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"Entonces marcábamos goles, pero no nos daban trofeos por hacerlo". Telmo Zarra


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Bielsa: “He fallado en no rodear al equipo del clima necesario”

por el 28 febrero, 2013 • 23:27

Transcripción de la rueda de prensa de Marcelo Bielsa previa al Athletic-Osasuna de la Liga BBVA.

Pregunta.- ¿Podría facilitarnos la alineación que tiene preparada para el sábado?

Marcelo Bielsa.- Sí, la alineación es… Bueno, a ustedes lo que les importa es si va a atajar Iraizoz o Raúl. Va a atajar Iraizoz.

P.- ¿Por qué se decanta por Iraizoz?

MB.- Bueno, hubiera deseado, y hubiera merecido Raúl que la alternativa que tuvo se prolongara por más tiempo. La realidad que estamos transitando deportivamente hace que yo tenga menos posibilidades de cuidar a un jugador, en este caso Raúl, al que obviamente lastimo, perjudico con la decisión. Pero si entiendo que lo que corresponde es lo que le anuncié recién debo actuar de este modo. Es natural que un jugador tenga aciertos y tenga equivocaciones. Muchísimo más en un arquero que se hacen más notables pero la explicación por la cual decido la sustitución y el regreso de Iraizoz es porque noto que los errores lo dañan más en la confianza, en la estima, a Raúl que a Iraizoz. Iraizoz me parece que está más sólido en ese aspecto, le afectan menos los errores que comete. Cuando las decisiones siempre son comparar alternativas, cuando comparo la alternativa de Iraizoz y la de Raúl veo cierta proporcionalidad en los aciertos y en los errores. En las cualidades y virtudes también noto cierta proporcionalidad. Lo que me hace revertir la decisión que tomé hace dos partidos es que creo que en estos momentos Iraizoz está más ducho, más fuerte para asimilar las consecuencias de los posibles errores que pudiera cometer. A lo largo de esta temporada, desde que comenzamos a competir Raúl tuvo la oportunidad de jugar 14 partidos que es la mitad o poco menos de la mitad de lo que jugó Iraizoz. Tener menos oportunidades siempre crea cierta sensación de culpa, en este caso para mí que tomo las decisiones. También entiendo que el que más juega también tiene más opciones de acertar pero también más de equivocarse. Por lo cual matizo los dos partidos que duró la titularidad de Raúl. En cualquier caso puede que sea injusto con él por no poder extender el crédito pero respondo a lo que pienso en este momento que es diferente a lo que pensaba hace dos semanas y actúo en consecuencia. Insisto, lastimando a Raúl, pero desde mi punto de vista mejorando las opciones colectivas. El resto de la alineación no la comuniqué.

P.- ¿Por qué, señor Bielsa, ha entrenado o no ha entrenado con el grupo Aurtenetxe? ¿Tiene algún problema? ¿Va a contar con él? Hasta hoy, en los tres entrenamientos anteriores, ¿por qué no ha entrenado con el grupo Aurtenetxe?

MB.- No, Aurtenetxe faltó a un entrenamiento porque tuvo un problema estomacal. De todos los entrenamientos de la semana faltó a uno. Ese día estuvo en cama, vino acá, se lo atendieron. Tenía temperatura y un trastorno estomacal y se volvió a la casa porque necesitaba guardar cama y después al otro día entrenó más suave porque estaba con las consecuencias de la descompostura del día anterior y hoy entrenó normal. No hay ninguna alteración. La alteración es que estuvo enfermo un día.

P.- Deduzco por su respuesta de antes que Iraizoz va a ser el guardameta titular de aquí a final de temporada. Entiendo que no es un puesto para andar variando demasiadas veces.

