"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
Sevilla es una ciudad especial, con una mística que te absorbe y te obliga a vivir todo lo que te rodea con una pasión que es casi imposible de repetir en cualquier otro lugar de la geografía española. Fruto de esto, quizás los futbolistas que se forjan en las categorías inferiores de Real Betis y Sevilla F. C. comparten ciertos patrones similares aunque sus camisetas estén condenadas al enfrentamiento para demostrar qué club dominará la ciudad de La Giralda. Inventivos, con desborde, capacitados para romper esquemas rivales y veloces para terminar de romperte con un sprint.
Joaquín y Reyes demostraron en su momento el auge de las categorías inferiores de ambos equipos. Sus nombres estaban al alza y era cuestión de tiempo que su adiós a la ciudad de Sevilla fuera un hecho real. José Antonio probó fortuna en Gran Bretaña con el Arsenal de Wenger, para terminar regresando a España y volver en la recta final de su carrera al Sánchez Pizjuán. Joaquín fue el fichaje más caro de la historia del Valencia, un proyecto en el que hasta sus últimas temporadas no alcanzaría una regularidad para ahora deleitar a un público de La Rosaleda que está viviendo un sueño en Europa.
A diferencia de sus antecesores andaluces, Jesús Navas ha sido el único que sigue estando en el club de sus amores y parece que quiere convertirse en un raza que está en peligro de extinción: one club, one love. Quizá sus crisis de ansiedad no le dejaron hacer las maletas; es algo que nunca sabremos a ciencia cierta, lo que sí podemos decir de manera certera es que ahora mismo es el líder y el jugador diferencial de este Sevilla, además de que su fuerte magnetismo con la hinchada hispalense lo eleva al altar de ídolo.
El duende de Los Palacios es el corazón del Ramón Sánchez Pizjuán. En tiempos de desencanto para el aficionado sevillista solo él es capaz de levantarles la moral y darles argumentos de peso para que acudan al estadio. Jesús es el jugador más insustituible de de la plantilla sevillana, tanto por condiciones innatas como por materia puramente táctica. Su tipología de juego es una pieza de coleccionista para entrenadores y solventa muchos quebraderos de cabeza para sus técnicos.
Tiene una importancia vital en la salida de balón. El Sevilla siempre busca iniciar por su costado para incentivarle a que asuma protagonismo desde el pitido inicial, cualidad que ha ayudado a solucionar el déficit del cuadro blanquirrojo a la hora de tener creatividad por dentro hasta la reciente aparición de Kondogbia. A principio de temporada el dúo Navas-Cicinho tenía un importancia capital para que el Sevilla pudiera plantarse en campo rival con cierta comodidad.
Su velocidad y capacidad de desborde lo convierten en un ingrediente corrosivo para los rivales. En campo abierto es un jugador difícil de tratar que casi siempre consigue llegar hasta la línea de fondo y desde ahí abastecer de centros bien a Álvaro Negredo o bien a jugadores de segunda línea que tienen un buen golpeo a media distancia como Rakitic, Trochowski o Gary Medel, todos con unas buenas cifras goleadores en comparación a sus minutos disputados. Navas es el eje del esquema y lo llena todo de coherencia. Sin Jesús quizás las estadísticas individuales de sus compañeros empeorarían.
Ante defensas que buscan un repliegue bajo también juega un papel crucial. El de Los Palacios es un futbolista especialista a la hora de atraer a defensores rivales, permitiendo que el lateral con el que forma la banda derecha hispalense reciba en unas condiciones óptimas y obtenga una situación más favorable a la hora de buscar el centro. Tanto Coke como Cicinho se han beneficiado de ello, en especial el primero, que cuenta con cuatro asistencias, y han logrado mejorar su caché por la capacidad del extremo sevillano para atraer la marca de los rivales.
El único aspecto que tiene que mejorar sigue siendo su eficacia de cara a la portería rival, pues pese a ser un futbolista diferencial y que genera situaciones favorables a su alrededor sus cifras goleadoras son bastante pobres. Es algo que tiene que terminar de añadir a su repertorio, quizá por eso mismo Emery en diversos tramos de partido lo coloca en la banda izquierda para que trace diagonales y cada vez vea como algo más natural poner a prueba al arquero rival. Pese a ello, Navas es el jugador franquicia, el que con una simple jugada puede establecer la diferencia entre una victoria o una derrota. Lleva la esencia de su ciudad sobre el césped.
Navas tiene un rol muy secundario con el combinado nacional. Su labor consiste en añadir capacidad de desborde en carriles exteriores cuando los rivales de España suelen juntar dos líneas defensivas. Eliminar rivales desde fuera para atraer a los oponentes que se encargan de ahogar el juego interior de la roja mediante la acumulación de futbolistas en ese sector del campo. Jesús se encarga de facilitar el juego de los Iniesta, Xavi, Xabi, Cesc y compañía en situaciones poco favorables para el actual campeón del mundo.
También es un activo favorable a la hora de tener el marcador a favor y querer que el cronómetro juegue a tu favor. El extremo sevillano puede coger el balón, marcarse una carrera rápida, llegar hasta el banderín de córner y hacer que los segundos pasen para alivio de Vicente del Bosque. Aunque sus apariciones desde la titularidad sean escasas, se puede decir de manera clara que Navas siempre que sale al campo con la camiseta de España acaba sumando para los intereses del cuadro nacional.
Su rendimiento podría ser mucho más alto si España jugará con un ‘9’, podría abastecerle de centros y mejorar sus estadísticas pero en el fútbol no todo son números: en ocasiones importa más sumar en intangibles que tangibles y Navas los suele aportar saliendo desde el banquillo. Está al servicio de la selección para hacer que sus compañeros den su mejor nivel. Quizá en otra época, por sus características, podría haber sido más importante, pero el contexto actual le obliga a ser una pieza clave con los rivales ya fatigados con el desgaste que suele someter a España a sus rivales.
El tiempo nos permitirá valorar mejor su impacto; en Sevilla es un ídolo y un motivo de alegría para una club que no está pasando por sus mejores momentos ni deportivos y económicos. Encandila al público con sus regates, con su magia. Jesús Navas es patrimonio del fútbol español y un futbolista que por condiciones y compromiso es muy difícil de encontrar. Líder en su equipo, revulsivo con la selección.
* Paola Cid.
– Fotos: EFE – Reuters
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