Muirfield acoge el tercer grande de la temporada. Escocia, la cuna del golf, es la anfitriona del torneo con más historia de golf. Con esa intención, la de hacer historia, llegan los mejores jugadores del mundo, en un campo y unas condiciones que parecen las más idóneas para que se vea un enorme espectáculo.
Un campo seco y duro. Unos días, según las previsiones, de sol y viento. Unos ingredientes que intentarán aprovechar todos para inscribir su nombre en el palmarés del torneo. Entre todos los hombres destaca Phil Mickelson. No solo por su última victoria en el Open de Escocia, sino porque de los últimos trece torneos que ha jugado, seis los ha terminado entre los tres primeros.
Ya se le escapó el US Open en los últimos hoyos y esa derrota le rompió el corazón, pero ha vuelto más fuerte que de costumbre. Su juego sigue siendo el de siempre. Capaz de lo mejor y de lo peor, si mantiene el juego desde el tee como en las últimas semanas no será extraño que llegue a los últimos 9 hoyos con opciones. Ahí, ya se puede esperar cualquier cosa de este genial jugador.
Rivales tendrá muchos. Tiger Woods es una incógnita porque no ha jugado desde el US Open por sus molestias en el codo. Dice que está recuperado y querrá resarcirse del mal sabor de boca que tuvo el año pasado, en el que se enredó en un bunker en los últimos 9 hoyos perdiendo toda opción de victoria.
Del número dos del mundo hay poco que decir. Sigue fallando corte tras corte. Fallando putts asequibles y peleándose con su swing en el tee. Pero da la sensación, o al menos eso nos parece, que cuando encadene un par de buenas vueltas, volverá a ser aquel que asustaba a sus rivales. Conviene no olvidar que a pesar de su desastroso año, ha acabado cuatro veces entre los diez primeros de torneos de la PGA.
Obviamente hay muchos otros nombres. Jason Day ha estado peleando por los dos primeros grandes del año y está siendo regular, faltándole una victoria para redondear el año. G-Mac alterna victorias con cortes fallados. Justin Rose viene con la moral por las nubes y jugará por primera vez en casa desde su victoria en Merion.
Los locales Luke Donald y Poulter van a por todas. Buscan conseguir lo que hizo Harrington con sus tres grandes entre el 2007 y 2008, que animó a los europeos a ser más atrevidos en los grandes y desde entonces las victorias no han parado de llegar. Más escondidos, pero igual de peligrosos, son Snedeker y Ernie Els, actual defensor del título. Ambos llegan en un buen momento de juego.
Algo que resulta difícil de decir de los españoles. Serán seis los que participará, de los que, a priori, Sergio García es quien parte con más opciones. Sigue manteniendo la regularidad que le permite estar en lo más alto de todas las estadísticas, pero parece que le falta algo para poder culminar esa solidez, tanto en juego como en el aspecto mental, que parece haber encontrado.
Pero si hacemos caso a Álex Larrazabal, a quien hay que mirar con mejores ojos es a Gonzalo Fernández-Castaño. Sus dos primeros grandes han sido muy buenos. Ya tiene la tarjeta asegurada para el año que viene en el circuito americano y eso puede hacer que se suelte y juegue sin presión. Aun así, para ganar un grande casi siempre hay que haber perdido uno antes, algo que le falta.
De los otros españoles, cada uno tiene su particular objetivo. Miguel Ángel Jiménez, seguir disfrutando del golf y de los grandes. Si además suma un buen cheque para seguir arriba en la clasificación de la Race to Dubai, mejor. Álvaro Quirós busca encontrar esas sensaciones que le hacían estar cómodamente entre los 50 mejores del mundo. Algo que parece haber perdido también Cabrera Bello, que busca ese resultado que le haga coger confianza. De la Riva es el debutante y todo lo que sea pasar el corte será un éxito pará él, después de haber asegurado su presencia el año que viene en el circuito europeo.
Para terminar, hay que hacer mención a los jóvenes que serán de la partida y que están animando el año. Spieth llega después de ganar su primer torneo la semana pasada a una edad más temprana que McIlroy o Tiger. Lleva un año fantástico y en su primer grande tendrá muchos ojos puestos en él. También debuta el japonés Matsuyama, que parece que está ocupando el rol de Rio Ishikawa en la atención mediática. Lleva dos victorias en el circuito japonés, que domina a placer. Será interesante verle en la primera aparición entre los grandes.Lo mismo que a Manassero, que llega sin hacer ruido, algo que suele ser la antesala de alguna victoria suya.
El domingo por la tarde podremos evaluar todas estas conjeturas tras cuatro jornadas en un campo en el que el uso del driver parece ser escaso, en el que la suerte de los botes puede decantar el éxito de un lado a otro y en el que todo acabará dependiendo del viento, ese espectador de lujo que si decide aparecer puede convertir un día agradable de sol en un infierno para cualquiera. Veremos si Eolo aparece.
* Daniel Arias.
– Foto: Peter Muhly (AFP)
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