MB.- Mire, no me obligue a fijar posiciones definitivas que después uno no sabe si mantiene. Lo que, por supuesto, si usted lo que me dice es que estoy dando y quitando responsabilidades y confianza en una posición que no lo amerita. Evidentemente, es imposible que ese flanco lo pueda cubrir con la decisión. Y si lo que le dije no es suficiente, más no le puedo decir. Insisto, uno toma una decisión, ve los efectos de la decisión. Evalúa la actualidad del equipo y las necesidades y considera. Si yo tuviera que opinar si Raúl merece no dos partidos, sino más que dos partidos para afianzarse, sí. Si se los puedo dar, no. ¿Por qué no se los puedo dar? Porque noto que el efecto de los errores limita la confianza, y la seguridad y la tranquilidad y hace que disponga menos de las cualidades que evidentemente tiene. Frente a esa realidad que la doy por confirmada y que no puedo verificar si es transitoria o es más duradera porque la urgencia de la situación hace que tome un camino diferente al que tomé. Tiene dos maneras de interpretarlo: o como yo se lo acabo de explicar que es mi punto de vista, o hacer otra lectura de inestabilidad, de falta de consecuencia con las decisiones, de estar cambiando y dejando de cambiar… Lo que yo entiendo perfectamente que la realidad del equipo hace que la responsabilidad del entrenador aumente y como no se puede culpar al entrenador sin argumento me parece normal que este sea un argumento para recibir críticas. Aunque yo acabo de explicar porqué tomé la decisión, lo que no quiere decir que no pueda ser criticada.

P.- A usted no le gusta hablar de finales, pero no sé que importancia empiezan ya a tener los partidos. Sobre todo el del sábado ante un rival directo como es Osasuna.

MB.- Indispensable. Todos los partidos que juguemos de aquí en adelante, en términos de urgencia, de necesidad… Si usted me dice que lo que suceda el sábado es reversible, como le voy a decir que sí, si estuvimos cinco fechas manteniendo una diferencia de seis puntos sin ganar. Entonces la condición de irreversible de lo que suceda nadie la puede asegurar. Ahora, si usted me dice que es reversible lo que suceda, claro que es reversible. Las necesidades son urgentes, máximas e indispensables. Después póngale el título que quiera: final, no final.

P.- Se van a juntar dos equipos: uno que recibe pocos goles, como Osasuna, y uno, el Athletic al que le cuesta un mundo atinar de cara a gol.

MB.- ¿Cuál es la pregunta: si confirmo eso?

P.- No, si teme que siga la ausencia de gol en el equipo o confía en que sean simplemente rachas de los delanteros.

MB.- No, no mire: nuestros rivales necesitan tres opciones de gol de media para hacernos un gol. Y nosotros necesitamos seis opciones de gol para concretar uno. La dinámica de las 25 fechas que van es que nuestro oponente hace la mitad para obtener lo mismo y nosotros hacemos el doble para obtener lo mismo. Yo no puedo estar satisfecho con ello, nadie puede estar satisfecho con ello. Es la realidad que hemos construido a lo largo de 25 fechas y por supuesto que quisiéramos que fuera a la inversa. Que conquistáramos con el mismo porcentaje de efectividad con que nos convierten. Es decir de seis dos, y no seis uno como es la características que tiene nuestros rivales. O las posibilidades que generan nuestros rivales.

P.- Y para revertir esa situación que lógicamente se observa, ¿tiene alguna solución? Me refiero a si evidencia algún cambio de sistema, algún cambio de estilo?

MB.- Si hay una cosa imposible de relacionar es un sistema con la eficacia goleadora de un equipo. El sistema, la forma de jugar se valora en función, en el área ofensiva en función de la cantidad de situaciones de gol que crea un equipo. Si hay algo que yo no puedo decir porque no sería conveniente es que la eficacia no es una condición que se desarrolla ni que se trabaja ni que se optimiza. La eficacia es la culminación de un procedimiento que deja a un jugador en condiciones de convertir un gol. El trabajo colectivo, el trabajo individual, los aportes colectivos e individuales hacen que un equipo genere opciones de gol. Pero los goles no los meten todos los jugadores sino uno, que es el que lo mete. Entonces, frente al hecho de errar o acertar no hay procedimiento que mejore esa ecuación porque el entrenamiento, que por supuesto que lo hacemos, y el que viene acá verá que lo hacemos, no reproduce la acción del juego aunque sea idéntica. No es lo mismo acertar o errar una misma jugada en un partido que en un entrenamiento. Entonces, cualquier persona que conozca el tema del que estamos hablando sabe que lo que los equipos necesitan es generar opciones de gol. No convertir opciones de gol. Porque convertir opciones de gol no depende de la intervención, depende de la culminación de la jugada.

P.- Yo me refería más al tema defensivo más que al ofensivo. Evidentemente se generan opciones de gol.

