"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
Acostumbrados a maravillarnos con genialidades nacidas de los pies de los futbolistas, los verdaderos magos del balón, sorprende que en el mundo del fútbol exista una especie distinta que llegue a producirnos una sensación parecida. Es el caso del jugador que destaca por su habilidad con las manos, como si de baloncesto se tratara.
Rory Delap, todoterreno del Stoke City que juega tanto de lateral derecho como de mediocentro organizador, puede que sea el único futbolista que crea más peligro con sus lanzamientos de banda que con el esférico en sus pies. Esta extraña ventaja competitiva viene de lejos: en edad juvenil, el 24 del Stoke fue campeón de lanzamiento de jabalina y resulta una faceta que genera divergencia pero que, por incómoda, no deja indiferente a nadie. Luiz Felipe Scolari reconocía tras sufrirlo como entrenador del Chelsea que “centra mejor con las manos que con los pies, es fantástico. Nunca había visto nada igual en mi vida” mientras que Wenger se quejaba de que “en un deporte que se juega con los pies, el caso de Delap es una ventaja injusta”.
Tras salir del Carlisle United, Rory pasó sin pena ni gloria por Southampton, Derby County y Sunderland, antes de incorporarse a las filas del equipo que verdaderamente lo entendería y admiraría. Desde su llegada al Stoke City, el irlandés “lanzamisiles”, tal y como lo definió el mítico ex-gunner Lee Dixon, ha ido ganándose a la afición del Britannia Stadium saque de banda tras saque de banda hasta convertir este lance del juego en un clásico que se celebra como si de un pena máxima se tratara. No es para menos ya que 43 goles han nacido de sus manos, llegando hasta el punto que Rory ha convertido la jugada en un ritual que la afición potter se sabe de memoria. La jugada en sí, simple y eficiente, empieza con un balón a la banda y un recogepelotas que ofrece una toalla a Delap para secar el esférico, mimándolo como si de un bebé se tratara; acto seguido, Rory carga sus bíceps para catapultar el balón en el corazón del área o incluso al segundo palo, allá donde más duele, siendo esta la jugada de peligro por excelencia de su equipo.
Mucho mejor que un córner, su técnico Tony Pulis ha sabido sacar partido de esta gran virtud y ha formado un equipo de altura. No sorprende ver que la mayoría de jugadores sobrepasan el 1,80 m, y además busca desarrollar en sus jóvenes promesas esta habilidad made in Delap. El mismo míster reconocía que el secreto estaba en ser un lanzamiento “no demasiado bombeado sino más bien plano, por lo que es muy difícil que los defensas puedan cortarlo”.
HACK-a-DELAP
Temido por sus adversarios ante la imposibilidad de defenderlo, los entrenadores rivales han tramado diversas estrategias para anular el factor Delap: desde mandar a un jugador a calentar delante suyo cuando este prepara el saque de banda u ordenar al portero que ante la presión conceda antes un córner que un fuera de banda (29/11/08, vs Hull City); poner un jugador de campo delante para estorbarlo (como hizo Ashley Young el 08/05/2010 vs Aston Villa); e incluso llegar al punto de poner una valla de publicidad extra para que Rory no tenga espacio para coger carrerilla (vs West Ham y Burnley). Estas artimañas reflejan el Hack-a-Delap, la moda instaurada en los duelos ante el Stoke, expresión inspirada en la estrategia ideada por Don Nelson de hacer falta a los pivots con mal porcentaje de tiros libres en la NBA. Sin embargo, hay que ir con cuidado ya que en ocasiones, y los dos últimos ejemplos son muestra de ello, el tiro puede salir por la culata: en el caso de los hammers, la valla impidió sacar bien a Julien Faubert y su error acabó en gol, mientras que ante el Burnley, el empate a uno final fue gracias a un saque de banda de Delap.
A sus 35 años y con la retirada en el horizonte, Rory seguirá lanzando mísiles y catapultando al Stoke a base de balones al área desde la banda hasta que sus bíceps aguanten. Lejos de ser un crack, un virtuoso o uno de los mejores en su posición, por ser un jugador singular y diferente, por su habilidad con las manos, y pese a nunca haber ocupado portadas ni haber sido reconocido por su fútbol, sin duda dejará huella en el corazón de los más románticos.
* Sergi Besa y Marc Terrés son estudiantes y aprendices. En Twitter: @futbolsegunvin En la web: elfutbolsegunvin.wordpress.com
– Fotos: Dave Thompson (PA)
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