"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
Ha permitido a jugadores del montón ser grandes. A jugadores grandes los ha convertido en reyes. Y a los reyes que tenían el don, los ha transformado en semidioses.
Necesidad de técnica de disparo. Primordial conocer tus cualidades. Y saber cómo será el golpeo, dónde y de qué estilo. Esto puede marcar el devenir de la acción. Por eso, un jugador técnicamente fantástico puede no serlo tanto en esta suerte. Y otro menos dotado, ser un portento. Aunque siempre será más difícil. Obvio.
¿Quien es muy bueno técnica y físicamente debe ser bueno también en los lanzamientos de libre directo? Creo que queda demostrado que no es así. No hay duda de que tiene un aspecto práctico: inténtalo mil veces y después de cada lanzamiento sabrás más que en el anterior. Pero llega un momento en el que el conocimiento, la calidad y la inteligencia entran a escena. Ahí llega el factor clave. El diferencial. Ya no solo el ensayo es suficiente. Aparecen los genios.
Siempre habrá jugadores que estarán marcados por ser excelentes lanzadores desde el punto de penalti o de falta directa, incluso indirecta.
Dividiremos a los especialistas en tipos de golpeo y fuerza y forma en la que el balón es catapultado hacia portería. Bien es cierto que ninguno tiene un disparo calcado al de su mismo grupo, pero los apilaremos por semejanza. También es verdad que habrá muchos otros que quedarán en el tintero. Estos son los que más han marcado, personalmente, al fútbol con sus disparos.
1.- Acaba de terminar su carrera profesional en el PSG. Ya están pensando en él, seguro. No es otro que David Beckham. Perdió fuerza esta teoría al llegar al Real Madrid, donde quizás no destacó tanto en este aspecto, aunque siguió realizando buenos golpeos. Pero dejó muy alto el listón en Manchester. Exquisito es el adjetivo perfecto que definir el posicionamiento de su cuerpo. Además de la elasticidad y de la comprensión total de la relación pie-golpeo-balón.
Parecía exagerar cada gesto para decirnos, demostrarnos, cómo se debe lanzar una falta: si levanto el brazo derecho por encima del hombro, bajo la mano izquierda por debajo de la rodilla, arqueo la espalda echando un poco el cuerpo hacia atrás y hago un movimiento de tobillo derecho tras el golpeo, dándole con el interior del empeine para impregnarle el efecto necesario al balón… Cuando haga todo eso bien, el balón acabará en la escuadra. Y vaya si logró convencernos el inglés. Por momentos se llegaba a pensar que el pie de apoyo iba a acabar maltrecho. Pero eran las redes las que solían salir peor paradas. Normalmente con un suave golpeo, como el de una brisa mediterránea, como el golpeo de las olas mojándonos los pies, como una bailarina preparada para flotar sobre la pista mientras escucha la melodía que, en breve, le hará completamente feliz.
En cuanto a colocación, casi un diez. Sin importar perfil (diestro o zurdo), sin importar un lado de la portería u otro. Barreras altas, porteros ágiles… Como si solo importara la belleza. La belleza y el gol. La brisa y las olas. La bailarina y la música. Disparo de salón.
2.- Exfutbolista serbio. Defensa. Efecto. Curvatura al balón. Hablamos, cómo no, de Sinisa Mihajlovic. Técnico futbolista capaz de, durante la carrera, parecer que cambiaba el disparo que llevaba pensado hacer. Marcando de todas formas y colores, Sinisa podía ejecutarlas colocando por encima de la barrera el balón o también evitándola por un costado. Con el cuerpo tirado hacia atrás y con el brazo derecho superando su cabeza en altura, el futbolista zurdo colocó el esférico con gran precisión en muchísimas porterías. Otro crack del balón parado.
3.- El gol con Brasil a Inglaterra en el undial, aquél otro que volvió loco al mundo en el que introdujo el balón en la portería pasándolo por debajo de la barrera aprovechando el salto de ésta (aunque no fue su inventor), varios goles de inteligencia lanzando rápido sin pedir la distancia reglamentaria… Ronaldinho.
