Nadie puede llegar a la cima armado sólo de talento. Dios da el talento; el trabajo transforma el talento en genio
Anna Pavlova, bailarina rusa
En San Antonio se han acostumbrado a ver cómo, inesperadamente, jugadores del montón se transforman en estrellas de los Spurs. Hombres como Manu Ginóbili (57ª elección en el draft de 1999) o Tony Parker (28ª en el 2001) llegaron a la NBA como desconocidos y se convirtieron en estrellas a las órdenes de Gregg Popovich, un entrenador que ve lo que otros son incapaces de ver y saca lo que otros son incapaces de sacar. Sin duda, esa es la clave de la trayectoria de la franquicia tejana en los últimos quince años; una estrategia que sigue dando réditos.
Tal y como predijo Javier López Menacho, el título de la liga estadounidense de baloncesto se decidió, a favor de los Miami Heat, en el séptimo partido de la final. Los de Florida revalidaron el título de campeones del mundo, tal y como titulan al otro lado del Atlántico, y su estrella, LeBron James, calló a todos los que le critican, al menos por el momento.
A pesar de que Tim Duncan, uno de los pocos en jugar finales en tres décadas diferentes, se quedó sin su quinto anillo, la afición tiene motivos para estar contenta por el trabajo de los suyos. También puede estar tranquila por el futuro del equipo. El Big Three que ha dado guerra durante tantos años –formado por Ginóbili, Parker y el propio Duncan– se ha visto apoyado, e incluso eclipsado en alguno de los partidos, por dos estrellas emergentes, Danny Green y Kawhi Leonard. La doctrina Popovich sigue dando sus frutos.
Danny Green llegó a la liga en el 2009 tras ser elegido en la segunda ronda del draft por los Cleveland Cavaliers que lideraba entonces LeBron James, quien cuatro años después ha sido rival del escolta en la final. Tras jugar 20 partidos, el neoyorquino fue despedido en octubre del 2010 para recalar un mes más tarde en San Antonio. La relación con Popovich empezó mal y el jugador, señalado por su indisciplina, duró en Texas menos de una semana.
Sin equipo y con una mala reputación a sus espaldas, Green optó por la liga de desarrollo. Allí promedió, en sus 19 partidos, 20 puntos, 7 rebotes y un acierto cercano al 50 % en los triples, guarismos suficientes para volver a los Spurs en el tramo final de la temporada.
Tras pasar por el Union Olimpija esloveno durante el lockout, los Spurs ofrecieron a Green un contrato por el mínimo y sin garantizar, por lo que podría ser despedido en cualquier momento. El jugador habló sobre el parqué y dio la razón a Pop por confiar en él, lo que le valió para jugar bastantes partidos de titular y, en verano, para lograr su primer contrato. Tras tres años en la NBA, Green lograba la tan ansiada estabilidad. La duda era si mantendría el nivel.
Lejos de decepcionar, el neoyorquino ha sido una grata sorpresa para la gente de San Antonio. Titular en los 101 partidos en los que ha participado esta temporada, Green se ha mostrado como un jugador consistente desde la línea de triple y también en defensa, donde Popovich ha dejado su impronta, la del esfuerzo por encima del talento.
Si su papel durante la temporada ha sido destacable, ha sido durante los playoffs, y especialmente durante la final, cuando se ha mostrado como el auténtico relevo generacional de Ginóbili, cuyo futuro en la NBA aún está en el aire a sus casi 36 años de edad. Green lo ha hecho, por encima de todo, a golpe de récord en materia de triples. En el segundo partido ante los Heat superó a Paul Pierce y Scott Wedman como jugador con más triples conseguidos sin fallar en un partido de la final, con cinco dianas en otros tantos intentos. Además, igualó la marca de Robert Horry, leyenda de la NBA, como spur con más triples conseguidos en un choque de la última ronda de playoffs. Y más: los 27 aciertos conseguidos desde esa distancia sitúan a Green como el máximo triplista en una final, superando en cinco dianas la marca de Ray Allen en el 2008.
La cantidad ha llegado acompañada de calidad, con un porcentaje del 55,1 % de acierto durante los últimos siete partidos de la temporada. Una actuación empañada en los dos últimos encuentros (2/11), cuando la defensa de Miami no concedió ni un milímetro al cañonero y los Spurs cosecharon dos derrotas. Este factor podría explicar en buena medida la derrota final de los de Popovich, muestra de la importancia alcanzada por el escolta, que cumplió 26 años el pasado sábado.
Si la historia de Green es la de un jugador que ha sufrido para alcanzar su actual estatus, el caso de Kawhi Leonard es el de un ascenso meteórico desde que inició, en diciembre de 2011, su carrera como profesional.
Ese año fue elegido por Indiana Pacers en la decimoquinta elección del draft, aunque tras el cierre patronal fue enviado a San Antonio a cambio de George Hill, un base a la sombra de Tony Parker. Leonard se ganó rápidamente la titularidad y la confianza de Popovich, quien considera que el alero de 21 años será All Star en un futuro próximo.
Físicamente, Leonard es un jugador nacido para este deporte, tal y como demuestra el análisis científico realizado por el medio estadounidense ESPN. Brazos largos, manos grandes y una gran implicación defensiva que le han llevado a ser comparado con dos antiguos ídolos en San Antonio, Bruce Bowen y Dennis Rodman.
Siempre atento al balón, Leonard es un seguro bajo los aros, un sinónimo de rebote en ambos lados de la pista. Cuando atrapa el balón en defensa, va con él directo hacia el aro rival, con un descaro propio de jugadores más experimentados. Mismo desparpajo que muestra para colgarse de la canasta cuando su equipo afronta un ataque estático, algo que choca con su carácter introvertido lejos de las canastas, donde vive de una manera atípica, alejado del lujo característico del jugador de la NBA. También tiene un decente lanzamiento cuando se aleja de la zona, una más de las cualidades que le han llevado a ser convocado al minicamp de la selección estadounidense, donde se buscan futuros integrantes del Team USA.
Dos hombres a los que habrá que estar atentos en un futuro, igual que habrá que mirar la evolución de hombres como Gary Neal o Corey Joseph, base canadiense que empezó la temporada en la liga de desarrollo y se ha ganado la confianza de Pop a base de lucha y sacrificio sobre el parqué. Y no olvidemos que el próximo 27 de junio se celebra el draft de la NBA y los Spurs tienen dos elecciones, la 28ª y la 58ª. Dos picks bajos que en otros equipos carecerían de excesiva importancia pero que en el caso de San Antonio pueden ser dos nuevos proyectos de estrella.
* Gonzalo Carpio del Saz.
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