MB.- Pero me está hablando de los goles que erramos y me dice que se refiere al sistema defensivo. Mire, le voy a hablar del sistema defensivo. Yo imaginaba este tipo de preguntas. A nosotros nos metieron 50 goles. De esos 50 goles 15 fueron de pelota detenida. Como le dije, el rival necesitó 150 opciones de gol para meternos 50 goles. Yo observé las 150 opciones de gol. Y dentro de esos 150 opciones hay 50 que se concretaron y 15 fueron de pelota detenida. Respecto del trabajo de pelota detenida hay ciclos dentro del equipo donde el equipo recibe situaciones de gol y donde el equipo evita. Y goles de pelota detenida o ciclos donde no lo evita. Todo lo que tuvimos que hacer, todo lo que pudimos hacer en cuanto a horas de trabajo, a repetición de situaciones. Porque cómo uno hace para evitar que le hagan goles de pelota detenida: mira cómo las patea el rival, si la patea un zurdo, un derecho, o cómo la patea, cuantos van a cabecear, etc. Respecto de eso no hay una sola pelota detenida que se haya pateado en el campeonato español a favor, que nosotros no nos hayamos estudiado. Como observamos las de a favor, observamos las de en contra. En función de eso repetimos en la medida de lo posible, la misma secuencia en el entrenamiento tantas veces como creemos necesario hasta pensar que hay eficacia. Hay una profesionalidad por parte nuestra y hay una entrega absoluta de los jugadores para tratar de resolverlo. A veces podemos, a veces no podemos. Más de lo que hacemos todos es imposible. De 50 goles, 15 fueron así. De los otros 30 goles, o de las otras 100 situaciones. Obviamente no es de ahora. Las he visto partido a partido, por segmentos de la campaña, etc, etc… Y, respecto del sistema, yo ya les expliqué porqué yo soy el culpable de esto. Pero como a ustedes esa explicación no les satisface buscan explicaciones alternativas. Yo les digo genuinamente que soy el responsable de esto y el culpable. Y que los jugadores no tienen culpa y que creo genuinamente que no tienen culpa. Ahora bien, termino con el aspecto defensivo que es el que usted dice que me preguntó. Que no me preguntó, me preguntó del ofensivo, cuando le contesté del ofensivo me dijo: no, yo le pregunté por el defensivo pero eso es para señalar la coherencia del diálogo. De los 35 goles restantes yo lo que tengo que observar, por supuesto lo que ustedes dicen: hay que cambiar algo para que todo no siga igual y toda esa norma, ¿no? Entonces, para que nos metan menos goles hay dos argumentos que son los únicos que ustedes pueden ofrecer: uno es que abría que formar línea de 3 y otro que hay que jugar con doble pivote. Es decir, poner más jugadores a defender para que nos metan menos goles. En relación de eso, yo lo que tengo que hacer es mirar la estructura del equipo. Y ver cómo nos crean jugadores y como nos convierten goles. Para que estas recomendaciones de cambiar el sistema y dejar de ser terco y obcecado fueran convenientes a nosotros nos tendrían que meter goles en inferioridad numérica. Es decir, que somos pocos defendiendo y muchos de los rivales atacando. Son más los que atacan y menos los que defienden lo que ameritaría agregar efectivos para defender para generar igualdad o superioridad numérica y defender mejor. O poner un doble pivote para que haya más oposición a la llegada al área. Si usted mirara las situaciones… ¿Sabe cuál es mi lectura? Mi lectura hasta me da vergüenza decirla. Es que defendemos con demasiada gente. Porque siempre, siempre, en todas las situaciones de gol hay más jugadores nuestros que jugadores del rival. Quiere decir que esto no se soluciona poniendo más jugadores. Esto, permítame, de siempre, es una exageración que es la que utiliza cualquier persona que quiere convencer. No es exactamente siempre. Pero es la dinámica del equipo. Entonces, este tema de defender con más gente y de hacer más hermético el sistema defensivo no se soluciona agregando más jugadores. Y, por supuesto, si usted me dice: “mire, jugar con doble pivote”. Mire la ayuda que hace Susaeta y De Marcos a la derecha de Iturraspe y la que hacen Herrera e Ibai a la izquierda de Iturraspe. Y la cantidad de kilómetros que corre el equipo hacen que nosotros defendamos no con doble pivote si no con Susaeta, De Marcos, Iturraspe, Herrera e Ibai. Entonces la cantidad de gente con la que defendemos es altísima y no se resuelve defendiendo con más gente. Entonces la solución no pasa por lograr que se defienda mejor poniendo más jugadores. La otra lectura es porqué no se ponen jugadores de un perfil más defensivo porque sa es la última alternativa que queda. Es decir, que en vez de jugar Iturraspe, juegue San José. Y que en vez de que juegue De Marcos juegue Iturraspe. Frente a eso hay normas que tiene el fútbol que yo considero que se deben respetar. Y que no es obcecación ni falta de flexibilidad no considerarlas. Está en mejores condiciones de ganar el partido aquél equipo en mejores condiciones. No quiere decir que ese sea el único camino, si no que es lo que estadísticamente da más resultado. Nosotros no podemos ser un equipo especulativo, un equipo sin iniciativa y un equipo mezquino. No porque esté mal actuar de esas tres maneras, sino porque el espíritu del equipo es el contrario y alguna vez eso fue una ambición de la forma de jugar del equipo y por eso llegué yo acá. Porque yo no puedo actuar en contra de lo que siento, en contra de lo que pienso. Porque el entrenador solo convence a través de decir lo que siente y lo que piensa. Y que el futbolista se dé cuenta que es cierto. No hay cosa más fácil que responder a lo que todo el alrededor pide. Lo que el alrededor pide es que delante de Iraola juegue un extremo defensivo, delante de Aurtenetxe otro extremo defensivo. Delante del 4 un 6 defensivo y delante de Aymerich otro 6 defensivo. Y suelto arriba un delantero, y atrás del delantero un volante que lo acompañe. Que es exactamente el modelo con que el Real Madrid le ganó justamente al Barcelona. Lo que pasa es que el Real Madrid está preparado, diseñado, cree y piensa para jugar de esa manera. Y es natural que en algún momento el desarrollo de su proyecto genere opciones. Ahora, claro, si porque el Real Madrid le ganó al Barcelona dejamos de creer en el procedimiento del Barcelona y aspiramos a que el procedimiento del Barcelona se parezca y se mimetice con el del Real Madrid… Ese no es el criterio.