Con una belleza estética sublime, el brasileño sacaba sus dedos de surfero en muchísimas ocasiones después de plantar el esférico para un libre directo. Con los glúteos echados hacia abajo, el interior del pie derecho preparado para su utilización y los brazos como si tuviesen vida propia. Tres pasos completos tras plantar el balón, como si de un robot se tratase. El Gaucho daba dos pasos y medio para acercarse al balón y precisar un disparo que normalmente acababa inquietando a porteros rivales. Daba la impresión de que o le adivinaban los porteros antes de tirar dónde iba a ir la pelota, o se antojaba imposible su intercepción.
Así, el hombre más feliz que ha jugado en el F. C. Barcelona pasará a la historia del fútbol por sus excelentes y elegantes lanzamientos de faltas, entre otras muchas cosas ya conocidas, claro.
4.- Shunsuke Nakamura. Otro de los que tienen una forma especial de realizar estos tiros. Golpeando con su pierna izquierda, el japonés elegía cualquier lado de la portería de sus víctimas.
Con poca carrera y un golpeo con todo el arco al balón y al cuerpo. El introvertido japonés sigue haciendo de las suyas en su país, donde es toda una eminencia siendo capitán del Yokohama Marinos.
Aunque tuvo un paso fugaz por España (R. C. D Espanyol) y podríamos pensar que no está al nivel de muchos de los que están en la lista o de otros muchos que se han quedado fuera, Nakamura, dentro de este estilo, es uno de los más eficientes, estéticos y reconocidos.
5.- Otro más que ha destacado por su gran talento en estas acciones fue Juninho Pernambucano. No dejó títere con cabeza desde cualquier distancia. Así como David Beckham ejercía (más) su superpoder en faltas cercanas, a Juninho le daba igual. Te estampaba su sello igual desde 25 que desde 35-40 metros.
El golpeo era distinto. Agresivo, contundente, vivo. Empeine total. El cuerpo dibujando un enfado. Una pataleta. Un hombre hacia un balón que iba a ser masacrado. Reventado con el pie. Realizando la fuerza desde la cadera, continuando por todo el cuerpo echado hacia adelante y acabando por el alma. Disparos teledirigidos con el alma. Esa sería una buena definición.
Su posicionamiento hacía que el balón, en ocasiones, fuese totalmente recto. En otras subía y bajaba como si telepáticamente lo manejase él mismo. En la retina, esos disparos en los que el mejor portero del mundo sufría en cada Champions League. Centros que parecían chutes. Disparos que se convertían en centros. Y mucho sufrimiento para defensas y porteros. La inteligencia, siempre presente en cada balón que colocaba con mimo el brasileño que fue estandarte del Olympique Lyonnais durante mucho tiempo.
6.- Dentro de este grupo habría una buena cantidad de jugadores que, asemejándose a lo explicado de Juninho, hacían las delicias de su afición y de cada uno de los amantes del fútbol. Otro que utilizaba, y utiliza, un golpeo parecido es Cristiano Ronaldo. A mi parecer, con menos efectividad. Pero sin duda sus disparos, cuando pasan la línea de barrera, suelen acabar en peligro. Si no en gol.
Esa sería una de las partes mejorables del portugués. Demasiados balones rebotan en la defensa y otros menos se van muy arriba. Aun así, el golpeo sigue siendo espectacular. El empeine también entra en escena. También el alma. Y por supuesto esas curvas que crea la pelota cuando se le pega de forma tan violenta. Subidas, bajadas, izquierda, derecha… Cuando quiere reaccionar el portero, el balón ya está dentro. La diferencia radica en la ejecución, justo en el momento de impactar al balón. Además de echar los hombros hacia adelante, el delantero del Real Madrid frena la pierna al terminar el lanzamiento. Como si eso le adjudicara la capacidad de que el balón cree más curvas. Eso acaba por crear más peligro y más indecisión del guardameta. Perfume de gol. El luso le impone a su cuerpo un efecto rebote desde la cadera. Hace que la pierna, normalmente, se frene en seco.
Otro temido futbolista con dotes de genio. CR7 también le pega desde cualquier parte del campo. Quizás una mejor elección de dónde es mejor dejar a un compañero el lanzamiento acabaría por hacer aún más temible al portugués. La variación podría hacerle más peligroso. Tirar menos pero ser más efectivo.
