"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
Proyectos y trayectoria de José Mourinho como primer entrenador:
Como podemos observar, nunca ha estado en un club más de tres años seguidos, pero en todos ha dejado huella. Todos nos preguntamos, ¿por qué? ¿Por qué Mourinho es incapaz, o no se siente cómodo, de liderar proyectos a largo plazo? Pienso que todo reside en su gestión a nivel de grupo, la dimensión socioafectiva a la que se enfrenta año tras año con sus jugadores. Las relaciones humanas, personales, entre el entrenador y sus propios jugadores llegan a ser tan fuertes e intensas que exigen muchísimo emocionalmente hablando.
A lo largo del tiempo, es obvio que fruto de esa exigencia en todos los niveles se van a producir roces y discusiones, dado que la tensión es máxima con el paso de los días.
Es su metodología, y por eso es capaz de sacar tanto rendimiento a cortísimo plazo. Su gen competitivo le dice que no hay margen de error en la competición y cada fin de semana es todo o nada. Sabe que esa vía, casi destructiva hablando de relaciones humanas (grupo), es el único modo de ser competitivo en un periodo muy escaso de tiempo, ya que va a necesitar más meses de trabajo y entrenamientos para que su modelo de juego se implante paulatinamente en la competición.
Diego López, tras su primer entrenamiento con el Real Madrid, dijo: “Mourinho me ha sorprendido bastante, es una persona que transmite mucho”.
A Deco en el Porto le dijo que lo haría Balón de Oro. Y luego fue a la ducha a por Lampard y le dijo que era el mejor del mundo. A corto plazo consigue el máximo de sus futbolistas debido a su capacidad de transmisión en esa relación jugador-entrenador. A Costinha, Cambiasso, Motta o Khedira se los gana con otro discurso: lo que sabéis hacer, hacedlo mejor que nadie. Futbolistas que no están entre los mejores pero que en su modelo, dirección, planificación y gestión de proyectos son insustituibles.
Por no hablar de la admiración con la que le reciben todos los días de partido los aficionados de Stamford Bridge, el Giuseppe Meazza… pero sobre todo, y lo más impactante, jugadores como Materazzi, Essien, Sneijder, Terry, Lampard, Drogba… No hablan de él como un entrenador mas, con el que han ganado títulos y con el cual pueden haber aprendido más o menos, sino que lo asemejan a un padre deportivo en todos los aspectos que en los años que compartieron mató por ellos.
Esa es la relación de la que hablamos en los párrafos anteriores y la que acaba con la rescisión de contrato de mutuo acuerdo entre Mourinho y el Real Madrid. Y observando su trayectoria, podemos sacar en claro, dado que la exigencia y tensión está elevada a la máxima potencia, que es muy complicada de sostener, y de ahí que hablemos siempre de proyectos a corto-medio plazo de 2-3 años.
Pero una de las cosas que no ha conseguido en esta última etapa en el Real Madrid, por motivos que internamente desconozco (pero no es difícil adivinar que es su relación con Casillas y el problema de los medios de comunicación), ha sido que todos los jugadores le sigan.
Miguel Serrano, en una columna en Marca, lo describe perfectamente:
“Una de las claves del éxito de Mourinho a lo largo de su carrera ha sido convertir a sus equipos en un grupo de legionarios capaces de obedecer sus órdenes sin rechistar, sin cuestionarlas, sin dudar. En el Madrid no lo ha conseguido. Ha tenido su guardia pretoriana de jugadores, pero los díscolos, sobre todo Iker y Ramos, se han enfrentado a él y le han dicho las cosas a la cara. Mou sabe que sin el apoyo de los jugadores no se puede dirigir ningún equipo”.
La mayoría de jugadores que ha entrenado siempre liga sus éxitos a los del técnico portugués. Todos le siguieron y éste último les hizo grandes.
Al técnico de Setúbal lo defino como un líder. Para mí, un líder es aquel que consigue que los demás le sigan, mediante sus conductas o métodos (puedes estar más o menos de acuerdo con su dirección de grupo), sin imponer que vayan tras él. Algo que ha faltado en estos últimos meses en el club blanco.
Conclusión: La disciplina ha fracasado en el Real Madrid y el entrenador que venga tiene que saberlo.
Por todo esto era insostenible la continuidad de Mou en el conjunto blanco, y como decía Sir Alex Ferguson: “Cuando los futbolistas creen que están por encima del control del entrenador, sólo hay una palabra que decirles: adiós”.
En este caso, el adiós será del técnico.
* Daniel Alonso en licenciado en INEF y Entrenador Nacional de Futbol.
– Foto: EFE
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