Le voy a decir esto: esto es un absurdo. Pero, bueno, lo comento simplemente porque yo no tomo las decisiones porque sí. Nosotros tenemos 20 puntos menos de los que merecemos. Y le voy a decir porqué. Nosotros perdimos 13 partidos. De esos 13 partidos, 5 partidos merecimos perder. Hay 4 que merecimos empatar en vez de perder. Y hay 4 que merecimos ganar en vez de perder. Quiero decir que tenemos 16 puntos menos en el apartado de los partidos perdidos. En el apartado de los partidos empatados: los 5 que empatamos los merecimos ganar. Es decir, que tenemos 10 puntos perdidos, más 16, 26. De los 7 partidos que ganamos hay 2 que no merecimos ni ganar ni empatar. Nosotros debimos haber perdido en Mallorca y debimos haber perdido en Granada. Quiere decir que hay 6 puntos que obtuvimos que no merecimos. 26 menos 6 da 20. Son 20 puntos que deberíamos tener de más ahora. ¿Yo qué tengo que hacer? Tengo que guiarme para generar modificaciones. Tengo que decir: bueno, dejemos de gobernar los partidos, dejemos de atacar, dejemos de protagonizar, dejemos de intentar jugar en campo rival… No puedo tomar esas decisiones. No se trata de cambiar, si no de observar lo que está mal. Sustituir lo que está mal por lo que está bien y actuar en consecuencia. Esa es la forma de generar modificaciones. Si yo veo que los porcentajes de posesión normalmente nos favorecen, que normalmente duplicamos la cantidad de opciones de gol que genera el rival… ¿Que no tenemos efectividad? No tenemos efectividad. Que el rival necesita mucho de nuestra colaboración para concretar y necesita la mitad de opciones que nosotros y de nuestra colaboración para que los goles rivales se produzcan. Todo eso es cierto. Pero eso no indica que haya que modificar lo que está bien.

Usted me dirá: de acuerdo a este planteo, se lo digo con absoluta humildad, yo no hago cálculos, cuentas y conclusiones para que favorezcan mi forma de ver las cosas. Yo lo que quiero es darme cuenta que mi forma de ver las cosas está equivocada. Porque si yo me doy cuenta de que mi forma de ver las cosas está equivocada actúo en consecuencia y cambio los procedimientos. Lo que no puedo es decir: voy a cambiar cualquier cosa y de cualquier manera porque algo hay que cambiar.