7.- Teledirigido. Esta palabra no puede definir un tipo de lanzamiento de falta sin nombrar al brasileño Roberto Carlos. Todos recordamos aquel gol del 97 contra Francia en el que Barthez solo pudo mirar cómo un misil sobrepasó por mucho su barrera por un lado y, no sin antes rozar el palo, entró para conseguir uno de los goles más famosos de todos los tiempos. El lateral más ofensivo (junto con Dani Alves) que ha dado el fútbol brasileño (y eso que hay muchos de este tipo) imprimía una potencia al balón que hacía temblar la portería y a la propia pelota, que parecía no saber muy bien dónde meterse después de haber sido golpeada con tanta furia.
Lanzó faltas tanto lejanas como cercanas. Aunque en estas últimas, lanzando por el palo en el que se suele colocar el portero, Roberto Carlos convertía en largos penaltis estos lanzamientos.
El ritual en la carrera era fantástico. Muchos metros de recorrido. Unos pasitos cortos adelante como quien hace skipping para calentar antes de un partido, dos-tres zancadas largas y el impacto brutal a la pelota. Una fuerza portentosa.
8.- Chilenas, taconazos, asistencias, disparos lejanos, definiciones en el uno contra uno, regates, intensidad ofensiva. Y faltas directas. También penaltis. Pero vamos a lo que nos concierne. Rivaldo era un tipo feliz en Barcelona. Eso parecía decir cada disparo que dibujaba el (otro más) brasileño. Con una zurda de escándalo. Con una calidad que le sirve para seguir jugando a fútbol este año, ya con una cierta edad.
Disparos que mezclaban potencia y colocación. Era empeine. Era interior. Era una combinación de las dos. Incluso de las tres, si añadimos el exterior, que era como acababan algunos de sus disparos cuando lo que buscaba era aumentar su potencia. Como aquella marca de neumáticos: la potencia sin control, no sirve de nada. Inexplicable su combinación. Un referente. Mestizaje de golpeo en estado puro.
El cuerpo se iba hacia adelante. Con muchas veces terminando el tiro con las dos piernas en el aire. Ondeando el balón directo al arco. Capaz de realizar goles por debajo de la barrera (técnica reservada a unos pocos), el delantero demostró que cuando unes esa inteligencia con calidad, potencia y control de los tiempos, las porterías acaban sufriendo.
9.- Otra forma parecida de acribillar las redes contrarias. Su especialista (uno de ellos): el héroe de Wembley para todos los barcelonistas, con permiso de Johan Cruyff. Ronald Koeman. Cualquier posición era adecuada para golpear directamente a puerta. Esto lo tiene en común con los ya comentados. Con un golpeo incluso más seco que los anteriores, hacía que el balón circulase completamente recto. Sin parábola. Sin curvas. Pero con el mismo (o más) peligro. Verdad es que el central holandés también era capaz, en aquella época dorada para los culés, de marcar libres directos con más colocación y menos potencia. Pero su marca registrada, quizás, era la que demostró en Wembley aquella final.
Toque en corto, compañero que la planta y otro disparo con el alma. Este más dirigido que teledirigido. Recto o colocado. No demasiada curva al balón. El portero la ve, sabe lo que tiene que hacer para intentar pararla, lo hace y aun así acaba por sucumbir a los encantos de aquel rubio de pelo liso y cara de niño. La mezcla perfecta. Capacidad para un lanzamiento potencialmente mortal. Con empeine. Y otro colocado utilizando más el interior. La mayoría acababan en el mismo sitio.
Este tipo de golpeo estaría en tierra de nadie. Entre la mezcla y el disparo de potencia comentado anteriormente. Entre Juninho y Rivaldo. Simplemente Koeman.
10.- Con un golpeo parecido a un centro. Tocadita, como se suele decir. Marcos Assunçao era capaz de hacer fácil cualquier lanzamiento. Siempre utilizando la barrera como propia barrera pero para el portero. Barrera visual. El portero sabía dónde iba el balón, incluso sabía cuál sería la potencia (no demasiada). Y aun así, Marcos seguía enchufándolas una vez sí y otra también.
