Cuando el Barça ejecutó con precisión su juego de posición (primer tiempo), sus defensas vivieron como en vacaciones.
6.- Keita, básico para interceptar las transiciones
Expliqué ayer que Guardiola tiene marcado a fuego contar con Keita en partidos donde el Barça puede sufrir mucho por alto y/o en transiciones veloces. Esta es la causa por la que el maliense sustituyó a Cesc. Su desempeño resultó excelente, mostrando un olfato táctico elevado, ubicándose en banda izquierda de ataque para que Iniesta se fuera hacia dentro y colaborando en la disolución de las segundas jugadas post-Ibra. Todo ello no le garantiza la titularidad para la vuelta, que se aventura diferente.
7.- Xavi, el metrónomo
Mejor defensor del equipo, Xavi protagonizó una memorable actuación en el partido de noviembre y un soberbio primer tiempo ayer. No sólo marcó el tempo de su equipo (y del partido), sino que buscó el gol asociándose con Messi. Pero en el segundo tiempo, él y todo el Barça se vieron envueltos en el sopor milanista y apenas reprodujo el espectáculo de la primera mitad. La vuelta estará en su criterio (y en el de Iniesta más la eficacia de Messi).
Corolario:
Para la vuelta del martes no cabe esperar nada diferente en el planteamiento de Allegri. Salida guerrillera, repliegue intensivo a partir del minuto 5, doble pared basculante y coordinada, regalo total de las bandas, enmurallamiento del centro de la defensa, búsqueda de una pérdida en tres cuartos y contragolpe, bien en conducción (Boateng, Robinho), bien en largo (Seedorf), en busca de Ibrahimovic y su potencia.
Sabiendo todo esto, el Barça deberá encontrar algo más que su receta clásica de los anteriores 270 minutos. Ni la presencia constante de Alves, ni la velocidad de Tello, ni el desborde de Cuenca o la diagonal hacia dentro de Iniesta pueden bastarle si la zona central del área sigue infestada de defensores muy juntos. Tendrá que hacer algo más (yo no sé exactamente qué) para generar espacios interiores por los que Messi y Xavi puedan introducirse con cierta comodidad. Como ocurre casi siempre, probablemente, el espacio será hijo del engaño.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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