Y ahora, vuelvo para terminar a decirle porqué digo que los jugadores son inocentes y van a ser valorados por haber resuelto esta situación tan compleja en la que está el equipo. Y no por haberla generado. Porque el que la generó es el que tiene el mando. Y yo soy el que tengo el mando y lo ejerzo sin limitación de ninguna naturaleza. Cuando el jugador erra goles o comente errores es porque el clima que los cobija, que los reúne, que los aglutina les hace perder la buena relación que tienen con su autoestima. Y si hay algo que define al buen entrenador es lograr que la autoestima del jugador esté lo suficientemente estimulada como para que disponga de un porcentaje alto de sus cualidades.

Y el otro aspecto es que el procedimiento, el sistema de juego, permita por sus características que los participantes muestren lo mejor de sí mismos. Porque hay sistemas que van en sentido contrario de las cualidades de los jugadores. Yo creo que en lo que he fallado es en que no he rodeado al equipo del clima necesario para que la autoestima no se deteriore. Y eso a ustedes no les satisface porque no hay geometría, no hay números, no hay estadísticas, todas las cosas que ustedes pueden expresar. A mí deberían condenarme por no haber sabido gestionar el clima anímico del equipo. Esa es mi gran responsabilidad. Lo que pasa es que parecería que esa no es una responsabilidad. Para responder a esos pedidos hay que decir que juegue con linea de tres, que juegue con dos volantes de contención, que no ataquemos más… Todas cosas que es imposible de defender con sentido común porque las cosas no cambian de esa manera. Cambian si el clima en el que el jugador se mueve le permite la tranquilidad necesaria para disponer de sus virtudes.

P.- ¿Y cree usted que será capaz de recuperar ese clima? ¿Esa autoestima?

MB.- Si hubiera otra pregunta, por favor.

P.- Pregunto por su situación. Esta mañana un vicepresidente del club ha dicho que nadie tiene confianza ilimitada y que el crédito se le agota a todo el mundo. ¿Cómo convive usted con esta situación?

MB.- ¿Quién dijo eso?

P.- Un vicepresidente del club: José Ángel Corres.

MB.- Si hay algo que yo nunca hago es deslindar responsabilidades. Yo no siento que hay necesidades no cubiertas que hayan limitado mis posibilidades de manejar el equipo. Por lo cual les digo claramente: que no necesito nada de nadie. Porque todo lo que necesito lo recibo. Eso es un punto. No necesito nada de nadie, no porque sea autosuficiente, si no porque todo lo que necesito lo recibo. Hay una norma muy extendida en el fútbol que tiene su origen en la conducción de grupo que dice: el entrenador va a tener confianza ilimitada hasta un minuto antes de que lo despidamos. ¿La conocen esa norma? Los ultimatums funcionan en el mundo de la empresa, en el mundo de los números, de la exactitud. En las relaciones humanas los ultimatums ejercen el sentido contrario. Yo no sé si ese axioma que dice: “hasta un minuto antes de echarlo tienes toda la confianza” es acertado o no. Lo que sí sé es que el puesto de entrenador es inestable por naturaleza. Toda estimulación de la inestabilidad del entrenador opera en sentido contrario del sentido que se persigue. Los jugadores, por supuesto, observan la fortaleza del entrenador porque necesitan creer en él y necesitan saber que el líder es fuerte. Por eso los dirigentes, que algo entienden, nunca dicen: “lo vamos a cesar”. Lo cesan. Pero no dicen lo vamos a cesar porque saben que decir “lo vamos a cesar” es ayudar a perder el próximo partido. Por una norma muy importante: si el entrenador es débil, los jugadores tienen un líder débil. Los jugadores necesitan un líder fuerte. Evidentemente, Corres, ¿qué oficio tiene? (Periodista.- Economista). No sé si con intención o no, dando por sentado, nada de lo que haga Corres va a mejorar o empeorar las posibilidades nuestras del día sábado. Lo que ha hecho va en sentido contrario de lo necesario. No sé si es una opinión personal o representa a la directiva. En cualquier caso va en sentido contrario de lo necesario. Debilita a quien necesita fortaleza. Pero, de todos modos, no porque yo me sienta poderoso, pero no es un elemento que me genere ninguna necesidad de reclamo. En todo caso sé que tengo un voto menos cuando haya que votar sobre mi continuidad o no. No sé a quien representa.

*Jorge García Huesca

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-Foto: EFE




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