En su primer partido como bético fue capaz de lanzar tres faltas en un partido y estampar las tres en los palos. Solía decir, cuando le preguntaban, que él se fijaba en el larguero para apuntar en los lanzamientos. Quizá de ahí la mala suerte que tuvo aquel primer partido.
Por su propio peso cae que los centros/córneres, allá donde va, da igual el equipo, lleven su firma. También se prodigaba en los lanzamientos de penaltis. Pero se le recordará en cada tiro libre. Secando el balón con mimo con sus manos o su camiseta, con su escasa carrera (no más de tres pasos hacía atrás), su mirada al arco, sus no más de dos pasos hacia el balón y su colocación del pie para que ese centro deje de parecer un centro en mitad de su vuelo para convertirse en un disparo envenenado.
Antes de lanzar la falta el portero ya está incómodo. Después, también lo estará. Quizás no acabará en gol, pero siempre cerquita y muchas veces en los palos, creando un nerviosismo que evita que el equipo rival quiera realizar alguna otra falta más, cercana al área.
Repertorio de movimientos antes y durante. Siempre intentando hincar el diente para transferir el veneno. La serpiente nunca descansa. Uno de los mayores genios que ha dado este lance del juego.
11.- Otra variante del anterior sería la utilizada por el portero más goleador de la historia (con 110 goles). Rogério Ceni. Actual portero del Sao Paulo, este jugador de 40 años ha sido capaz de realizar bastantes más goles que muchísimos delanteros en su carrera. Lanzador habitual de penaltis y faltas, su precisión es milimétrica. También la inteligencia y conocer al portero rival le daba un aliciente más para que cada golpeo fuera peligroso. Muy del estilo Assunçao por su disparo no demasiado potente pero sí muy colocado, el brasileño M1TO desde hace mucho tiempo realiza un ritual parecido al de su compañero. Poca distancia con el balón, disparo colocado y una buena efectividad. Quizás la diferencia está en la colocación del jugador después de coger pasos para encarar al balón. Ceni se pone paralelo a la línea de fondo abordando al balón desde el costado respecto a la portería.
12.- Comparte forma y fama de portero goleador con otro ilustre en estas jugadas. José Luis Chilavert. El paraguayo fue capaz de convertir 62 goles y ser nombrado mejor portero del mundo en tres ocasiones. Megaestrella del Vélez Sarsfield argentino, casi siempre intentaba, como los citados, el lanzamiento por encima de la barrera. José Luis era zurdo, a diferencia de Assunçao y Rogerio. El tan glorioso capitán paraguayo también marcó goles lanzando al denominado lado del portero, pero en menor cantidad. Con un carisma genial y contagiable, el arquero fue capaz de marcar goles ¡desde su propio campo! Cada partido era un espectáculo. Nunca se sabía qué podía ocurrir. Genio y figura. Tanto en la selección como en sus clubes fue uno de los jugadores más queridos por el público.
13.- Viví en mis carnes el trasiego e indignación tras el error en el lanzamiento de penalti más importante de la historia del Villarreal Club de Fútbol. En algunos casos, demasiado duras las críticas que recibió el argentino, que fue capaz de echarse a sus espaldas a un club humilde y llevarlo a las semifinales de una Champions League. Lo lanzó porque es un especialista en los lanzamientos de penalti. Pero también en las faltas. Ya sean para el remate de un compañero o directas a puerta.
Con un golpeo de interior (con bastante potencia normalmente), la estrella de Villarreal y Boca Juniors tenía (y tiene) una efectividad alta y una estética en sus goles más que reseñable.
Estandarte de su selección en algunos momentos, Juan Román, Román como a él le gusta que le llamen, ha hecho goles de toda índole en cada equipo en el que ha militado. Bajando su rendimiento en este aspecto (y en muchos otros) cuando el Barça apostó por él, no teniendo mucha fortuna en el club catalán.
Dando dos pasos y medio, casi tres, en la carrera, Riquelme golpeaba el balón para ajustarlo lo máximo posible a los palos y largueros de cada portería a la que amenazaba. Para terminar haciendo su famoso gesto con las manos detrás de las orejas en honor, dice el propio Román, a los dibujos preferidos de su hijo.
Un fuera de serie en muchísimos lances del juego. En las faltas cercanas al área, sin duda, de los que más.
14.- Con la potencia, muchas veces, del que golpea con empeine total, un tal Roberto Baggio hizo las delicias de Fiorentina, Juventus, Milan o Inter. Hizo volar esa característica coleta muchas veces gracias a los lanzamientos a balón parado (tanto de media distancia como cercanas).
El italiano era una pesadilla para defensas y porteros. Era capaz de todo. Y en este aspecto no era menos. Nunca se sabía hacia dónde iban esos chutes. Palo largo, palo corto, sorteando la barrera por encima, sorteándola por alguno de los costados… Infinidad de recursos que utilizaba tanto en el juego parado como cuando el balón corría.
La colocación, sin duda, era su especialidad. Aunque golpeara fuerte a la pelota el balón siempre iba muy ajustado a los palos. Era demasiado para los porteros. Él lo sabía y jugaba con ello. Ese miedo que creó en cada lanzamiento era utilizado para hacer sufrir, aún más, a los metas rivales. Algo parecido a lo que consiguió Roberto Carlos o está consiguiendo Cristiano Ronaldo. Ese miedo de que el balón pase la barrera y tener que enfrentarte, sólo ante el peligro, contra ese balón enfurecido. Un vis a vis con el esférico que acabaría por derrotar al portador de los guantes.
15.- Desde hace poco tiempo, sin apenas darnos cuenta, comenzó a lanzar de forma notable las faltas directas a puerta. Sin apenas darnos cuenta pasó a ser un especialista lanzando faltas, escondido por un millón de cualidades que atesora y que demuestra cada tres días en cada uno de los partidos que disputa. Lionel Messi es un genio. No lo vamos a descubrir ahora. También lo es lanzando tiros libres.
Con no mucha potencia, normalmente (aunque ha hecho algún gol empleándola), y con su zurda endiablada, Leo ha sido capaz de marcar muchos goles de esta forma. Algunos verdaderamente importantes. Muchos de una bella factura.
Es verdad que, como Cristiano Ronaldo en el Real Madrid, el argentino lanza casi todas las faltas que provoca su equipo (la mayoría provocadas por él mismo). Aunque también es verdad que aún no se atreve a pegarle desde tan lejos como a veces prueba el portugués. Diría que será difícil que algún día Messi pueda golpear y marcar faltas de más de 30-35 metros. Pero con él nunca se sabe. Sabemos que no tiene techo, o eso parece.
16.- Leo va ligado, en los lanzamientos, a otro integrante de su equipo. Al que le ofrece asistencias y detalles cada vez que se unen dentro de un terreno de juego. Cuando el argentino no dispara en las faltas cercanas al área, Xavi Hernández casi nunca decepciona. Realiza un disparo parecido al de Messi, pero con la pierna derecha. Es otro gran lanzador que (casi) siempre ha tenido a algún jugador por delante de él en la ejecución a balón parado, y eso ha hecho que no resalte tanto.
17.- Años y años dando de que hablar por los campos de toda Europa. Del Piero siempre será un goleador. Será recordado por los grandes entendidos de este juego como uno de los mayores nombres que ha dado Italia en la historia del fútbol.
Alessandro también era capaz, entre otras cosas, de convertir goles con faltas cercanas. Con un golpeo muy parecido a los citados anteriormente, Alex tenía además un arma que, sobre todo antaño, usaba enormemente bien: era capaz de engañar al portero para que creyera que el balón iba a ir por encima de la barrera. Al final no era así. Ese paso en falso que daba condenaba al portero y le hacía clavar la rodilla ante uno de los más célebres futbolistas en la historia del fútbol transalpino.
Con un análisis pormenorizado, se ha intentado sacar (en pequeñas dosis) la esencia de muchos de los lanzadores que todos los amantes del fútbol recordaremos siempre.
Seguro que al leer este artículo, al recordar los 17 nombres, más de uno, dos y diez jugadores se os vendrán a la mente. Eso es que han quedado por nombrar y comentar. Son los Pantic, Zico, Drogba, Eusebio, Schuster, Lampard, Maradona, Recoba… y un largo etcétera.
* Jorge García Huesca. Entrenador de fútbol base.
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